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Feijóo anticipa una oposición a cara de perro a Sánchez: “Esto es una equivocación”

El PP se enzarza con el PNV y niega haber ofrecido al partido vasco el Ministerio de Industria para que apoyara la fallida investidura de Feijóo

Elsa García de Blas
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (derecha), saluda al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, al término de la segunda jornada del debate de investidura, este jueves en el Congreso de los Diputados.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (derecha), saluda al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, al término de la segunda jornada del debate de investidura, este jueves en el Congreso de los Diputados.JAVIER LIZÓN (EFE)

No ha sido una anécdota. El primer intercambio entre Alberto Núñez Feijóo, convertido ya en líder de la oposición, y Pedro Sánchez, recién elegido por el Parlamento como presidente del Gobierno, no se ha limitado al habitual saludo institucional de perdedor a ganador. Cuando Feijóo se ha acercado a estrecharle la mano a Sánchez, nada más prosperar la votación del candidato socialista, le ha lanzado un grave reproche. “Esto es una equivocación”, le ha dicho, mirándole a los ojos, sobre su investidura. Sánchez sonreía sin soltarle la mano, mientras una nube de fotógrafos capturaba la escena, cargada de tensión.

La frase de Feijóo es toda una declaración de intenciones. Aunque durante el debate ha asumido que el presidente socialista ha sido elegido por una “mayoría parlamentaria legítima”, el líder del PP no cree que eche a andar una legislatura normal. Feijóo concede la máxima gravedad a los acuerdos con los partidos independentistas en los que se sustentará el próximo Gobierno, así que afronta la nueva etapa con las “alertas democráticas encendidas”, como ha dicho nada más salir del hemiciclo. El líder del PP se prepara para una oposición a cara de perro, lo que aleja la posibilidad de pactos de Estado con la coalición progresista.

Feijóo ha cerrado definitivamente un ciclo este jueves. El que abrió hace un año y siete meses en Sevilla, cuando asumió de forma repentina el liderazgo del PP tras la defenestración de Pablo Casado. En abril de 2022, llegó al trono del PP requerido por los barones para evitar el naufragio del partido, pero pronto enderezó el rumbo del barco y creó expectativas de gobernar. La meta estuvo cerca tras las elecciones autonómicas y municipales del pasado mayo, en las que los populares arrasaron con el poder territorial de los socialistas. Pero Sánchez, un político audaz, todo lo contrario a Feijóo, un conservador en el sentido amplio de la palabra, echó un órdago y lo ganó.

La noche del 23 de julio, uno de los peores días de la vida política de Feijóo, el líder socialista consiguió evitar una mayoría absoluta del PP y Vox que habría puesto al político gallego directamente en La Moncloa. Tras el golpe, el líder del PP no tiró la toalla, y forzó una investidura antes que la del PSOE para intentar que una combinación imposible de Vox y el PNV le llevara al poder. Hasta hoy.

Que el PP hizo todo lo posible para que prosperara la investidura fallida de Feijóo lo ha puesto en evidencia el choque de este jueves con el PNV en el Congreso. “Algún día contaré lo que nos ofrecieron hace un par de meses”, ha dicho de forma enigmática a primera hora el portavoz peneuvista, Aitor Esteban, desde la tribuna. Poco después, El Diario Vasco ha publicado que los populares llegaron a ofrecer al partido vasco entrar en su Gobierno ocupando el Ministerio de Industria.

El PP niega esta información, que, sin embargo, encaja en el cortejo por tierra, mar y aire que Feijóo lanzó en septiembre al PNV. Tras su diálogo fallido, y con el horizonte de unas elecciones en Euskadi en los próximos meses, la relación entre ambos partidos es ahora de máxima hostilidad. “Alberto”, le ha dicho Aitor Esteban a Feijóo este jueves, tuteándole. “Tu tractor tiene gripado el motor de usar el aceite Vox”.

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Tras la votación que ha convertido a Sánchez en presidente por 179 votos, Feijóo no ha dado un segundo de tregua al líder del PSOE. Nada más salir del hemiciclo, lo ha bautizado como “un presidente intervenido por el independentismo”. Empezaba así su oposición sin cuartel.

El líder del PP se ha mostrado “preocupado” por la situación en la que gobernará Sánchez, “sometido a un contrato mensual que ha de suscribir el independentismo”. “Creo honradamente que el hecho de que el próximo miércoles el Parlamento Europeo debata sobre el fundamento de esta investidura, que es una ley de amnistía al independentismo, es la peor forma de empezar una legislatura. Afecta a nuestra reputación internacional y, sin ninguna duda, a nuestra democracia”. En realidad ha sido el PP quien ha forzado ese debate sobre la amnistía en el Parlamento Europeo, porque los populares van a hacer también oposición al Gobierno desde Bruselas.

El clima con el que arranca la legislatura entre el PP y el PSOE no puede estar más enrarecido. Durante la votación de la investidura, el Grupo Parlamentario Popular ha ido señalando en su cuenta de la red social X (antes Twitter) por su nombre y apellidos uno a uno a los 121 diputados socialistas, con su fotografía y una leyenda: “Lo hace #TodoPorLaSilla. Hoy entrega sus principios y vota sí a la investidura de Pedro Sánchez a cambio de la amnistía”. Fuentes del equipo de Feijóo han defendido después esta iniciativa como “un ejercicio de memoria”. En el curso del debate, además, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, fue captada por las cámaras del Congreso llamando “hijo de puta” a Sánchez cuando este mencionó su guerra interna con Pablo Casado. La líder madrileña no se ha retractado de esas palabras.

Los populares están presionados por Vox para radicalizar la oposición al PSOE. Algunos dirigentes se muestran preocupados por la deriva cada vez más antisistema de la extrema derecha. “Si el PP coqueteara con eso se puede encender la mecha” de un estallido social, reconocían estas voces durante el debate, del que Vox terminó ausentándose para ir a protestar frente a la sede del PSOE. Antes, desde la tribuna, Santiago Abascal había amenazado al PP con romper sus gobiernos autonómicos si el PP tramita la ley de amnistía en el Senado, donde tiene mayoría absoluta. Los populares aseguran que no harán caso de los ultras y que tramitarán la ley, aunque han reformado el reglamento para retrasarla.

Con la derecha en combustión, la dirección del PP reconoce que los puentes están rotos con el PSOE. “Yo quisiera por el bien de España que no, pero no es el PP el que ha dicho que hay un muro que separa España en dos... Eso lo ha dicho el presidente”, ha defendido el vicesecretario Institucional del PP, Esteban González Pons, en los pasillos del Congreso. Nadie duda en el PP de que esta no será una legislatura de pactos de Estado. En su duelo parlamentario, Feijóo sugirió a Sánchez incluso que no estará disponible para consensuar una acción conjunta de los dos grandes partidos si los independentistas vuelven a la vía unilateral. “Cuando el independentismo le falle”, advirtió al nuevo presidente, “no me busque”.


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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.
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