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EL PAÍS que hacemos
Por Equipo de Comunicación
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‘Quadern’ se da un baño de cultura y periodismo en la celebración de su 40º aniversario en Barcelona

Dos debates organizados por el suplemento cultural en catalán de EL PAÍS apuntan que la capital catalana no está en decadencia, sino que sigue siendo un laboratorio de referencia

Desde la izquierda, Judit Carrera, Pepa Bueno, Valentí Oviedo y Elvira Dyangani Ose, en el debate de este jueves.
Desde la izquierda, Judit Carrera, Pepa Bueno, Valentí Oviedo y Elvira Dyangani Ose, en el debate de este jueves.Albert Garcia
Mar Rocabert Maltas

Barcelona no está en decadencia, sino que sigue siendo un laboratorio cultural de referencia, a juzgar por las intervenciones de tres responsables de instituciones culturales de la ciudad, el Macba, el Centro de Cultura Contemporánea (CCCB) y el Liceu, la editora de Club Editor y dos periodistas de la casa que rastrean la actividad cultural día tras día. Los seis han sido protagonistas de dos mesas redondas moderadas este jueves por la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, y Jordi Amat, coordinador del suplemento cultural Quadern, que esta semana celebra su 40 aniversario. El acto, enmarcado dentro de la Biennal de Pensament, se ha celebrado en la biblioteca Jaume Fuster y ha reunido a algunos de los mejores exponentes de la cultura catalana. Como apuntó Bueno, solo este acontecimiento cultural, que ha traído a la capital catalana a Svetlana Aleksiévich o ha reunido a casi un millar de adolescentes en una plaza con la filósofa Marina Garcés, demuestran el buen pulso creativo de la ciudad.

Con la alcaldesa Ada Colau en primera fila, además de otros representantes políticos como Jaume Collboni, primer teniente de alcalde, o Ernest Maragall, presidente del grupo de Esquerra en el Ayuntamiento de Barcelona, Pepa Bueno, que antes se había reunido con un grupo de suscriptores, abrió el primer debate pidiendo a los participantes que demostraran este músculo cultural en tonificación. Valentí Oviedo, director general del Liceo, puso todo el énfasis en el reciente estreno de La gata perduda, una ópera hecha con los vecinos del Raval a través de sus entidades, como un primer paso de la institución para superar la desconexión con su barrio, uno de los más desfavorecidos de la ciudad.

Judit Carrera, del CCCB, se refirió a la exposición dedicada a Francesc Tosquelles, para reivindicar la recuperación del legado cultural interrumpido por la Guerra Civil y el franquismo, puesto que era un psiquiatra de referencia y pionero en Francia, desconocido en su tierra, que supo ver los valores del arte como terapia para las enfermedades mentales y la necesidad de transformar las instituciones psiquiátricas desde dentro. Así es el trabajo que está haciendo Carrera al frente del CCCB, siguiendo el mandato de Tosquelles de la “utopía pragmática”, en sus palabras. También Elvira Dyangani, del Macba, aprovechó este concepto para defender que “es fundamental que las instituciones crezcan con la comunidad”, ya sea la más cercana, como es el barrio del Raval, o una parte del sector artístico que se había visto excluido de esta institución del arte contemporáneo. Después de un año al frente del centro, Dyangani ha afirmado que su compromiso es escuchar a la gente que les rodea, vecinos, artistas, productores… “para cambiar el museo con la voz de todos”.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, junto a la directora de El Pais, Pepa Bueno.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, junto a la directora de El Pais, Pepa Bueno.Albert Garcia

El Raval también ha tenido mucho protagonismo en el segundo debate, moderado por Jordi Amat, que ha puesto en valor las bibliotecas públicas como espacios de acceso universal a la cultura de los últimos 40 años. Jacinto Antón, periodista cultural de EL PAÍS desde el inicio de la redacción de Cataluña, también en 1982, ha bromeado sobre el cinismo y el pesimismo del oficio. Pero en tono optimista, ha hecho un recorrido por toda la cultura que ofrece el barrio, más allá del Macba o el CCCB, pasando por la Universidad de Barcelona, el Teatro Romea, La Filmoteca o incluso la sala Apolo, y ha destacado el papel de la librería La Central del Raval.

Una guía por la vivacidad de la cultura, sorteando los márgenes, que Noelia Ramírez se ha encargado de defender, especialmente porque en los llamados márgenes o periferia viven la mayoría de las personas, a las que muchas les cambió la vida el acceso a la cultura, a través de las bibliotecas pero todavía más de internet, un lugar donde encontraron la capacidad de tener agencia, como bien han demostrado Estopa, Alizzz o Rosalía. A ella le parecen interesantes las voces que rompen el canon cultural, que es precisamente lo que Maria Bohigas recupera.

La editora compró a Planeta en 2005 Club Editor, la editorial fundada por su abuelo, Joan Sales, y Xavier Benguerel en 1959. Para ella los clásicos son aquellos que sobreviven al paso del tiempo, son aquellos predecesores que los escritores que empiezan leen y tienen de referencia. Una secuencia que se rompió durante algunas generaciones porque la escuela también ha olvidado la tradición literaria catalana. Aun así, el mundo editorial lo está recuperando y se ha atrevido a hablar incluso de época de inflación. Pero ha asumido que “más vale esto que la etapa anterior”. Quadern, que se publica cada domingo con EL PAÍS, es uno de los observadores de la actividad literaria catalana.

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Sobre la firma

Mar Rocabert Maltas
Es periodista de tendencias y cultura en la redacción de Cataluña y se encarga de la edición digital del Quadern. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la Agència Catalana de Notícies. Vive en Barcelona y es licenciada en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra.

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