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Muere en Granada un hombre que circulaba en un patinete eléctrico con capacidad para alcanzar los 120 kilómetros por hora

El accidentado no llevaba casco y se dio un fuerte golpe en la cabeza contra el suelo

Patinete en el que viajaba el hombre que sufrió un accidente mortal en Granada.
Patinete en el que viajaba el hombre que sufrió un accidente mortal en Granada.
Javier Arroyo

Arturo Ernesto Quiñones Valero, un hombre venezolano que habría cumplido 41 años el día 15, falleció en Granada tras derrapar cuando circulaba con un potente patinete eléctrico el miércoles. Sobre las seis de la tarde, Quiñones transitaba sin casco por una calle de la ciudad y, según ha informado este viernes la policía local, “al tomar una pequeña curva perdió el control del vehículo y cayó al suelo, golpeándose la cabeza” y sufriendo un traumatismo grave. Los equipos de emergencia lo trasladaron al hospital Virgen de las Nieves de la capital, donde el jueves falleció. La policía ha comprobado que el patinete tenía capacidad para circular a 120 kilómetros por hora, a pesar de que la velocidad máxima permitida para este tipo de vehículos es de 25 kilómetros por hora. Se desconoce por el momento a qué velocidad iba cuando se produjo el accidente. Los amigos del fallecido intentan ahora repatriar el cadáver a Venezuela y, ante la falta de fondos, han abierto una cuenta bancaria para pedir ayuda.

Tras el fallecimiento, la policía local granadina recopila los datos sobre el accidente y la investigación intenta delimitar, entre otras cosas, la legalidad y características concretas del vehículo. Se trata, según ha informado la policía, de un medio de transporte con apariencia de patinete pero que, dadas sus características técnicas, no puede considerarse estrictamente un vehículo de movilidad personal. Aunque su aspecto es similar al de los patinetes eléctricos, se trata de un artefacto eléctrico con dos motores de 3.500 vatios capaz de alcanzar, según han comprobado los agentes, los 120 kilómetros por hora.

Esto supone, según ha explicado un portavoz de la policía local a EL PAÍS, que no puede clasificarse, en principio, como un vehículo de movilidad personal (VHP), de los que apenas necesitan un seguro y un casco para transitar por la calle. Los VHP se definen legalmente como vehículos impulsados exclusivamente por motores eléctricos capaces de alcanzar una velocidad comprendida entre los 6 y los 25 kilómetros por hora. No es raro, sin embargo, encontrar talleres donde estos patinetes se trucan o incluso tutoriales en internet y redes sociales con las explicaciones necesarias para ello, lo que les permite alcanzar velocidades muy superiores a lo estipulado por la ley. Según esta fuente de la policía local granadina, los agentes estudian ahora si el patinete está trucado, lo que lo convertiría en ilegal, o si había sido legalizado de alguna manera como un vehículo eléctrico homologado a una motocicleta o ciclomotor.

Los accidentes mortales con patinete eléctrico se duplicaron desde septiembre de 2021 al mismo mes de 2022, según datos de un estudio de la Fundación MAPFRE. En ese tiempo fallecieron 13 personas. El mayor número de siniestros ocurrió en Cataluña, con 22 accidentes, seguido de Baleares (18), Aragón (11) y Andalucía y Canarias, ambas con 8.

Cada ayuntamiento puede regular la circulación de patinetes eléctricos de una manera específica, pero la Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda que todos los usuarios deben cumplir unas condiciones mínimas. Está prohibido circular por aceras, autopistas, autovías o túneles en ámbito urbano. La velocidad de estos vehículos no deberá superar los 25 kilómetros por hora y sus conductores están obligados a llevar casco.

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