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Un refugio para caballitos de mar: así funciona el nuevo laboratorio submarino de la Costa Brava

Un espacio bajo el agua en la costa de Llançà acoge tres proyectos que intentan replantar posidonia, captar larvas de nacras y refugiar especies en peligro

Laboratorio submarino
Un submarinista en un colector de nacras.Submon

Submon, una asociación dedicada a la conservación, estudio y divulgación de especies acuáticas, ha puesto en marcha unos 48.000 metros cuadrados de laboratorio submarino en Llançà, al norte del Cap de Creus (Girona). En este Espacio de Custodia Marina acordado con la Generalitat y el Consistorio, de forma pionera se intentará replantar manojos de posidonia (Posidonia oceanica) arrancados por temporales y llegados a la playa, captar larvas de nacras (Pinna nobilis) a través de colectores e instalar una estructura como refugio de caballitos de mar (Hippocampus guttulatus). El laboratorio está situado en la parte marina de la Serra de la Albera, en concreto en las playas de Canyelles y el Rastell y forma parte de la Red Natura 2000.

Antes de poner en marcha este laboratorio submarino donde se efectuarán actuaciones dedicadas a la preservación de especies en regresión, Submon limpió la zona de bloques de hormigón abandonados que afectaban a la posidonia. “El área de mata muerta es el lugar idóneo para intentar replantar los haces”, explica uno de los biólogos del proyecto, Jordi Sánchez. El espacio de custodia está dentro de la Red Natura 2000, una red de áreas de conservación de la biodiversidad para promover el buen estado de conservación de hábitats y especies de interés comunitario. Es la mayor red de espacios protegidos e instrumento básico para la conservación de la natura en la UE. Los espacios marinos son un 38% del total.

Sánchez explica que en una zona de 300 por 160 metros ya han marcado varias parcelas submarinas de 2 metros cuadrados. Ahora solo falta un temporal que, como tantas veces, deje la arena de la playa recubierta de posidonia arrancada del fondo del mar y haya manojos viables para ser replantados. Entonces se pondrá en marcha el engranaje y vecinos de la localidad, que ya han recibido formación, cogerán las matas y las llevarán a la cofradía donde ya habrán preparado unos bidones de agua salada para que las conserven en su interior. Posteriormente, los expertos irán a hacer la replantación. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de Coca-Cola a través del proyecto Mares Circulares.

La posidonia es una planta marina endémica y esencial para el Mediterráneo que no está en ningún otro mar. Se encuentra en fondos arenosos de hasta 40 metros y tiene raíces, tallo, hojas y a veces flores y frutos. Es vital para el ecosistema, ya que mantiene el sedimento inmóvil con sus raíces y sus praderas aportan hábitat, alimento y refugio a multitud de especies (como el caballito de mar y la nacra), actúa como sumidero de carbono (carbono azul), oxigena el agua y filtra partículas en suspensión, por lo que se la asocia a aguas cristalinas y protege la costa de tormentas y oleaje. Asimismo, es sensible a la contaminación, por lo que es bioindicador de la calidad del agua. Está en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, y está amenazada por el fondeo de barcas, construcciones y sobre todo el cambio climático. La subida de temperatura del mar puede causar la desaparición de la especie.

Otro de los proyectos es la instalación de colectores para intentar captar larvas de nacra. “Creemos en la conservación de la nacra si conseguimos capturar larvas, aunque hasta el momento no hemos tenido éxito en esta zona. En primavera lo volveremos a intentar”, apunta Sánchez. El hecho de que sea hermafrodita (cambia de sexo varias veces) junto a un reclutamiento escaso, hace que haya dificultades serias para su recuperación. La nacra es el mayor molusco del Mediterráneo y segundo del planeta –puede llegar al metro- y también es emblemática por no vivir en ningún otro mar. En 2016 el parásito (Haplosporidium pinnae) causó mortalidades masivas y llevó a su drástica desaparición. Se declaró en peligro de extinción. Habita en praderas de posidonia y Cymodocea nodosa y facilita nuevos hábitats a especies bentónicas y al alimentarse por filtración de agua retiene grandes cantidades de materia orgánica en suspensión y favorece las aguas transparentes.

Finalmente, los biólogos de Submon tienen listo un proyecto para la conservación de caballitos de mar, aunque falta financiación. “Si no la conseguimos no descartamos financiarlo nosotros”, sostienen desde la entidad. “Son difíciles de ver, pero los hay”, asegura Sánchez. Donde no haya posidonia instalarán unas estructuras para crear tridimensionalidad. La idea es que las utilicen como refugio.

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Los caballitos de mar son un grupo de peces –hay 50 tipos- del género Hippocampus. Están cubiertos de anillos óseos y su forma de nadar es única, erecta, gracias a su aleta dorsal. Son carnívoros y no tienen dientes, a través de su largo hocico tragan el alimento. Miden entre 15 milímetros y 30 centímetros y viven en todo el mundo a poca profundidad en aguas templadas y con muchas algas. Es monógamo y la única especie animal que da a luz el macho después que la hembra le inserte entre 100 y 1.500 huevos en la bolsa incubadora.

Los expertos están a la espera. Confían que en verano algún manojo de posidonia haya arraigado y a final de temporada desmontarán los colectores de nacras para evaluar sus resultados.

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