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La Guardia Urbana solo ha multado a 41 dueños de perros por abandonar excrementos en las aceras

Pese a ser uno de los problemas incívicos de Barcelona, son muy pocas las sanciones impuestas a los propietarios de mascotas y solo la mitad de multas las pagan

Denuncias a dueños de perros
Una mujer pasea su perro en el barrio de la Bordeta.Albert Garcia
Alfonso L. Congostrina

La lucha contra el incivismo no acaba de dar sus frutos en Barcelona. Una de las quejas más habituales de los vecinos es la cantidad de excrementos de animales que encuentran en las aceras. Cada año, el Ayuntamiento pone en marcha una campaña de concienciación para obligar a los propietarios de animales a no abandonar cacas y a regar con agua los orines de sus mascotas en las aceras. Pese a esa supuesta fijación por castigar, el abandono de heces no se traduce en denuncias. EL PAÍS ha tenido acceso al número de multas impuestas por la Guardia Urbana a responsables de perros que abandonan excrementos. En lo que va de año solo se han puesto 41. El cuerpo policial municipal mantiene que es muy complicado interceptar a los responsables de los animales abandonando cacas, pese a ello, el número de sanciones parece muy insuficiente después de constatar que en cada distrito de la ciudad hay calles que, según repiten continuamente los vecinos, “parecen un campo de minas”. Calles que el propio Consistorio conoce pero sobre las que no se ejerce ninguna presión policial y, por lo tanto, ninguna sanción.

El pasado mes de agosto la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se dirigió al Ayuntamiento exigiendo más vigilancia y sanciones a los propietarios de perros que olvidan excrementos en las playas. La propia OCU alertaba que, en un estudio realizado en 2019 por la entidad sobre limpieza urbana en España, los excrementos abandonados en la vía pública fueron el primer elemento de suciedad que señalaban los encuestados. El Ayuntamiento informó a la OCU sobre campañas de sensibilización, habilitación de espacios para que los animales hagan sus necesidades y, sobre todo, sanciones disuasorias. Ese incremento aún no se ha producido. Las multa impuestas pueden ser de hasta 300 euros, incrementándose hasta 900 sí el abandono de excrementos se realiza en parques infantiles. Pese a ello, el abanico de la multa es muy variable y hay una reducción del 50% si el denunciado admite la culpa y paga en pocos días. En lo que va de año, la Guardia Urbana ha impuesto 41 denuncias de las que solo han pagado 18 personas, que han supuesto para el Consistorio una recaudación de 2.025 euros (la media es de 112,5 euros por denuncia).

Pese a que aumentan tanto la sensibilización como las quejas por el abandono de deposiciones, las multas se han reducido. En 2021 la Guardia Urbana interpuso 44 denuncias de las que solo se cobraron 22 recaudando 2.014 euros (91,54 de media). En 2020, la Urbana puso 60 pero el Consistorio solo cobró 29 por valor de 3.600 euros (124,13 de media). En los años anteriores, el sistema informático no acaba de resolver cuantas multas se recaudaron. En 2019 se interpuso 69 denuncias y solo se pagaron 31 y en 2018 se sancionó a 70 personas sin que se sepa cuantas abonaron la multa.

Un perro hace sus necesidades en la calle. Barcelona.
Un perro hace sus necesidades en la calle. Barcelona.Albert Garcia

¿Cuántos perros hay en Barcelona?

La directora de servicios de derechos de los animales del Ayuntamiento de Barcelona, Carmen Mate, admite que el número de perros que viven en la capital catalana es casi una incógnita. Los ayuntamientos tienen la obligación de llevar un censo municipal de animales de compañía –perros, gatos y hurones- y el propietario tiene la obligación de censarlo en el registro general de animales de compañía (ANICOM). En la práctica pocos lo hacen. En el ANICOM de Barcelona solo aparecen registrados 65.000 perros. Hay otro censo un poco más fiable que es el Archivo de Identificación de Animales de Compañía (AIAC) que es en el que vierten los datos todos los veterinarios. Según este archivo, en Barcelona hay 180.000 perros pero seguro que existe una cifra oculta de animales que nunca han sido censados. “Con los datos del AIAC hemos comprobado que el número de perros de la ciudad de Barcelona ha aumentado un 16% en solo cinco años. Parece que hay una tendencia a vivir en familias de menos miembros pero con un animal de compañía”, destaca Mate.

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Este 2022 hay un pequeño repunte de abandonos de animales que rompe con la tendencia marcada en 2020. “En el año pandémico se frenó el abandono y se incrementó la adopción de animales. En septiembre de 2020 había 135 perros en el centro de acogida municipal, el pasado septiembre había 170″, lamenta Mate. Y apunta que existen puntos de la ciudad críticos por acumularse el abandono de excrementos. . “Los responsables de perros incívicos no llegarán al 1% o 2% pero hay tanta densidad de animales que se nota muchísimo”, lamenta. Uno de los distritos más castigados es Nou Barris pero el Ayuntamiento sabe perfectamente donde hay lugares en los que la presencia de cacas se ha cronificado. “La plaza Pompeu Gener en la Barceloneta, la de la Pau en el Gòtic, la plaza Olerdola en Gràcia, Can Dragó en Sant Andreu…”, enumera Mate. El Ayuntamiento sabe que existe un problema de incivismo en estos puntos pero, con los datos en la mano, se constata que se prefiere la sensibilización antes que la sanción.

La dificultad añadida según las entidades animalistas es que pese a que en 2018 se empezó a aplicar la ordenanza de protección, tenencia y venta de animales no se ha desplegado el decreto que establece los espacios reservados a los animales de compañía y, sobre todo, aquellos donde pueden ir el perro sin correa. En la práctica se quejan de que no hay lugares suficientes para la sociabilización y el recreo de sus mascotas y, por tanto, para hacer sus necesidades en la vía pública. Esa ordenanza preveía que los llamados pipicans se iban a convertir en las áreas de recreo para perros y debía haber uno por distrito de, al menos, 700 metros cuadrados. Además se establecían las Zonas de Uso Compartido (ZUC) donde, en horarios determinados, los perros podía ir sin atar. Estas zonas no se han construido y el equipo de gobierno mantiene que no se harán “hasta avanzado el 2023″.

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