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Pobreza energética
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

A 40 grados sin nevera ni ventilador

Endesa deja sin suministro desde hace dos semanas a 150 personas declaradas vulnerables por los servicios sociales de Sabadell, denuncia la PAH. Las 28 familias tenían la luz pinchada

Ola de Calor en Barcelona en una imagen de archivo.  Foto: Massimiliano Minocri
Ola de Calor en Barcelona en una imagen de archivo. Foto: Massimiliano MinocriMASSIMILIANO MINOCRI
Francesc Valls

El pasado miércoles, 18 de julio, la temperatura máxima en Sabadell alcanzó los 40 grados. Un infierno para muchos. Especialmente para las personas que viven en el bloque del número 47 de la calle Puig i Cadafalch, en el edificio conocido como Guillem Agulló. Ese día, Andrés Ucendo, de 61 años, tuvo que subir a pie varias veces los seis pisos desde la calle hasta el que es desde 2015 su domicilio. El motivo es que Endesa había decidido, el pasado 12 de julio, cortar la luz a la treintena de familias que habitan el edificio, todas ellas declaradas vulnerables por el Ayuntamiento de Sabadell. Así que desde hace casi dos semanas, 150 personas -entre ellas 30 menores y tres con dependencia- viven sin poder disponer de nevera, ventilador, ascensor y energía eléctrica en general. A ello hay que sumar las pequeñas-grandes tragedias que quedan tras la puerta de cada piso, como el caso la niña autista que por miedo a los oscuridad se niega a salir de su habitación y expresa su desconsuelo toda la noche, explica Andrés. Este es somero un extracto de la cotidianidad del bloque, habitado por “okupas”, según la derecha de brocha gorda.

El asunto está en manos del Ayuntamiento de Sabadell, que no fue advertido del corte de suministro, y de la Síndica de Greuges. El edificio, como tantos otros habitadas por personas víctimas de desahucios, tienen la luz pinchada directamente, sin mediar contador. Y la ley ampara a las compañías a cortar el suministro si “la red no es segura”. También es cierto que un acuerdo firmado en 2021 entre Endesa y la Generalitat debe dar acceso a la instalación de contadores sociales para aquellos familias declaradas vulnerables por los servicios sociales. Sin embargo, a finales de 2022 solo se habían instalado 35 de esos contadores y ninguno de ellos en grandes municipios.

El año pasado, la compañía eléctrica en cuestión aumentó sus beneficios un 77% respecto a 2021. 2.541 millones de euros netos. El mismo día en que hacía públicos tan brillantes resultados, Endesa anunciaba que había presentado recurso ante la Audiencia Nacional contra “injustificada y discriminatoria” tasa del 1,2% sobre los ingresos no regulados de las energéticas. Cuestión de pesos, medidas y justicia distributiva.

En el caso del edificio de Sabadell, Endesa acusa a los vecinos de haber impedido hasta en un centenar de ocasiones acceder a la sala de contadores. Los habitantes del inmueble aseguran que solo en dos ocasiones no facilitaron el paso. Lo incontestable es que el martes 12 de julio tres dotaciones de antidisturbios y dos coches patrulla de los Mossos franquearon el acceso de los operarios de Endesa que procedieron a cortar la luz en nombre de la seguridad.

Así que desde el 12 de julio Andrés y su esposa van a comer a casa de los hermanos y a cenar a casa de la madre de ella. “Hay que comprar al día y consumir inmediatamente y nada se conserva”, explica el vecino, quien recuerda que antes de la pandemia ya se intentó negociar un alquiler social y la instalación de contadores. El gran tenedor, propietario del edificio, se negó a reducir los precios de mercado y las conversaciones con Endesa también fracasaron.

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Las viviendas del bloque Guillem Agulló están controladas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Crisis de Sabadell. Es lo que Aida, la portavoz del movimiento, denomina un “edificio liberado”, al que solo se da acceso -asegura- a personas consideradas vulnerables por los servicios sociales del Ayuntamiento de Sabadell.

La ola de calor que vive Cataluña urge a hallar una solución rápida. En 2022, 4.700 personas perdieron la vida en España por causas relacionadas con el exceso de temperatura entre finales de abril y principios de setiembre. Hay que ponerse manos a la obra y hacer que la política ponga a la economía al servicio de las personas.

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