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Pasaportes, llaves, un Lego y una caja fuerte: los afectados por el fuego en Valencia buscan entre las ruinas

Un juez de instrucción autoriza el ingreso al edificio calcinado para extraer las posesiones y los vehículos de los residentes de Campanar

Incendio en Valencia
Afectados por el incendio, esperan frente al edificio sus pertenencias rescatas del incendio.PACO PUENTES
Juan José Martínez

Buscar los restos de tu hogar entre una edificación carbonizada es una tarea de paciencia; hasta 5 horas han tardado algunos residentes afectados por el voraz incendio en Valencia, que cobró la vida de 10 personas, en conseguir las pocas pertenencias que se salvaron del fuego el 22 de febrero. Buscan pasaportes, llaves, joyas, dinero, documentos y cualquier otra cosa más. No llegan con muchas expectativas, aunque algunos han logrado salvar algo considerable. Otros, se han marchado entristecidos al ver sus viviendas reducidas a un paquete. La recuperación de enseres ha sido posible por la autorización del juez de Instrucción número 9 de Valencia, que actuó tras el visto bueno de la Policía, para permitir desde este martes la entrada de los vecinos a sus pisos y al aparcamiento, aunque los coches ya habían comenzado a salir desde la tarde del domingo.

Los vecinos llegaron equipados con bolsas de la compra hasta el puesto de bomberos improvisado con un par de mesas blancas. Tomaban un turno, esperaban algunas horas y finalmente recibían un par de paquetes con los bienes recuperados. Para matar el tiempo, algunos fueron a comer o se turnaron con otros familiares. Francisco V. llegó para buscar las pertenencias de su hijo, interesado principalmente en recuperar su anillo de matrimonio. “Los bomberos me han pedido que dibuje un croquis y que escribiera los objetos de valor”, detalla el hombre, que muestra con orgullo una foto de ayer en la que se ve a su hijo, con la esposa y la bebé, mientras saludaban a la Reina Letizia, durante la visita de la Corona a los afectados de Campanar. El plano tenía unas flechas que apuntaban al baño y a la cocina con dos anotaciones: “Buscar llaves, anillo de boda y pendientes de plata”.

Francisco, que prefiere que su apellido no se publique, narra que cuando se prendió el edificio su hijo apenas tuvo tiempo para echar mano de Lucy, una labradora dorada que vivía en el bloque siniestrado. “Salvó los violonchelos porque los tenía en mi casa y la tesis doctoral que tenía en el ordenador, porque la había enviado hace unos días”, señala el padre. A su lado, se repite la conversación más frecuente en la escena.

―¿Qué buscamos aquí?― le pregunta un bombero a una pareja mientras le enseña el plano de su casa.

―El pasaporte y el dinero que están en el armario― contesta la mujer.

Plano dibujado por uno de los afectados del incendio, donde señala dónde quedaron objetos de valor.
Plano dibujado por uno de los afectados del incendio, donde señala dónde quedaron objetos de valor. PACO PUENTES
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Entre los objetos rescatados por los bomberos había ropa, llaves, pasaportes, billeteras carbonizadas y hasta una caja de Lego. En algún momento de la tarde de este martes, un hombre le avisó a una vecina: “Carol, apareció la caja fuerte”. La mujer, con los ojos desorbitados de la emoción, se lanzó a por el botín que traían en una bolsa de papel dos bomberos encenizados de las botas hasta el casco. A mazazos abrieron la caja fuerte, ahí mismo. Con cautela, comenzó a separar los pedazos carbonizados que descartaban en la mesa blanca y algunas joyas que empacaban en la bolsa del mercado. El esposo de la mujer confesó minutos después a otro vecino: “Esto no me lo esperaba”.

Otros no corrieron con la misma suerte. Una pareja regresó ―a donde sea que estén alojados tras perder su hogar— con solo una bolsa cargada y las demás sin desdoblar debajo del brazo. El hombre sujetaba en la mano derecha los restos de su vivienda, mientras con la izquierda consolaba a su pareja envuelta en llanto.

Un vecino espera el turno para ir a buscar las pertenencias el 27 de febrero, frente al edificio calcinado.
Un vecino espera el turno para ir a buscar las pertenencias el 27 de febrero, frente al edificio calcinado.PACO PUENTES

Stefano Plebani, sobreviviente de un incendio similar en Milán en 2021, conforma una comitiva de extranjeros que viajaron a Valencia para compartir su experiencia y solidarizarse con las víctimas. Esta mañana tuvo un “déjà vu” frente a la mole ahumada, que lo hizo recordar la emergencia que dejó sin casa a 82 familias ―184 personas― en 2021 en la ciudad del norte de Italia. “Con el paso del tiempo no extrañas las cosas grandes como la lavadora o el frigorífico, sino las cosas pequeñas como las fotografías o los discos de música”, ha dicho mientras observaba a los vecinos esperar por sus enseres.

El Ayuntamiento de Valencia ha confirmado que 53 familias que perdieron sus casas en el incendio han sido realojadas en las viviendas dispuestas en el barrio Zafranar, lo que representa la mitad de las víctimas que han pedido esta ayuda a la Administración, que ha dado ingreso prioritario a las familias con niños y a personas con dificultades motoras o dependientes. El permiso de estancia en estos inmuebles será de tres meses “prorrogables”, según el Consistorio.

Paralelamente, el Consejo de Ministros ha aprobado este martes, a propuesta del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, la gratuidad de todos los servicios ferroviarios de Renfe para las víctimas del incendio en el barrio de Campanar. Así, a partir del 28 de febrero y por tres meses, cualquier damnificado o familiar de primer grado podrá viajar en tren desde y hasta Valencia capital sin ningún coste.

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