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Bosch cerrará otra fábrica en Lliçà y prepara 336 nuevos despidos

La empresa de componentes ya confirmó el cierre de su planta de Castellet

Josep Catà Figuls
Un centro de Bosch en Alemania.
Un centro de Bosch en Alemania.Ralph Orlowski (Reuters)

La industria catalana de la automoción sufrirá de nuevo un golpe, esta vez doble, que certifica las dificultades por las que pasa el sector. No solo por la pandemia, sino por los movimientos globales de las empresas que prefieren hacer sus productos en otras partes del mundo. La multinacional alemana Bosch ha comunicado este jueves su intención de cerrar la fábrica de componentes para los frenos de los coches que tiene en Lliçà d’Amunt (Barcelona) este año. La producción, según denuncian los sindicatos, se trasladará a Polonia, y dejará a 336 personas sin trabajo. El anuncio llega unos meses después de que la misma empresa anunciara el cierre, previsto para finales de este año, de la fábrica de Castellet i La Gornal (Barcelona), en la que trabajan otras 300 personas. Así, serían en total más de 600 despidos, y los empleos afectados, entre directos e indirectos, ascenderían a 1.500, según los sindicatos.

Después de los despidos anunciados en Nissan (2.525 personas, pendientes de la reconversión prometida que salvaría sus empleos), en TE Connectivity (248 personas), en Faurecia (160) y en U-Shin (72), la crisis en la industria de la automoción se agrava y suma dos fábricas más.

El consejero de Empresa, Ramon Tremosa, ha afirmado que el Govern trabajará para revertir la decisión de Bosch, aunque admite que “es difícil”. La semana que viene se reunirá con la dirección de la planta, y si el cierre sigue adelante, ha asegurado que trabajaría para reconvertir la fábrica y los puestos de trabajo. También el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha expresado su preocupación por el “encadenamiento de cierres empresariales, especialmente en el ámbito industrial”.

El sindicato CC OO ha rechazado el anuncio hecho por Bosch. El sindicato considera que la decisión “no responde a causas justificadas, sino a una decisión estratégica tomada desde Alemania”. “La multinacional está aprovechando la situación actual para desmantelar sus plantas productivas en Cataluña”, añade la central. En UGT fueron más allá y afirmaron que la empresa ha actuado “con crueldad” y con una política “insolidaria y egoísta”.

En los últimos años, según recuerda UGT, las plantillas de las fábricas de Lliçà y Castellet han hecho congelaciones y reducciones salariales, y reducciones de plantilla, para ayudar a garantizar la continuidad de la actividad. “Bosch no ha dado valor a estos esfuerzos, no les ha temblado el pulso a la hora de tomar una decisión de este calado”, denuncia UGT en un comunicado. Con las reformas laborales, las empresas no están obligadas a obtener una autorización por parte de la administración para empezar un expediente de regulación de empleo.

Bosch tiene una larga trayectoria en España, con 20 emplazamientos, y especialmente en Cataluña, donde empezó hace cien años y tiene cuatro centros, de los que, si los cierres siguen adelante, solo quedarán dos en Barcelona. La fábrica de Lliçà está especializada en sistemas de frenado, y la de Castellet, en motores para limpiaparabrisas.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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