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Ana María Moix, Carmen Laforet y la periodista Mària Sánchez darán nombre a bibliotecas de Barcelona que cambiarán su denominación

La decisión forma parte del proceso de feminización del nomenclátor que se viene impulsando en los últimos años

Ana Maria Moix en su casa.
Ana Maria Moix en su casa.Joan Sanchez

Seis bibliotecas de Barcelona cambiarán su denominación actual y recibirán nombres de iconos femeninos de la literatura, el periodismo o el activismo social: Ana María Moix, Carmen Laforet, Mària Sánchez, Rosa Maria Arquimbau, Aurora Díaz Plaja y Maria Àngels Rivas. Es un paso más en el proceso de feminización del nomenclátor que se viene impulsando en los últimos años desde el Ayuntamiento de Barcelona, ya que actualmente la mayoría de las bibliotecas tienen nombre de hombres.

El cambio de nombre, fomentado por el área de Cultura e Industrias Creativas, se aplica en todo caso a bibliotecas que hasta ahora únicamente estaban denominadas según su ubicación. En total habrá 13 centros con nombre de mujer. Los seis nuevos son Biblioteca Vila de Gràcia – Rosa M. Arquimbau, en Gràcia; Biblioteca Fort Pienc – Ana María Moix, en l’Eixample; y en Nou Barris, Biblioteca Zona Nord – Mària Sánchez, Biblioteca Vilapicina i la Torre Llobeta – Carmen Laforet, Biblioteca Nou Barris – Aurora Díaz Plaja y Biblioteca Canyelles – M. Àngels Rivas.

La escritora, poeta y editora Ana María Moix, apodada La Nena, fue partícipe de la gauche divine, movimiento de intelectuales y artistas de izquierda durante los años sesenta y setenta. Practicó varios géneros literarios, desde el ensayo a la novela, pasando por la literatura infantil, además de escribir en periódicos como TeleXpres y traspasar las fronteras del lenguaje con la traducción. Su poesía llegaba lejos, lo suficiente como para ser considerada una —la única mujer— de los Nueve novísimos poetas españoles escogidos por el crítico Josep Maria Castellet.

Mària Sanchez era periodista. Fue creadora de innumerables reportajes en los informativos de RTVE Catalunya durante más de 35 años, e hizo suyo el periodismo molesto, el que quiere llegar al fondo de las tramas políticas. Su implicación profunda con la ciudadanía difuminaba las líneas del activismo social y vecinal. Y la preocupación sobre el medio ambiente, que hoy es generalizada pero en los 90 era algo pionero, la llevó a fundar El Escarabajo Verde, programa que dio protagonismo a la ecología.

Carmen Laforet se convirtió en celebridad con su novela de posguerra Nada. Fue su primera novela, que le otorgó el Premio Nadal en 1944 y que ahora se erige entre los grandes clásicos de la literatura española del siglo XX. Una obra maestra escrita desde la crítica y con actitud de denuncia, que sin embargo esquivó la censura franquista al ser considerada una mera e insulsa descripción de una chica durante la posguerra.

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Se recordará en Gràcia a Rosa María Arquimbau, otra periodista y escritora que, nacida a principios de siglo, escribía sobre mujeres divorciadas —independientes por fin— que se regocijan de no tener hijos y no ven con mala cara el sexo extramatrimonial. Escribió nueve obras de teatro, de las cuales solo cinco fueron publicadas, y en periódicos y revistas catalanas como L’Opinió y La Rambla combatió los roles de género. Propagó su mirada feminista hasta ser silenciada tras la Guerra Civil.

La biblioteca Nou Barris – Aurora Díaz Plaja devolverá el nombre de la escritora a la institución a la que dedicó buena parte de su vida, una biblioteca. Durante la guerra, se ocupó de hacer llegar el Bibliobús al frente bélico; después de ella, organizó la red de bibliotecas de Barcelona. Publicó guías de lectura y trabajos especializados, pero destacó por sus obras literarias infantiles. Eso sí, su compromiso con la cultura catalana y la educación no se quedó en la ficción.

Maria Àngels Rivas vivió en Marruecos, Tánger y Suiza, pero su conexión con los vecinos de su barrio, Nou Barris, le concedió el “título” de activista social. Gracias a ella y a su liderazgo en las protestas, el distrito vivió mejoras sustanciales como la construcción de viviendas dignas para los trabajadores catalanes o la instalación de la red de telefonía. Unos esfuerzos que le fueron reconocidos al ser nombrada presidenta de la Asociación de Vecinos y Vecinas de la Guineueta y de Canyelles.

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