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Iván Espinosa de los Monteros deja el Congreso y la cúpula de Vox aislado por el ascenso del sector más integrista del partido

El portavoz del Grupo Parlamentario ultra, que no recogerá el acta de diputado, atribuye su marcha a motivos personales en una breve comparecencia sin preguntas

Iván Espinosa de los Monteros, durante su comparecencia para anunciar su marcha de Vox y del Congreso.Foto: CLAUDIO ÁLVAREZ | Vídeo: EPV
Miguel González

Iván Espinosa de los Monteros, portavoz del Grupo Parlamentario de Vox y una de sus caras más conocidas, deja la dirección del partido y la primera línea de la vida política para volver al mundo de la empresa. Así lo ha adelantado el diario El Mundo y lo han confirmado fuentes de la formación ultra, quienes han enmarcado su decisión en el ámbito privado, el mismo argumento que luego ha expuesto el hasta ahora portavoz. No obstante, fuentes próximas al propio Espinosa de los Monteros aseguran que este ha optado por tirar la toalla —no recogerá su acta de diputado en la nueva legislatura— harto del ninguneo del que ha sido objeto por parte del sector más ultracatólico del partido ante la pasividad de Abascal.

En una breve declaración sin preguntas en el Congreso de los Diputados, Espinosa ha confirmado que no tomará posesión del escaño que ganó en las elecciones del pasado 23-J y ha atribuido su marcha a “motivos personales y familiares”. “Mis padres no son ya tan jóvenes y mis hijos no son aún tan mayores”, ha dicho. El ya exdiputado ha desgranado una larga retahíla de agradecimientos a personas y colectivos, entre los que ha incluido a la hasta ahora presidenta del Congreso, Meritxell Batet, con quien asegura haber mantenido una relación “cordial y correcta”, y que ha culminado con el propio Abascal. Se ha mostrado orgulloso de haber representado a los votantes de su partido y de haber asistido, como portavoz parlamentario, a la celebración de la Fiesta Nacional en el Palacio Real, presidida por el Rey, y ha asegurado que seguirá como afiliado de Vox. Espinosa de los Monteros ha comparecido acompañado por media docena de diputados de su partido y se ha despedido uno a uno de los periodistas, negándose a contestar preguntas.

Aunque ha atribuido su marcha a motivos personales, no ha explicado por qué aceptó presentarse a las últimas elecciones generales. Fuentes de Vox señalan que se ha colmado su paciencia tras la sucesión de desplantes que ha sufrido en los últimos meses. En el trasfondo está el distanciamiento entre él y el líder de la formación, Santiago Abascal, quien se ha rodeado de un núcleo de poder vinculado a los sectores más integristas de la Iglesia católica. Sus representantes serían el vicepresidente de Acción Política, Jorge Buxadé, y su mano derecha, Ignacio Hoces, que defienden políticas económicas proteccionistas muy alejadas de los postulados ultraliberales de Espinosa de los Monteros.

Fue el equipo de Buxadé el que confeccionó las listas electorales, depurando a diputados como Víctor Sánchez del Real o Rubén Manso, que formaban parte de Vox desde su fundación. El portavoz parlamentario no tuvo ningún protagonismo en su elaboración, agregan las mismas fuentes, y vio con disgusto cómo algunos de sus más cercanos colaboradores se enteraban de que habían sido excluidos de las candidaturas la víspera de que se presentaran por una llamada del jefe de Gabinete de Abascal, Enrique Cabanas.

Durante la campaña electoral, Espinosa de los Monteros tuvo un papel secundario, mientras que el protagonismo correspondió al propio Buxadé, a pesar de que este no era candidato. Especial sorpresa causó que el segundo, abogado del Estado de profesión, compareciera junto al portavoz parlamentario para presentar el programa económico del partido, a pesar de que carece de conocimientos económicos, mientras que el primero es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y cuenta con un máster en gestión de empresas.

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La reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) que se celebró después de las elecciones fue “especialmente tormentosa”, según fuentes de Vox, ya que varios miembros de la cúpula del partido exigieron responsabilidades por la forma en que se había dirigido la campaña, que llevó al partido ultra a perder 19 de sus 52 escaños, pero Abascal cortó en seco cualquier autocrítica. El director de esa campaña, según distintas fuentes, fue el propio Buxadé, aunque el partido nunca lo ha dicho públicamente.

El exsecretario general del partido y concejal por Madrid, Javier Ortega Smith, ha dejado claro que la salida del portavoz parlamentario no se debe a motivos personales con un tuit en el que ha escrito: “Querido compañero y amigo, siento mucho tu dimisión y mucho más las razones que la provocan. Has luchado sin descanso desde la fundación de Vox con lealtad, con generosidad y con sacrificio. Aunque algunos no han sabido reconocértelo, la inmensa mayoría tenemos una impagable deuda de patriotismo contigo. Seguiremos luchando por los mismos principios y valores por los que juntos pusimos en marcha este proyecto al servicio de España y de la libertad. Siempre a tu lado. GRACIAS”.

Buxadé, a quien la noticia ha sorprendido durante una entrevista en la COPE, se ha remitido a la comparecencia de Espinosa de los Monteros, pero ha hablado de él en pasado, al referirse al papel que ha tenido en Vox. “Es un gran parlamentario, un compañero y un amigo. Es Vox, es la historia, es el presente y es el futuro de Vox. Ha sido secretario general de este partido, portavoz en el Congreso y más allá no puedo decirle”, añadió.

Hijo de Carlos Espinosa de los Monteros, marqués de Valtierra y empresario, Iván Espinosa se vinculó a Abascal en 2012 a través de la fundación Defensa de la Nación España (Denaes), apadrinada por la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. En diciembre de 2013 fue uno de los fundadores de Vox y, un año después, tras la salida del primer presidente del partido, Alejo Vidal-Quadras, Abascal se hizo con el liderazgo de la formación y Espinosa sustituyó a este como secretario general.

Tras varios fiascos electorales, Espinosa dejó la dirección de Vox para dedicarse a sus negocios inmobiliarios ―lo que hizo que Javier Ortega Smith le sustituyera como secretario general― pero, pasado un breve paréntesis, regresó a la cúpula de Vox para asumir sus relaciones internacionales y, una vez que el partido entró en el Congreso, la portavocía del Grupo Parlamentario. Su esposa, Rocío Monasterio, es la presidenta del partido en Madrid y forma parte también del núcleo fundador del partido ultra, aunque la mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso en la asamblea regional la ha relegado a la irrelevancia.

Abascal le ha despedido con un tuit en el que ha escrito: “Querido Iván, el parlamento pierde a un gran portavoz (ahora, que ya no te van a sufrir, te lo reconocerán más que antes) pero el partido mantiene a un afiliado de lujo que seguro que todavía tiene mucho que aportar. Con todo lo que hemos pasado juntos… tengo el convencimiento de que lo mejor está por venir, y que participarás muy activamente en ello. En cualquier caso, muchas gracias por tu entrega. Nada de adioses. Hasta pronto”.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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