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El Govern catalán exhibe normalidad pese al ultimátum de Junts a ERC sobre la vía secesionista

El presidente Aragonès se abre a escuchar propuestas para avanzar a la independencia, pero insiste en la necesidad de aprobar los Presupuestos

Camilo S. Baquero
Pere Aragones
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto al vicepresidente Jordi Puigneró y la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, a su entrada este martes a la reunión semanal del Govern.Marta Pérez (EFE)

El Ejecutivo catalán, conformado por ERC y Junts, ha celebrado este martes su primera reunión tras la pausa estival en medio de una de las crisis más importantes que ha tenido desde que inició su andadura, en mayo del año pasado. La dirección del partido que lidera Laura Borràs había anunciado el pasado lunes que da tres semanas al presidente Pere Aragonès para que “reconduzca” su plan para encarrilar la independencia de Cataluña o, de lo contrario, someterá a sus bases la continuidad en el Ejecutivo. El republicano, según ha explicado la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, se ha limitado a invitar a sus consejeros a que le transmitan sus propuestas concretas en para avanzar en ese ámbito y pedir estabilidad en la acción de Gobierno. El sector de ERC trata así de transmitir la imagen de normalidad, aunque siendo plenamente consciente que se vienen curvas no solo al interior de la coalición sino también por el contexto económico. De ahí que la principal consigna es que aprobar las cuentas para el próximo año es la prioridad máxima.

El Govern había intentado desde un principio abstraerse del ruido que provoca la lucha entre los partidos que lo conforman, sobre todo por la cuestión independentista. Junts está completamente en contra de cómo se está abordando la mesa de diálogo con el Gobierno central (de hecho no participa, pues Aragonès no aceptó que la formación propusiera personas que no son consejeros para hacer parte de la delegación catalana) y la actitud pactista de ERC en el Congreso, que creen que se hace a cambio de nada o de simples concesiones de carácter autonómico. Hasta ahora se habían podido surfear las diferencias pero la decisión de la dirección de los de Borràs de mostrar el botón rojo de una posible caída del Ejecutivo tensa la situación al extremo.

Según Plaja, el president “siempre estará dispuesto a escuchar propuestas concretas de todo el mundo, especialmente en el ámbito de la resolución del conflicto con el Estado”. Aragonès ya había adelantado en una entrevista a la Agencia Catalana de Noticias, hace unas semanas, la voluntad de presentar en el Debate de Política General del Parlament (que coincide con el límite dado por Junts) una propuesta “inclusiva” para avanzar hacia el referéndum acordado con el Estado. La portavoz ha asegurado que el republicano ha explicado que es posible hacer “autocrítica y reconocer que hay espacio de mejora”. Y también ha recordado que existen otros espacios “de coordinación” para poder tratar esos temas, y así no ponerlos bajos los focos constantes que hay sobre el Govern.

La decisión de Junts de presionar por un cambio de actitud deriva de una auditoría interna que muestra avances importantes en la implantación de las medidas sectoriales acordadas por los socios antes de la investidura de Aragonès, pero también revela falencias en el eje nacional. Plaja no ha querido entrar a valorar los términos del ejercicio de rendición de cuentas de los de Borràs y ha insistido en que, aunque pueda haber acentos diferentes, el objetivo de lograr que Cataluña sea un estado independiente es “compartido y prioritario” para ambos socios. En mayo pasado, el propio Ejecutivo catalán presentó su balance del primer año de mandato y calificó con un 40% el avance en lograr el objetivo de solucionar el conflicto político mediante la negociación en la mesa de diálogo.

Fuentes del entorno de la vicepresidencia de la Generalitat, en manos de Jordi Puigneró (Junts), aseguran que durante la reunión el número dos del Ejecutivo sí ha criticado el papel del grupo parlamentario de Esquerra en Madrid y ha pedido explicaciones, pues la semana pasada se abstuvo en la convalidación del decreto ley de incendios forestales. El articulado tiene puntos sensibles que abiertamente invaden competencias autonómicas, por ejemplo en bomberos o en el papel del Servei Meterològic de Catalunya, y en Junts ven aberrante que pese a ello no se votara en contra. El PNV, que también ve un conflicto competencial, se abstuvo asimismo. A los que son los dos principales socios de Pedro Sánchez se les ha prometido que, en próximas normativas, se subsanarán los fallos. Junts no lo ve suficiente. “No solo no es que no avanzamos a la independencia, sino que perdemos soberanía”, ha criticado el vicepresident.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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