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La verbena convierte la AP-7 en Barcelona en un avispero

Tráfico se enfrenta al primer Sant Joan sin peajes y con una autopista colapsada de forma crónica

23/06/2022 - Barcelona - En la imagen el centro de control de Trafico de Cataluña en el día de la operación salida en el Puente de Sant Joan. foto: Massimiliano Minocri
23/06/2022 - Barcelona - En la imagen el centro de control de Trafico de Cataluña en el día de la operación salida en el Puente de Sant Joan. foto: Massimiliano MinocriMassimiliano Minocri (EL PAÍS)

Los colapsos en las carreteras de acceso a Barcelona se han empezado a dejar notar a partir de las tres de la tarde de este jueves, coincidiendo con el inicio de la operación salida del puente festivo de Sant Joan, y no se han empezado a notar mejoras hasta seis horas después. El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) calcula que saldrán del área metropolitana en torno a 450.000 vehículos hasta el viernes, lo que ha acabado saturando las vías de circunvalación de la ciudad (rondas de Dalt y Litoral) y sobre todo la AP-7, que ya desde el primer momento ha registrado colas de hasta 20 kilómetros y ha confirmado los problemas de saturación que sufre desde setiembre pasado, cuando se puso fin a los peajes.

El regulador de las carreteras catalanas ya preveía una tormenta perfecta a nivel viario. Por un lado hace muy buen tiempo y Sant Joan cae en viernes, por lo que es la antesala ideal para unas minivacaciones en los municipios del litoral. “El Sant Joan más parecido a este lo encontramos en 2016 pero, además, este año la AP-7 no tiene peajes por primera vez durante la verbena”, advierte Jan Peña, el responsable de gestión del SCT.

La sala de control del regulador del tráfico catalán es lo más parecido a la casa del Gran Hermano. Pantallas y gráficos muestran en tiempo real el estado de las carreteras en un sótano de Via Laietana donde impera el silencio. Todo está milimétricamente calculado y nadie pregunta nada a nadie. Observan cámaras y gráficos y, sobre todo, cambian los mensajes de los letreros de las autopistas y, de forma totalmente silenciosa, trabajan para intentar sortear un colapso que saben que será inevitable.

“Hoy es un día laborable donde en la carretera se juntan las furgonetas y camiones con los que se van de fiesta. Entre las 15.00 de este jueves y las 15.00 del viernes calculamos que saldrán del área metropolitana de Barcelona cerca de 450.000 vehículos. Habrá colapsos seguros por mucho que intentemos modificar. Pero el problema mayor será el domingo cuando, por la tarde, se concentren todos los desplazamientos en la operación retorno”, mantiene Peña.

El responsable de gestión de Tráfico no esconde que la vía en la que concentraban este jueves gran parte de energías es la autopista AP-7 y su colapso crónico desde que se pusiera fin a los peajes. El tráfico de turismos ha crecido un 30% y el de camiones un 40% y la víspera de Sant Joan es la primera prueba de fuego para verificar si las medidas refrendadas esta semana por el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, son o no válidas. Las restricciones a los camiones tenían que ser una de las soluciones para dar mayor fluidez circulatoria. Por ahora, Interior y el SCT descartan retirar a los vehículos pesados de la autopista, excepto en franjas críticas de los fines de semana veraniegos. Se argumenta que, para que no causen tapones, basta con imponerles unas prohibiciones puntuales, esto es, impedirles el adelantamiento y obligarlos a circular en fila a 80 km/h por el carril de la derecha entre la Roca del Vallès y Martorell. “Hasta el domingo no sabremos si todas estas medidas han funcionado y aligerado las congestiones o no”, reconoce Peña.

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La Generalitat admite que la AP-7 se ha convertido en un “problema de movilidad” desde que se levantaron las barreras de los peajes. La gratuidad, pese a ser largamente anunciada, pilló por sorpresa a los gestores del tráfico. La siniestralidad se ha multiplicado, la autopista este año registra el triple de muertos que en 2019, y el colapso circulatorio es permanente, especialmente acusado en festivos y fines de semana.

Durante nueve meses, Interior apenas ha aplicado medidas para incentivar la fluidez circulatoria. Ante el temido alud de vehículos que se espera para el pico veraniego, Sant Joan marcaba el estreno de un paquete de medidas para tratar de mejorar el colapso y aumentar la seguridad.

A partir de las 15.00 del jueves empezaron los colapsos y las colas en los puntos de siempre: decenas de kilómetros en la AP-7 en sentido sur a partir de Martorell (Barcelona) y en sentido norte a partir de la Roca del Vallès y Granollers. Las rondas sufrieron colapsos gran parte de la tarde y eso que entre las 15.00 y las 21.00 solo habían abandonado el área metropolitana de Barcelona 184.703 vehículos, un 19% menos que el año de referencia: 2016. “Conforme vaya pasando la tarde aumentan el número de vehículos hasta media noche, que es cuando empiezan a caer hasta la mañana del sábado, que volverá”, adelanta Peña.

Mientras, el resto de trabajadores del SCT siguen revisando carreteras y gráficos. Hay cámaras de vehículos de SCT que también cuentan los kilómetros de caravana. La idea es ir poniendo parches y adelantarse para que la congestión dure lo mínimo posible.

Las hospitalizaciones por covid siguen aumentado

La verbena de Sant Joan coincide con el aumento de los pacientes con covid en los  hospitales catalanes. Según datos del Departamento de Salud, los centros registran 1.517 ingresados por la enfermedad. En los últimos tres días los centros hospitalarios han aumentado un 19% el número de pacientes con coronavirus.

La presión hospitalaria es consecuencia de la alta transmisión comunitaria del virus. Los expertos admiten que los contagios se han disparado y alertan de que las fiestas y celebraciones de Sant Joan puede catalizar aún más el ritmo de infecciones. Según la secretaria de Salud Pública de la Generalitat, Carmen Cabezas, las nuevas subvariantes de Ómicron también han facilitado el repunte.

En una entrevista en Catalunya Ràdio este jueves, Cabezas ha concretado que los nuevos casos "son poco sintomáticos y se resuelven bien al cabo de unos días", si bien ha instado a no bajar la guardia. La responsable sanitaria, además, ha insistido en que la ciudadanía se vacune con la tercera dosis y ve innecesario inocular "de manera inmediata" la cuarta dosis a mayores de 80 años ante la situación epidemiológica actual.

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