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El abogado de Villarejo lo define como una herramienta “necesaria” del Estado: “La Policía ha contado, cuenta y contará con otros Villarejos”

La defensa del comisario lo presenta también como un vendehúmos: “¿Alguien puede dudar de lo excesivo, imaginativo y creativo que es?”

J. J. Gálvez
El comisario jubilado José Manuel Villarejo, junto a su abogado Antonio García Cabrera, llega a la Audiencia Nacional a principios de septiembre.
El comisario jubilado José Manuel Villarejo, junto a su abogado Antonio García Cabrera, llega a la Audiencia Nacional a principios de septiembre.KIKE PARA

La defensa de José Manuel Villarejo ha disparado este lunes sus penúltimas balas. A falta de que este martes acabe su exposición final en el primer gran juicio que se celebra contra él en la Audiencia Nacional, su abogado ha cargado este lunes por la mañana con todo para pedir la absolución. Según el letrado, la investigación que cerca al antiguo policía está plagada de irregularidades y se gestó con el único objetivo de “eliminar a un testigo incómodo que el propio sistema creó”. Un comisario jubilado que, según repite, siempre contó con el beneplácito de sus superiores: “La Policía española ha contado, cuenta y contará con otros Villarejos. Es una práctica necesaria para el Estado. Estamos seguros de que la Fiscalía y el tribunal lo saben”.

El principal acusado en este macrojuicio insiste así en uno de sus principales argumentos para eludir una primera condena: que él trabajaba como agente encubierto (pese a que no existe ningún documento que lo avale) y que sus empresas formaban parte de su tapadera. Pero este lunes su defensa ha ido más allá e, incluso, ha alegado que tampoco se ha probado que fuesen ciertos los datos confidenciales que presuntamente vendía a sus clientes a cambio de miles de euros. Es más, su abogado ha llegado a presentar a Villarejo como un vendehúmos: “A estas alturas, ¿alguien puede dudar de lo excesivo que es el señor Villarejo, de lo argumentativo, de lo imaginativo, de lo creativo...? [Los supuestos proyectos de espionaje] eran meras proyecciones especulativas: hay alguna manera mejor de definir lo que hacía Villarejo. Algunos lo han llamado una estafa”.

—¡Magistral! — ha espetado Villarejo a su abogado tras finalizar la primera parte de su intervención.

La defensa se ha lanzado al contraataque desde el minuto uno. Antonio García Cabrera, abogado de Villarejo, se ha centrado primero en restar valor a las confesiones de los clientes de la trama, que han admitido en el juicio que se hicieron con los servicios del comisario. Sus declaraciones, previo pacto con el ministerio público para conseguir una reducción de penas, penden de forma fatal sobre el principal sospecho. Pero, en palabras del letrado, esos testimonios autoinculpatorios carecen de valor, pues se lograron “bajo el terror que infundía” la solicitud de “enormes y desproporcionadas” penas de prisión.

Con la clara idea de desmontar a la acusación, la defensa ha minusvalorado todos los indicios recabados en la investigación. Pese al criterio de la Fiscalía, Hacienda y la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía, Villarejo ha desechado cualquier irregularidad en su grupo empresarial, Cenyt: “Todo era transparente, todo se facturaba. Por tanto, este no es el parámetro de una organización criminal”, ha expuesto su abogado, que ha insistido en que sus compañías formaban parte de la “apariencia exterior que se le preparó como cobertura” para su cometido policial. “Unas actividades empresariales que ha autorizado el Estado”, ha remachado el letrado.

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“Nadie sabía la condición de activo de Villarejo en la Policía, salvo sus jefes directos: los directores adjuntos operativos (DAO), los comisarios generales de Información y Policía Judicial”, ha dicho García Cabrera, con el objetivo de que decaiga la acusación de cohecho que pesa sobre el comisario: “Era una situación querida por el Estado y fue el propio Estado el que le mantuvo en ese estatus”. Sin embargo, según Anticorrupción, Villarejo “abusó” de su condición policial para acceder a información confidencial (como datos de Hacienda o tráfico de llamadas telefónicas) que después vendía a sus clientes por cientos de miles de euros.

La Policía y Hacienda también añadieron en el juicio que, para desarrollar su presunta actividad ilícita, el comisario diseñó una “compleja estructura societaria”, que usaba para mover “considerables” cantidades de dinero en el extranjero y a través de la cual facturaba por conceptos falsos.

“¿Por qué algunos audios no valen?”

La defensa también ha hecho hincapié en los audios que el propio Villarejo grababa y que, ahora, se han vuelto en su contra. Esos archivos constituyen uno de los principales indicios contra el comisario —en uno, por ejemplo, se escucha decir al policía que ha elaborado informes “con datos que hemos conseguido de aquella manera…”—. Desde que empezó el juicio, su abogado ha tratado de anularlos para que no sirvan como prueba y, este lunes, ha criticado que la Audiencia Nacional solo otorgue relevancia a algunos. “¿Por qué valen unos audios y otros no? ¿Cuál es el parámetro para analizar las grabaciones?”.

Estas palabras no resultan baladíes: hace apenas unos días que el juez instructor rechazó volver a imputar a María Dolores de Cospedal, ex secretaria general del PP, después de que se publicaran nuevos audios de Villarejo donde habla con la política de cómo obstaculizar supuestamente la investigación sobre los papeles de Bárcenas (la contabilidad b de los populares).

El comisario jubilado José Manuel Villarejo y su abogado, Antonio García Cabrera, durante la exposición de conclusiones de la defensa, este lunes.
El comisario jubilado José Manuel Villarejo y su abogado, Antonio García Cabrera, durante la exposición de conclusiones de la defensa, este lunes.

El tribunal prevé que el primer gran juicio a Villarejo finalice esta semana. Cuando la defensa del comisario acabe de exponer sus conclusiones, se abrirá el turno para que los acusados puedan ejercer su derecho a la última palabra. La Sala contempla que lo hagan este mismo martes. El antiguo agente de la Policía, que se enfrenta a una petición de la Fiscalía de más de 80 años de cárcel, podrá poner así el epílogo a una vista oral que arrancó hace casi un año. Villarejo tendrá otra oportunidad para demostrar su locuacidad y para poner sobre la mesa la amenaza que soltó al salir de prisión en marzo de 2021: “¿Ellos han decidido hacer una catarsis de España? Vale, de acuerdo. Yo encantado de que eso ocurra”, dijo a las puertas del penal de Estremera (Madrid).

Los tres proyectos de espionaje juzgados

En este último año se han enjuiciado tres líneas de investigación de las más de 30 que acumula el caso Villarejo. La Audiencia Nacional decidió juntar en esta vista oral tres supuestos proyectos de espionaje distintos, que se instruyeron por separado: los bautizados como Iron, Land y Pintor. El primero se centra en la contratación del comisario por parte del bufete Herrero & Asociados para espiar supuestamente a otro despacho rival (Balder). Land fija la diana en la guerra familiar de los herederos de Luis García-Cereceda, el promotor que levantó la urbanización de lujo La Finca en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Y Pintor trata de cómo el empresario Juan Muñoz Tamara, marido de la presentadora Ana Rosa Quintana, fichó a Villarejo para que obtuviera ilegalmente datos de un exsocio al que reclamaban el pago de una deuda.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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