‘Polònia’ y ‘APM’ , dos programas de humor de TV3, replican a Juana Dolores

Doble ración este jueves de Juana Dolores en TV3. Los dos programas de humor de la noche, Polònia i APM, dieron la réplica de TV3 al larguísimo zasca que protagonizó la poeta y performer en una entrevista con Xavier Graset en la emisora. Durante la misma cargó con vehemencia contra políticos catalanes, la burguesía catalana y... TV3, culpándola de no hacer su trabajo como televisión pública.

El programa de sketches Polònia ya había anunciado con un vídeo en las redes que Juana Dolores se había presentado en el plató de Polònia. La imitaba Judit Martín, una de las actrices más populares del programa. En el vídeo se veía a Dolores, definiéndose como poeta y polifacética, diciendo que se la sudaba salir en un programa mainstream. Ya en el programa, Dolores se colaba en el plató irritada diciendo que TV3 debe hacer lo que hacen las televisiones marxistas, hablar de ella. Sin embargo, citó a Ho-Chi-Min (“no puede ser que los medios públicos estén hablando de mi libro, cuando podrían no estar hablando de mi libro”). Y deseó que un meteorito cayera sobre Polònia reventándolo todo y que un tanque entrara en Edicions de l’Abadia de Montserrat. Polònia presentó una Dolores confusa sobre su deseo de que TV3 hablara, o no hablara, de su libro. El espectador podía sacar la conclusión de que la celebérrima entrevista con Graset fue una maniobra promocional.

APM, el programa de elaborados zapings que comentan con otras imágenes igualmente televisivas, se limitó a reproducir un momento de la entrevista, con críticas a su presentador, para terminar con un breve flash de simpatía hacia Graset. En las redes se recalentó una excelente entrevista breve de Joel Díaz en un APM de 2021, antes de que él mismo tuviera problemas en TV3 y abandonara su late show. Díaz presentaba a Dolores como una gorila que ha irrumpido en el panorama literario y cultural catalán con dos ametralladoras entrando en una tienda de antigüedades. Dolores también se despachaba allí contra la élite cultural catalana, por aburrida, y afirmaba que no se podía decir la verdad en Cataluña. Díaz también tuvo su ración de jarabe. Dolores le reprochó ignorar quién era Carme Portacelli: “Mucho defender el catalán, pero luego no sabemos quién es la directora del Teatre Nacional de Catalunya”. Todo en un tono amigable.

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