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Salud contactó con los principales hospitales peruanos para frenar la llegada de niños con cáncer a Barcelona

La Generalitat busca fórmulas para limitar el desembarco de menores enfermos sin documentación, que suponen al menos uno de cada cuatro tratamientos de cáncer infantil en Cataluña

Niños con cancer
Un niño con cáncer de nueve años sentado junto a su madre en el hospital.FatCamera (GETTY)
Bernat Coll

El Departamento de Salud la Generalitat de Cataluña contactó directamente con los responsables de diferentes hospitales peruanos para limitar la llegada irregular de niños con cáncer a Barcelona. El aterrizaje creciente de pacientes pediátricos oncológicos procedentes de Perú a la capital catalana, avanzado por EL PAÍS hace dos meses, supone una mayor tensión logística y asistencial para los hospitales Sant Joan de Déu y Vall d’Hebron de Barcelona, donde las familias se personan casi directamente desde el aeropuerto para recibir un tratamiento de urgencia en situaciones de alta gravedad. En el último año y medio, los hospitales barceloneses han atendido de media a una familia en situación irregular a la semana que procede de Perú para tratar el cáncer infantil. El flujo de estas familias ilustra la complejidad para encontrar un equilibrio entre el servicio asistencial y el balance económico del sistema sanitario.

Las primeras gestiones del Departamento se realizaron inicialmente a nivel político, cuando se detectó en 2022 la llegada creciente de las familias peruanas. Aún con Josep Maria Argimon en el cargo, la consejería se reunió con el consulado en Barcelona. Tras persistir la situación; su sucesor, Manel Balcells, fue más allá: se encontró con el embajador peruano en Madrid a finales de octubre de 2023 e intensificó los contactos con el Ministerio de Salud de Perú y el Fondo Intangible Solidario de Salud (FISSAL), la unidad ejecutora de la financiación de las intervenciones sanitarias de la población. Ya en diciembre, Salud descendió los contactos hasta el terreno sanitario y trasladó la necesidad de regular la situación con los responsables de los principales hospitales (Rebagliati, Almenara, Niño San Borja, Sabogal e Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas) de Lima, la capital.

La consejería considera que el boca a boca y la información en las redes sociales e Internet es el punto de partida del fenómeno. Un caso favorable conocido entre la comunidad, entiende, da pie a que las familias sin buenos pronósticos den el salto empujados por la esperanza. Sin embargo, representantes de la comunidad peruana de Barcelona consultados por EL PAÍS admiten que los facultativos de los mismos hospitales peruanos plantean la posibilidad de encontrar una solución en Cataluña cuando la enfermedad no tiene un remedio en el sistema peruano. “Te dicen que en Perú no hay solución, pero que en Barcelona quizás hay posibilidades”, comparten.

Salud confía en que los mismos médicos y especialistas de Perú eviten trasladar un mensaje de falsa esperanza y que el tratamiento de un cáncer infantil en Cataluña se realice por las vías regulares, a través de convenios. “A veces llegan pacientes confiados de encontrar una solución en Barcelona, pero no siempre es así, y es muy duro para todos”, admiten fuentes del Departamento. Los hospitales barceloneses conocen casos de familias migrantes que han hipotecado y vendido todas sus pertenencias para conseguir billetes de avión hasta Cataluña, y que una vez llegan no encuentran un tratamiento adecuado.

El Centro Peruano de Barcelona, entidad de referencia del colectivo en la ciudad, ya admitió a este periódico que realizaba tareas de contención pedagógica a todas aquellas familias que les contactaban para conocer la posibilidad de mudarse a la ciudad por razones sanitarias. “Les decimos que tienen que acceder por los circuitos establecidos y no presentarse en el hospital de un día para el otro”, concedió su responsable, Pina Quiñones.

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Según datos de Salud, entre mediados del 2022, cuando se inició el registró, y el 31 de diciembre de 2023, Cataluña atendió a 110 pacientes pediátricos oncológicos que accedieron de forma irregular al sistema de salud, de los cuales un 80% procede del Perú. Buena parte del resto de pacientes también llega procedente de otros países sudamericanos. En los últimos meses han aterrizado también pacientes paraguayos, aunque el número absoluto es bajo, según la consejería.

La llegada de migrantes pediátricos oncológicos no afecta a las listas de espera porque el sistema catalán asume y trata la demanda de forma mayoritariamente inminente una vez se realiza el diagnóstico. Los cánceres infantiles más frecuentes son las leucemias (25%), las neoplasias del Sistema Nervioso Central (SNC) (20%) y los linfomas (14%). Se estima que en Cataluña se diagnostican entre 170 y 200 nuevos casos anuales (0-14 años). El cáncer es la primera causa de mortalidad en niños y niñas de 5 a 14 años y la segunda causa de 15 a 24 años, después de los accidentes, según Salud.

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Sobre la firma

Bernat Coll
Periodista centrado actualmente en la información sanitaria. Trabaja en la delegación de Catalunya, donde inició su carrera en la sección de Deportes. Colabora en las transmisiones deportivas de Catalunya Ràdio y es profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
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