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El Govern bordea el precipicio por el bloqueo de la negociación presupuestaria con el PSC

ERC da un toque de atención a los socialistas sobre las consecuencias en el Congreso de no tener cuentas en Cataluña e Illa avisa que no acepta amenazas

Àngels Piñol
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en un momento de su intervención el pasado jueves en el Palau de la Generalitat. / ALBERTO PAREDES (EUROPA PRESS)
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en un momento de su intervención el pasado jueves en el Palau de la Generalitat. / ALBERTO PAREDES (EUROPA PRESS)ALBERTO PAREDES (Europa Press)

El Govern está bordeando el precipicio tras el bloqueo de la negociación de los presupuestos autonómicos con el PSC, encallada desde hace semanas. El president Pere Aragonès y Salvador Illa, líder de los socialistas catalanes, se dieron el sábado 14 en Arenys de Mar (Barcelona) una semana para enderezar las conversaciones, pero las posiciones se han enrocado. El plazo expiraba el pasado fin de semana aunque no tenía categoría de ultimátum y las dos partes, pese a que se culpan mutuamente, se aprestan a seguir hablando. En todo caso, la falta de acuerdo es una fotografía del bloqueo. ERC ha dado a los socialistas “un toque de atención” sobre las consecuencias que la falta de presupuestos en Cataluña puede tener en el Congreso. Esta semana se adivina clave para el futuro de las cuentas y, de paso, del Govern y del riesgo de que colapse la legislatura.

Con un Gobierno catalán sustentado en una escuálida minoría de 33 diputados sobre 135, Aragonès tiene que hacer equilibrios para consolidar el mandato tras la ruptura de la coalición con Junts. De momento, cuenta solo con la alianza presupuestaria de los comunes (ocho escaños), pero necesita de forma ineludible el apoyo de uno de los dos partidos grandes. Y el asunto resulta espinoso: o es con Junts, su exsocio, o con el PSC, con quien no había tenido relación desde hace años hasta el punto de que Oriol Junqueras, líder de ERC, desdeñó su apoyo —luego lo matizó— justo el día en que rompió con Junts. Ahora, el Govern ha pasado de querer aprobar las cuentas con la mayoría soberanista a priorizar la negociación con el PSC —más de 20 reuniones— sin que se atisbe una salida. Cataluña, mientras tanto, es una de las pocas comunidades en prórroga presupuestaria.

Con el objetivo de presionar a los socialistas, Aragonès ha convocado este lunes al Consell del Diàleg Social de Catalunya, formado por sindicatos y patronal, para actualizar su información sobre el estado de la negociación. A primeros de diciembre, el Govern y este órgano pactaron medidas sociales por valor de 1.440 millones de euros, entre ellas actualizar el Indicador de Renta de Suficiencia de Cataluña, congelado desde hacía 12 años y que se elevará un 8%. No parece que ese movimiento de Aragonès de convocar el foro vaya a surtir efecto en el PSC. En una entrevista en El Periódico, Illa, que ratifica su propuesta, que tilda de “mínimos”, dijo ayer: “La presión es para quien tiene la responsabilidad: el president”.

Aragonès ha convocado este lunes al Consell pel Diàleg Social, formado por la patronal y sindicatos, para informar sobre el estado de las negociaciones

El Govern y el PSC dan versiones tan opuestas sobre la negociación como la noche y el día. Ganadores de las últimas elecciones, los socialistas catalanes ven llegado su momento, y quieren dejar su sello en los presupuestos impulsando grandes infraestructuras por mucho que incomoden a las bases de ERC. Son proyectos, rechazados también por los comunes de Ada Colau y la CUP, como la ampliación del aeropuerto de El Prat; el desbloqueo del complejo recreativo del macrocasino Hard Rock Café —junto a Port Aventura— y la prolongación de la Ronda del Vallès. ERC rechazaba incluirlos en las cuentas y alega que se ha movido; que tienen un acuerdo de redactado con los socialistas sobre el centro lúdico y el aeropuerto y que solo les separa la B-40 y que el PSC dé su respuesta sobre el trazado que proponen los republicanos. Illa no solo lo niega sino que asegura que la lista de discrepancias es mucho mayor.

“En una negociación no puede ser todo o nada. Es una pena que se bloquee por razones partidistas. Todo el mundo debe ceder”, dijo ayer la consejera de Presidencia Laura Vilagrà. El mensaje es casi idéntico al que suele pronunciar Alícia Romero, portavoz del PSC, que insta a ERC a darse un “baño de realidad” y ver que solo tiene 33 actas. Las dos políticas fueron designadas hace nueve días para desencallar la negociación. No se han visto, aunque han hablado, desde hace una semana.

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Laura Vilagrà pide al PSC que no plantee un todo o nada y Meritxell Batet que el Govern no está para “dar lecciones ni hacer amenazas”

La presencia de Pedro Sánchez en la cumbre franco-española, celebrada el jueves en Barcelona, ha acabado por sacudir este rompecabezas. Aragonès trasladó al presidente del Gobierno su voluntad de pactar las cuentas, y afloró la certeza que siempre han tenido los socialistas catalanes de que ERC, amparada en su buena sintonía con La Moncloa, acabaría en última instancia recurriendo a Sánchez para forzar su voto. “Eso no va a pasar”, dijo Romero el viernes subrayando la autonomía del PSC. Illa dio muestras de su buena relación con el secretario general del PSOE fotografiándose en una librería y el sábado replicó a ERC que no acepta “amenazas” y que estas son síntoma de su impotencia.

La duda ahora es si ERC pondrá trabas a la tramitación de leyes como la de la vivienda o la reforma de ley mordaza. Esa posición choca con el discurso oficial de ERC de “mezclar” carpetas. “No nos tienen que dar lecciones ni hacer amenazas”, espetó ayer a ERC Meritxell Batet, presidenta del Congreso, en un acto electoral. “El Govern debe asumir responsabilidad, compromisos y riesgos”. El estado de las negociaciones se visualizará el miércoles, en la sesión de control en el Parlament, la primera del año. La jornada será delicada para Aragonès al estar convocada una huelga de sanitarios, profesores y taxistas.

Mientras, el Govern mantendrá mañana una nueva cita con Junts. Jordi Turull, secretario general, reprochó ayer a Aragonès que haya pasado de ser investido por una mayoría secesionista a tener que pedir apoyo a Pedro Sánchez para aprobar las cuentas: “Pedimos al Govern que acabe este vodevil anunciando acuerdos que no se han cerrado y pidiendo apoyos. La negociación debe hacerse en el Parlament y no el Congreso”. Y los comunes levantan la mano recordando que este baile no es cosa de dos —A ERC y PSC les faltan dos diputados para la mayoría— sino de tres. Jéssica Albiach, líder de los comunes, avisa de que su pacto con Aragonès será papel mojado si el Govern invierte en los macroproyectos. ERC celebra este próximo fin de semana su congreso donde debatirá la ponencia política de un acuerdo de claridad sobre un referéndum y una resolución de las bases que veta que el Govern ceda en la ampliación del aeropuerto.

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