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El plan para mitigar el colapso de la AP-7 contempla rebajar la velocidad a 100 por hora por tramos y no retira a los camiones

El Servicio Catalán del Tráfico ultima un paquete de medidas para entrar en vigor antes del pico circulatorio veraniego

Tráfico Cataluña
Retenciones kilométricas en la AP-7 en ambos sentidos a la altura de Barberà del Vallès (Barcelona) tras el incendio de un camión.SERVEI CATALÀ DE TRÀNSIT (SCT) (Europa Press)
Marc Rovira

El accidente de un camión cisterna y su posterior incendio, en la AP-7 en Barberà del Vallès, desencadenó este jueves colas kilométricas en la conurbación de Barcelona y causó un desbarajuste viario en una ruta que, sobre el papel, conserva el rango de vía rápida. El colapso circulatorio añadió otro capítulo al registro de atascos que acumula la AP-7. Desde que en septiembre se levantaron las barreras de los peajes, el embotellamiento es perenne.

El Servicio Catalán del Tráfico (SCT) presentará la semana que viene un plan de choque para tratar de dar más fluidez al tráfico de la autopista. Los camiones están en el foco de la polémica porque la gratuidad ha multiplicado su presencia en la AP-7, pero el SCT descarta imponer una restricción generalizada a la circulación de los vehículos pesados. Solo se les impedirá circular en horas puntuales de días especialmente conflictivos, como serán los de la operación salida del puente de Sant Joan o durante determinadas franjas horarias de los fines de semana de julio. En cambio, el SCT sí demanda a la Dirección General de Tráfico (DGT) que rebaje el límite de velocidad a 100 kilómetros por hora en los tramos que concentran más problemas. La acción se justifica en una voluntad de reducir el número de accidentes. El SCT defiende que la tasa de siniestros se eleva conforme se circula a más velocidad y que, al margen de los efectos sobre cifras de muertos y heridos, cada choque supone un cuello de botella para el tráfico.

Desde que es una ruta libre de pago, la intensidad media de vehículos en la AP-7 ha crecido un 40%, indica el SCT. Las colas se han convertido en una constante y se estiran durante varios kilómetros cada vez que un percance obstruye alguno de los carriles. El siniestro de este jueves no provocó heridos, pero ocurrió a las siete de la mañana y las retenciones, de hasta 20 kilómetros, duraron horas. El camión ardió y no pudo ser retirado hasta la una del mediodía.

En el global de la red de carreteras de Cataluña la siniestralidad viaria va a la baja pero, en cambio, la AP-7 se confirma como un punto especialmente crítico y su tasa de accidentes se ha disparado. En los cinco primeros meses del año el número de fallecidos por colisiones en esta autopista ha aumentado un 200% y el registro de heridos graves ha crecido un 166%. Òscar Llatje, coordinador de Movilidad y Seguridad en el SCT sostiene que rebajar la velocidad a 100 kilómetros por hora ayudará a evitar choques. “Un accidente muy común es el impacto por detrás, y con menos velocidad hay más capacidad de reacción”, justifica. La AP-7 ya tiene una restricción de 100 por hora en un tramo corto entre Sant Cugat del Vallès y Barberà, y la idea es ampliar esta limitación a más zonas señaladas como conflictivas.

La rebaja de la velocidad difumina el impacto de otras medidas que se desplegarán con el plan de choque previsto para la campaña de verano. Se extenderán algunas de las limitaciones que ya afectan a los camiones, como es el caso de la obligatoriedad que tienen, por tramos y a determinadas horas, de circular a 80 kilómetros por hora y sin posibilidad de adelantar. No se contempla impulsar una prohibición generalizada de su circulación en días festivos o fines de semana.

El RACC pidió recientemente que se tomen medidas contra la elevada presencia de camiones, y propuso imponer restricciones a los vehículos pesados para que mejore la fluidez del tráfico. “Estamos muy acostumbrados a que se nos quiera criminalizar y culpabilizar. El RACC se lo tendría que hacer mirar”, replica Josep Lluís Aymat, director de la Federación de Autotransporte de Tarragona (Feat). “Los tiempos de pandemia en los que se podía circular casi solo por la autopista ya han pasado. ¿Ahora van a pretender no hacer colas un fin de semana en que salen 500.000 coches de Barcelona?”, pregunta. “Ya nos echaron de la carretera nacional porque parecía que molestábamos, y ahora molestamos en la autopista. Hay quien no quiere entender que los camiones no causan los colapsos, son los turismos los que lo invaden todo”, afirma Aymat.

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De manera parecida opina Jordi Esparreguera, secretario de la Confederación Empresarial de Transportes por Carretera de Cataluña (Cetcat). “La carretera es nuestro lugar de trabajo y tenemos una placa que pone que somos servicio público. ¿Alguien cuestiona que una ambulancia vaya por la carretera que sea?”, plantea. Admite que la presencia de tráfico pesado ha agudizado el colapso de la autopista pero fija la mirada en la dinámica económica. “Los camioneros no somos culpables de que se compre en masa en Amazon, y tampoco es culpa nuestra que las empresas tengan menos producto almacenado y necesiten más rotación. Somos un barómetro de la economía, si nos movemos es que va bien”, argumenta.

Esparreguera acepta que en Francia la circulación de camiones está vetada los domingos, pero avisa que para que el SCT trasladara el mismo modelo a Cataluña haría falta un cambio de paradigma. “Y los camioneros catalanes no seríamos precisamente los más perjudicados, porque nos bastaría con levantarnos un poco más temprano el lunes, pero que vayan y se lo digan al transportista de Sevilla o de Galicia que está de paso en Cataluña”.

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