Así operaba Mediador: el exdiputado del PSOE acusado de corrupción recibía a otros miembros de la trama en el Congreso
La investigación revela al menos tres visitas de implicados a la Cámara baja, una de ellas seguida por una fiesta con prostitutas en un hotel cercano
El exdiputado del PSOE Juan Bernardo Fuentes Curbelo, detenido como presunto cabecilla de la trama de corrupción desmantelada en el caso Mediador, no solo se valió de su condición de parlamentario para sus actividades supuestamente ilegales. Utilizó, además, las instalaciones del Congreso de los Diputados para impresionar a los empresarios a los que presuntamente exigía mordidas, según se recoge en el sumario de la causa al que ha tenido acceso EL PAÍS. Los informes policiales detallan que las dependencias de la Cámara baja eran el lugar para una primera toma de contacto que continuaba con comidas en restaurantes y fiestas en hoteles en las que participaban prostitutas, y que eran sufragadas por los empresarios.
“En estas primeras tomas de contacto, existen múltiples indicios de entregas de dinero en efectivo al diputado”, recogen los investigadores en un informe del 6 de febrero, previo a las primeras detenciones de implicados. La titular del Juzgado de Instrucción 4 de Santa Cruz de Tenerife, María de los Ángeles Lorenzo-Cáceres, que instruye la causa, acordó el miércoles dejar en libertad a Fuentes Curbelo, al que mantiene imputado por los delitos de cohecho, falsedad documental, blanqueo de capitales, tráfico influencias y pertenencia a grupo criminal organizado.
Fuentes Curbelo ―a quien en el seno de la trama llamaban por los alias de Tito Berni y Juambe― accedió al escaño el 4 de febrero de 2020 en sustitución de la actual consejera de Economía del Gobierno canario, Elena Máñez. Hasta entonces, había ejercido como director general de Ganadería del Gobierno de Canarias, aunque en dos anteriores legislaturas ya había sido diputado. El 4 de febrero, cuando se supo su implicación en la trama, tuvo que abandonar su escaño. La investigación considera a Fuentes Curbelo “uno de los dirigentes de la organización criminal” desmantelada y lo sitúa, en concreto, “a la cabeza” de la que los informes policiales denominan “rama política”.
En esa posición, el ya exdiputado presuntamente ayudaba a los empresarios que acudían a él a “medrar en sus negocios, recibir subvenciones, adjudicaciones directas o conseguir el archivo del algún expediente sancionador”. El primer paso para conseguirlo era el pago de 5.000 euros a una asociación deportiva de la que Fuentes Curbelo era dirigente, añaden los informes policiales. La trama estuvo vigente entre septiembre del año 2020 hasta un año después, “en concreto cuando los empresarios comenzaban a advertir que a pesar de haber efectuado los pagos exigidos, no veían prosperar el resultado prometido”, detalla la Policía.
“Para introducir a los empresarios en la trama se organizaban reuniones con los líderes de la organización. Parte de estas reuniones consistían en visitar a Fuentes en el Congreso de los Diputados”, señala un informe en el que se detalla la existencia de, al menos, tres de esas visitas. La primera de la que hay constancia ―el mediador confeso de la trama, Marco Antonio Navarro, guardaba en su móvil fotografías de esos encuentros― se produjo el 3 de febrero de 2021. En ella participó, además de Navarro y el entonces diputado, el empresario José Santiago Suárez Esteve, con el que el político se fotografió en el interior del edificio junto a un cartel del Grupo Parlamentario Socialista.
La segunda es del 14 de abril del mismo año, y en ella participan, entre otros, de nuevo el diputado y Navarro. Ese mismo día, el informe recoge imágenes de una fiesta celebrada supuestamente con prostitutas en las habitaciones del hotel cercano al Congreso en el que se alojaba Fuentes Curbelo cuando ejercía sus funciones parlamentarias. La última visita a la Cámara baja se produce dos semanas después, de nuevo con el diputado y el mediador presentes, en esta ocasión con dos empresarios, Raúl Gómez y Alberto Montesdeoca. Otra vez, todos ellos se fotografiaron delante del cartel del grupo socialista.
El sumario hace continuas referencias a pagos de hasta 2.500 euros para el pago de prostitutas, y constan imágenes tanto en el club de alterne Sombras de Madrid, como en habitaciones de hotel. También en los chats, el mediador solía engatusar a Fuentes Curbelo con la contratación de compañía. “Paga Alberto [Montesdeoca, uno de los empresarios captados]”, le escribió Navarro el 23 de marzo de 2021. “Sin dilación alguna”, explica el sumario, este le responde solicitándole un listado de trabajadoras sexuales: “Pasa catálogo”. A continuación, el mediador le hace llegar “fotografías de meretrices”.
En la sede de la Guardia Civil
Las imágenes recuperadas en la investigación también revelan visitas de presuntos miembros de la trama a otro edificio público, la sede de la Dirección General de la Guardia Civil, en Madrid. En este caso, la persona que facilitaba el pasado era el general Francisco Espinosa Navas, alias Papá y Viejo, al que los investigadores sitúan también en la cúspide de la organización como presunto cabecilla de la denominada “rama empresarial”. El general Espinosa, el único presunto integrante de la red al que la jueza ha enviado a prisión provisional, había sido el jefe de la comandancia de Las Palmas, aunque en aquellos momentos estaba en situación de retiro tras haber ocupado un cargo en el proyecto GAR-SI Sahel, un proyecto financiado por la Comisión Europea para reforzar la seguridad en Mauritania, Burkina Faso, Malí, Níger, Senegal y Chad. En su caso, está bajo sospecha la adjudicación de cuatro contratos públicos en los que supuestamente pudo tener participación.
“Espinosa se valdría tanto de su condición como general de división y director del proyecto GAR-SI Sahel como del cargo que antaño ostentó como jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas y sus relaciones, a fin de transmitirles a los empresarios de la trama altas posibilidades de gestión y éxito en sus proyectos, a cambio de las correspondientes comisiones”, se afirma en los informes policiales. Según declaró el mediador, el general era “mucho más prudente” que el exdiputado socialista “a la hora de hablar y también a la hora de recibir los ‘regalos’ o pedirlos”. No obstante, ello no impidió que también recibiera a miembros de la trama en la sede principal de la Guardia Civil.
Así, en el sumario figuran fotografías de presuntos miembros de la organización, tomadas en las dependencias del Instituto armado en diferentes días. La primera, el 21 de octubre de 2020. Ese día, el general envía un mensaje de audio al mediador tres minutos antes del mediodía: “Antonio, la dirección de mi despacho es en la calle Guzmán El Bueno 110. Julio [supuestamente el guardia civil que el general tenía asignado como conductor] te estará esperando en la puerta para meterte para dentro, así que nada, allí os espero para cuando queráis. Un abrazo”. La respuesta del interlocutor no se hizo esperar: “Vamos para allá, mi general. Estamos sacando el coche del parking”.
Menos de un mes después, el 12 de noviembre, se produce una segunda visita del mediador con otro empresario. Según destaca un informe policial, el hecho de que el primer encuentro del empresario con el general se produjera en dichas instalaciones buscaba “imprimir veracidad y consistencia a las capacidades del grupo criminal”. Aquella visita fue grabada de modo oculto por el mediador en cuyo móvil se encontró el archivo sonoro, así como fotografías de varios de los participantes junto a la imagen de patrona de la Guardia Civil en la capilla de las instalaciones. El 2 de febrero de 2021 se produce otra visita del mediador con un nuevo empresario a la Dirección General de la Guardia Civil. En esta ocasión, Navarro se retrata con su acompañante en el patio principal de la instalación.
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