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Mandri, el botellón de Navidad de la zona alta de Barcelona

La Guardia Urbana desaloja a un millar de personas que improvisan, por tercer año conscutivo, una quedada en plena calle tras la comida del 25 de diciembre

La calle Mandri de Barcelona abarrotada de jóvenes celebrando la Navidad.
La calle Mandri de Barcelona abarrotada de jóvenes celebrando la Navidad.
Alfonso L. Congostrina

Cada noche de Navidad se monta en esta calle un follón monumental. Es casi como una tradición de la gente de este barrio”, así explica un camarero del bar Palique el macrobotellón improvisado – o no tanto- que cada 25 de diciembre reúne a centenares de jóvenes de la zona alta de la capital catalana en la calle Mandri del distrito de Sarrià- Sant Gervasi. La acumulación de jóvenes que tras las comidas familiares bajaron a la calle fue tal que acabaron ocupando todo Mandri. La Guardia Urbana de Barcelona improvisó y cortó la circulación de la calle y acabó -de madrugada- interviniendo, desalojando a más de un millar de personas y movilizando a los servicios de limpieza para intentar restablecer la normalidad en esta zona encima de la Diagonal.

En la Navidad de 2021, cuando todavía había restricciones por la covid, centenares de los jóvenes vulneraron todas las normativas y ocuparon la vía pública para montar un macrobotellón. La idea tuvo éxito y se repitió el 25 de diciembre de 2022 y, de nuevo, el pasado lunes. Este martes 26 de diciembre la tranquilidad había regresado a la calle Mandri y los restos del botellón solo eran presentes en las macetas que colocan algunos establecimientos. El cajero del supermercado Coaliment lleva unos meses trabajando este establecimiento: “Nunca había visto una fiesta así en esta calle”, aseguraba, entre risas, este martes.

En los Jardines de Can Altimira, justo a un lado de Mandri, varias vecinas aprovechaban que sus familiares estaban tomando el café tras los canelones del día de Sant Esteve para pasear a sus perros. “Yo vivo en la calle de Ricardo Calvo. Ayer venía de una comida familiar y la Urbana había cortado la calle. Hoy estaba lleno de botellas y vasos por todo mi portal”, denuncia Rosa, una de las vecinas de la zona.

En las redes sociales la indignación de los vecinos también se reflejó. Marc Garriga publicaba imágenes del botellón de Mandri juntos un texto: “Hoy la Guardia Urbana cortando el tráfico de la calle Mandri para que los niñatos hagan botellón tranquilos en la vía pública. Eso sí, yo no puedo pasear el perro sin atar”.

Los bares de la zona hicieron su particular agosto con los vecinos que bajaron a tomarse la última. Los supermercados 24 horas abiertos también. “Es horrible y lo peor es que es el tercer año consecutivo que pasa”, añade Pedro mientras se fuma un cigarro en una de las paradas del autobús de la calle. “Aun así, solo es un día año y se olvida pronto”, ironiza este vecino. El desalojo se realizó sin incidentes.

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