Cazado en el aire un ‘narcohelicóptero’ con 800 kilos de hachís
Intervenidos dos ‘Alouette’ utilizados para alijar droga de Marruecos en Cádiz o Sevilla. Uno de los jefes de la banda fallece mientras huía de la Guardia Civil
La Guardia Civil ha desarticulado una banda dedicada a transportar en helicóptero grandes alijos de hachís mediante vuelos nocturnos a baja cota entre Marruecos y Cádiz o Sevilla. Los agentes cazaron en pleno narcovuelo a uno de los aparatos, al que dieron alcance cuando aterrizó en una finca de Chiclana de la Frontera, donde esperaban tres vehículos para alijar y esconder los 30 fardos con 795 kilos de hachís que llenaban el aparato hasta los topes. Uno de los supuestos jefes de la banda falleció al salirse su coche de la carretera mientras escapaba de la Guardia Civil. El Alouette III incautado cargado de chocolate (le habían quitado los asientos traseros para que cupiera más) figuraba registrado en febrero a nombre de una academia tecnológica de la capital andaluza. Nueve personas han sido detenidas, entre ellas dos pilotos expertos en vuelos nocturnos a baja altura.
La Operación Torcal 469 Tornado comenzó hace varios meses tras conocerse que una banda tenía escondidos dos helicópteros, uno en una finca de la provincia de Sevilla y otra en la de Cádiz. En la madrugada del 15 de enero, los investigadores detectaron un narcovuelo en la provincia de Cádiz con rumbo hacia el sur desde la finca de la organización. El aparato iba pegado al suelo, sin luces y con la matrícula tapada con una banda negra.
El aparato fue seguido hasta que penetró en el espacio aéreo de Marruecos, pero apenas si estuvo en esa zona unos minutos. En nada estaba de vuelta. Un helicóptero de la Guardia Civil consiguió interceptar la aeronave desde el aire, justo después de que aterrizase en una finca situada en la localidad de Chiclana de Frontera (Cádiz). Un vídeo facilitado por el instituto armado permite ver cómo el aparato es capturado cuando aún no está del todo detenido, en plena noche.
El helicóptero transportaba una carga de 30 fardos de arpillera de hachís que arrojaron un peso de 795 kilogramos, que iban a ser estibados por las al menos cuatro personas que esperaban sobre el terreno con tres vehículos. Fue entonces cuando pereció durante la huida uno de los jefes de la organización. Tras la incautación del primer helicóptero, la Guardia Civil se incautó de un segundo aparato en una finca de Utrera.
El instituto armado asegura que ambos helicópteros fueron adquiridos por la organización criminal en países del este de Europa, y que los narcotraficantes habían quitado los asientos traseros para transportar mayor cantidad de droga, “pudiendo llegar a cargar cantidades cercanas a los 900 kilogramos de hachís”. El valor de mercado de este tipo de aeronaves en el marcado negro rondaría los 900.000 euros, según una nota del instituto armado.
