Los socialistas lanzan un aviso claro ante las exigencias de ERC y Junts: no hay espacio para un referéndum

Primera gran curva en la compleja negociación de la investidura de Pedro Sánchez, que hasta ahora parecía avanzar de manera discreta sin graves contratiempos. Ante la resolución pactada el jueves en el Parlamento catalán por Junts y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en la que plantean que no habrá investidura si Sánchez no se compromete a “trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración del referéndum” ―y en pleno debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo que tiene este viernes su última sesión― el PSOE y el PSC publicaron a última hora del jueves un comunicado excepcional para lanzar un aviso rotundo a ERC y Junts y aclarar que los socialistas nunca negociarán un referéndum de autodeterminación. “El diálogo ha de servir para superar la división y no para profundizar en la ruptura y la discordia que tanta tensión generó de forma estéril en Cataluña y en el resto de España”, plantean los socialistas. “Por ese camino, no hay avance posible. El camino es el de la convivencia y la cohesión, el entendimiento y el progreso económico y social de Cataluña y del resto de España, siempre dentro de la Constitución”.

Aunque en el comunicado no citan la palabra amnistía, del texto y de las posiciones de los últimos días, así como de las conversaciones con distintas fuentes socialistas, se puede interpretar muy claramente el mensaje: la negociación gira sobre la amnistía, ahí el PSOE sí está dispuesto a avanzar, pero si se pone encima de la mesa de nuevo el referéndum, se irá a vía muerta y hay riesgo de repetición electoral. Fuentes socialistas señalan que el comunicado lanza un mensaje claro: el referéndum de autodeterminación, a diferencia de la amnistía, no es negociable ni posible.

Los socialistas estaban convencidos, por las palabras en público y en privado de los independentistas en las últimas semanas, incluidos Carles Puigdemont y Oriol Junqueras —los líderes de Junts y ERC, respectivamente—, que el referéndum no iba a entorpecer la negociación. Las conversaciones, según fuentes tanto del PSOE como de Sumar y de los independentistas, avanzaban a buen ritmo, y nada hacía presagiar un contratiempo. Pero la resolución pactada por ERC y Junts en el Parlament ha sentado muy mal en La Moncloa, en la madrileña calle de Ferraz (sede del PSOE) y en Sumar, que también ha reaccionado de forma crítica. Los Comunes han dejado muy claro que rechazarán en el Parlament la exigencia de referéndum de ERC y Junts: “No negociamos con líneas rojas”, han señalado.

A pesar de esta evidente tensión, fuentes tanto de los socialistas como de los independentistas señalan que esto no es un plante ni una ruptura de las negociaciones, que seguirán de forma discreta. Es más bien un aviso de que el PSOE y el PSC, con apoyo en esto de Sumar, no están dispuestos a asumir que los independentistas, por una disputa entre ellos, vayan subiendo el tono y vuelvan a un debate de 2017 como es el del referéndum de autodeterminación. En cualquier caso, nadie da ni mucho menos por muerta la negociación, y todos confían en poder reconducirla una vez que han quedado claros algunos límites que en realidad ya estaban nítidos en las conversaciones privadas, pero ahora se han hecho públicos.

El PSOE ha querido cortar inmediatamente las especulaciones sobre la posibilidad de que ellos puedan llegar a aceptar un referéndum para lograr una investidura. Sí están dispuestos a hacerlo con la amnistía y otras cuestiones económicas que están en la negociación, pero no con el referéndum, que consideran inviable constitucionalmente y sobre todo indeseable políticamente, porque lo que el PSOE plantea es votar un acuerdo si se logra, como la reforma del Estatut, pero no someter a la sociedad a votar una división.

En declaraciones en La noche en 24 horas de TVE, el portavoz de Sumar en el Congreso, Ernest Urtasun, ha criticado el movimiento de pieza de ERC y Junts. Urtasun ha explicado que “todos los interlocutores” que están negociando la investidura de Sánchez saben “los marcos y el terreno de juego”, pero “estas formas no son ni serias ni responsables”. “Estoy convencido de que nadie está pensando en la repetición electoral”, tampoco ERC y Junts, ha especificado, y se ha mostrado convencido de que “el mandato de las urnas saldrá adelante”. Ha insistido en que “cuando uno sale” del “marco de negociación” y “propone cosas que no están en ese marco” está actuando “de forma poco seria y responsable”. “Queremos hacer un llamamiento a ERC y Junts a la responsabilidad y ese texto no ayuda”, ha concluido.

A pesar del ruido que ha generado la propuesta por el gesto que supone en plena negociación, esta ni siquiera tiene los votos para salir adelante este viernes, cuando se vote en el Parlamento catalán, porque no la apoya la CUP. El PSOE confía en que los dos partidos independentistas entiendan que no se puede forzar tanto la máquina cuando se está negociando algo tan delicado como una amnistía.

Mientras, los independentistas señalan en privado que ellos no pueden renunciar a un referéndum que está en la base de su proyecto político. El PSOE confía en que la voluntad de la sociedad catalana de que haya un Gobierno progresista que frene la alternativa de PP y Vox funcionará como acicate para que la negociación vuelva a los términos en los que estaba. “La sociedad catalana en particular, y la española en su conjunto, han apostado de manera amplia por un Gobierno progresista que continúe la senda de diálogo, acuerdos y concordia iniciada hace cuatro años, y no por mirar al peor pasado, sino por seguir construyendo juntos un futuro mejor”, remata el comunicado del PSOE y el PSC.

Una de las grandes incógnitas del debate en la Cámara catalana era si, después de días de hostilidad entre los exsocios de Govern, lograrían ponerse de acuerdo respecto a las resoluciones sobre la amnistía y la autodeterminación. Tanto ERC como Junts presentaron cada uno el suyo y se han pasado el día intentando llegar a una transacción, que se ha producido in extremis. El nuevo texto, que se someterá a votación el viernes, busca que la Cámara catalana se “reafirme en la defensa del ejercicio del derecho a la autodeterminación” y “se pronuncie a favor de que las fuerzas políticas catalanas con representación en las Cortes no den apoyo a una investidura de un futuro Gobierno que no se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones para la celebración de un referéndum”.

Votos indispensables para la investidura

Los votos de Junts y de ERC son indispensables para que salga adelante la investidura de Sánchez. Desde las elecciones del 23-J, socialistas y Sumar se han mostrado dispuestos a satisfacer la demanda de una amnistía a los encausados del procés, la otra condición de partida que ponían los partidos independentistas, pero la reclamación de un referéndum de independencia la han rechazado de plano.

ERC y Junts no aclaran si esa condición que ponen a Sánchez para investirlo seguiría en pie en caso de que el Parlament no le dé el visto bueno, pero de entrada es una clara declaración de intenciones. El martes, en la primera sesión del debate en la Cámara catalana, fue el propio president, Pere Aragonès, el que puso sobre la mesa la exigencia de que en esta legislatura se “fijen las condiciones” para un referéndum de independencia, y dio por descontada la aprobación de la amnistía. Las declaraciones sentaron mal en Junts, cuyo líder parlamentario, Albert Batet, afeó al republicano que hablara en nombre de ellos. Ahora, sin embargo, ambos hacen piña con la idea de poner la casi imposible exigencia en la lista de peticiones a Sánchez.

El intento de los independentistas de forzar una negociación sobre un referéndum ya ha estado sobre la mesa en anteriores ocasiones, especialmente cuando se puso en marcha la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. Ambas partes fueron de cierta manera arrinconando y postergando el debate para poder seguir dialogando. Incluso, al anunciar sus condiciones para esta investidura, el expresident huido en Bélgica Carles Puigdemont se había referido a la autodeterminación, pero sin hacer planteamientos maximalistas ni ponerlo como requisito a corto plazo.

Respecto a la amnistía, el texto transaccionado sí recibirá el apoyo de la CUP y apela a “la necesidad de una ley de amnistía para dejar sin efecto lo tipificado como infracción penal o administrativa, en relación a la defensa en el ejercicio del derecho a autodeterminación de Cataluña, e insta al Govern de la Generalitat y las instituciones catalanas a sumarse al esfuerzo colectivo por la aprobación de esta ley y a realizar un seguimiento proactivo de su aplicación de forma inmediata a su aprobación”. El PSC, por su parte, ha descartado apoyar cualquier texto sobre la amnistía, al considerar que no es este el momento ni el espacio para ese debate, y ha instado a seguir negociando.

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