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Un centro de operaciones de la droga en la peluquería del barrio

Detenida una empresaria que dirigía desde su pequeño negocio una red de tráfico de estupefacientes en un pueblo de Alicante. El grupo, fuertemente armado, utilizaba el local para blanquear el dinero ilícito

Un agente de la Guardia Civil revisa las armas intervenidas a los arrestados por venta de drogas a pequeña escala en Ondara (Alicante).
Un agente de la Guardia Civil revisa las armas intervenidas a los arrestados por venta de drogas a pequeña escala en Ondara (Alicante).
Rafa Burgos

La propietaria de una peluquería de Ondara (Alicante, 7.085 habitantes) decidió a principios de este año diversificar su negocio. En compañía de su pareja, con quien vivía pese a haber conseguido una orden de alejamiento contra él, y de cuatro personas más, montó supuestamente una red de venta de droga al menudeo que abarcaba buena parte de la comarca de la Marina Alta, situada en la franja norte de la provincia. Los ingresos crecieron y la trama decidió invertirlos en un edificio junto a su domicilio de Beniarbeig (2.267 habitantes), en plena montaña, con el que pretendía apuntalar su escalada en el mundo del narcotráfico con la ayuda de grandes medidas de seguridad y un potente arsenal. La peluquería, mientras tanto, servía para blanquear el dinero procedente de su actividad clandestina, según la investigación realizada por la Guardia Civil. Cinco de los miembros de la red, incluida la dueña del local, fueron arrestados el pasado 25 de julio en la operación Nobuki, acusados de delitos contra la salud pública, por el tráfico de drogas; pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y tenencia ilícita de armas. Tras pasar a disposición judicial, tres días después, todos están ahora en libertad con cargos.

Los primeros indicios de la creación del grupo criminal surgieron en febrero de este año, cuando los agentes del puesto de la Guardia Civil en El Verger (4.986 habitantes) detectaron un ligero aumento del consumo de cocaína en diferentes localidades de la Marina Alta. Las pesquisas condujeron rápidamente a la vivienda de dos plantas rodeada de una densa arboleda en la que vivían la peluquera y su pareja, en Beniarbeig. Junto al inmueble, los agentes comprobaron que se había construido con ladrillos de bloque un edificio y terraza cuya licencia no constaba en los registros de la localidad. Fuertemente protegido, el búnker tenía un servicio de videovigilancia y una pequeña ventanilla de unos diez centímetros cuadrados para permitir la venta segura de sustancias estupefacientes.

El centro de operaciones de la pareja de narcos funcionaba como almacén de droga y puesto de vigilancia contra bandas rivales y agentes policiales. La pareja, además, había sorteado un problema inicial para su negocio delictivo, ya que un proceso judicial abierto contra él había dictado una orden de alejamiento respecto a ella. Sin embargo, la presunta víctima había alterado los datos de su residencia en el sistema VioGen para que los agentes de la ley no merodearan por su vivienda para vigilar el cumplimiento de la orden judicial. Desde allí, la considerada líder del grupo partía cada mañana a su peluquería, mientras que su pareja distribuía la droga entre sus empleados, tres hombres y una mujer, que se encargaban de venderla en la calle, a pequeña escala, en localidades de la montaña alicantina que no alcanzan los 10.000 habitantes, salvo Pego (10.295) y la capital comarcal, Dénia (43.899). El negocio de estética tenía empleadas, que no están implicadas en esa actividad, según informan fuentes de la investigación.

La operación Nobuki concluyó el pasado 25 de julio con la detención de la cabecilla, su lugarteniente y tres de los vendedores. La otra mujer consta como investigada. Todos tienen antecedentes por hechos similares, son españoles, salvo uno de los vendedores, que es rumano, y sus edades oscilan entre los 27 y los 59 años. Junto a los delitos relacionados con el narcotráfico, a la pareja de la líder se le imputa el incumplimiento de la orden de alejamiento, y a otro de los miembros, el quebrantamiento de condena por conducir un vehículo sin carné. Los integrantes del grupo criminal pasaron a disposición judicial el 28 de julio en el juzgado de guardia de Dénia, que decretó su puesta en libertad con medidas cautelares.

Dinero en el cajón de la impresora

En los registros, efectuados en la peluquería, en el búnker y en dos inmuebles de El Verger y Benimeli, en los que también participó el equipo Roca de Calp, especializado en delitos cometidos en zonas rurales, los agentes hallaron pequeñas cantidades de cocaína, hachís y marihuana, así como todo el material necesario para su proceso y distribución. En el cajón de folios de una impresora se ocultaba el dinero procedente del negocio ilícito, del que se incautaron 17.236 euros en total. Además, la banda disponía de dos escopetas de cañón recortado, un arma de fuego corta, otra larga de aire comprimido y una más, simulada, junto a la munición correspondiente y un machete de grandes dimensiones, lo que indicó a los investigadores que se trata de una banda peligrosa.

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