Elecciones, más riesgo para el aeropuerto de El Prat

Los últimos meses estamos inmersos en un interesante debate en Cataluña sobre cuál debe ser el posicionamiento estratégico del aeropuerto de Barcelona. Por uno u otro motivo nos cuesta decidirnos sobre la mejor opción de futuro, lo que retrasa la toma de decisiones. Con la convocatoria de elecciones el próximo 12 de mayo se paraliza cualquier decisión sobre el futuro del sistema aeroportuario catalán. En un sector en el que los actores se mueven a velocidad de crucero, la parada actual modifica los plazos de toma de decisión y aumenta el riesgo de estresar de forma importante la actividad aeroportuaria.

El aeropuerto de Barcelona ha recibido para la temporada de verano una importante demanda de operación por parte de las compañías aéreas con una oferta un 11% superior de asientos respecto a la temporada pasada, con lo que volverá a cifras de tráfico cercanas a su capacidad, lo que podría deteriorar el nivel de servicio al pasajero y afectar la disponibilidad de slots. Si optamos por ser un puente de enlace a Asia, África y América es importante disponer de capacidad horaria en las franjas más comerciales.

En Cataluña disponemos de un excelente sistema aeroportuario, pero también es cierto que los aeropuertos de Girona y Reus no desarrollan todo su potencial y por tanto es necesario definir actuaciones que aumenten su atractivo, orientadas a las compañías aéreas en relación con el coste: tasas, incentivos, bonificaciones o handling. Aena, el gestor aeroportuario, acaba de aprobar un interesante plan de incentivos, orientado a mejorar el atractivo de los aeropuertos regionales para las compañías aéreas. Por otra parte, la utilización de estos aeropuertos no mejora la capacidad de pistas del aeropuerto de Barcelona.

El escenario actual no es el mejor, pero tenemos la solución para mejorarlo. Desde el punto de vista técnico-operativo, las opciones se limitan a la utilización de la configuración de pistas independientes de El Prat en determinadas franjas horarias, la mejor opción desde el punto de vista estrictamente operativo, y/o alargar la actual pista próxima al mar. Además se ha de definir un plan de acción que permita mejorar el atractivo de los aeropuertos de Girona y Reus, consolidando la mejora de la intermodalidad y definir y aplicar con el gestor aeroportuario actuaciones comerciales. Es conocido que las conexiones ferroviarias de alta velocidad en los aeropuertos de Girona y Reus avanzan independientemente de la negociación sobre el aeropuerto.

Nos estamos jugando el futuro del aeropuerto en un momento clave para posicionarnos en Asia. Debemos tener en cuenta que una vez tomada la decisión hay trámites a cumplir como la actualización del Plan Director y la aprobación de la Comisión Europea que requerirán un tiempo importante, que hará que el inicio de las actuaciones que se decidan no puedan empezar hasta entrado el documento de regulación aeroportuaria para el periodo 2027-2031 y su ejecución no finalizará hasta la próxima década. El resultado de las próximas elecciones definirá el marco en el que se reanude el debate aeroportuario y la posibilidad de “entrada en pista, para despegue” o “mantenernos en espera de autorización” sin decidir nuestro destino.

Lluís Sala Montero es vicepresidente del Colegio de Ingenieros Aeronáuticos en Catalunya

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