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El PP exige renovar a la vez el Constitucional y el Poder Judicial y el Gobierno acusa al partido de Feijóo de “obstruir” el mandato de la Constitución

El principal partido de la oposición y el Ejecutivo se cruzan críticas tras la amenaza de Carlos Lesmes con dimitir si no hay renovación del CGPJ en las próximas semanas

El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, a su salida del acto de apertura del año judicial, en el Tribunal Supremo, este miércoles en Madrid. En segundo plano, a la izquierda, la ministra de Justicia, Pilar Llop.
El presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, a su salida del acto de apertura del año judicial, en el Tribunal Supremo, este miércoles en Madrid. En segundo plano, a la izquierda, la ministra de Justicia, Pilar Llop.Eduardo Parra (Europa Press)

El PP no pisa el freno. A pesar de la tremenda presión sobre Alberto Núñez Feijóo por las palabras del presidente del Supremo, Carlos Lesmes, que este miércoles ha amenazado con dimitir si no hay renovación del CGPJ en las próximas semanas, y del encontronazo con la ministra de Justicia, Pilar Llop, el líder del PP ha decido mantenerse atrincherado en su posición, consciente de que el final puede ser un escenario desastroso para todos. Y muy especialmente para el PP.

Sin embargo, Feijóo asume el riesgo. A primera hora de la tarde, envió un comunicado en el que insistía en sus condiciones: el PP, decía el texto, tiene “la máxima disposición para sentarse con el Gobierno”, pero este tiene que aceptar sus exigencias de siempre: “abordar la reforma del Poder Judicial y, bajo unos requisitos mínimos de independencia, la renovación conjunta del TC y del CGPJ”. Esto es, el Gobierno tiene que renunciar a nombrar a los dos magistrados del Constitucional que le corresponden y a los dos que corresponden al CGPJ, una operación que en paralelo el PP está tratando de cortocircuitar con una rebelión de los vocales conservadores del Consejo.

En respuesta, fuentes del Ejecutivo han acusado al PP de envolverse en “excusas para no cumplir con el mandato constitucional”. “Queda constatado que, ante la Constitución, solo hay dos actitudes, cumplirla en todos sus puntos, como defiende el Gobierno, o interpretarla a conveniencia y obstruir su cumplimiento, como insiste en hacer el PP”, apuntan. “El Gobierno siempre ha tenido y sigue teniendo la disponibilidad de renovar el CGPJ bajo la ley actual y bajo el mandato constitucional. Se puede hacer hoy mismo”, inciden.

En el Gobierno están cada vez más indignados con el PP, porque ya no solo bloquea la renovación del CGPJ, también están intentando influir para que no se renueve el Tribunal Constitucional, algo que no había pasado nunca. El Constitucional siempre ha cambiado de mayoría con las renovaciones en función de quién estuviera en el Gobierno en ese momento, porque el Ejecutivo designa a dos. En La Moncloa consideran que el PP está incumpliendo un principio democrático básico, que es aceptar que cuando los ciudadanos ponen en el poder a un Gobierno progresista tiene el derecho de renovar a los dos miembros que le tocan con su tendencia mientras el CGPJ nombra a un conservador y un progresista, que es lo que siempre ha hecho. El Gobierno no tiene mucha confianza en que el PP se avenga a razones, porque creen que Feijóo ha optado por bloquearlo todo, pero si hay cualquier movimiento, Félix Bolaños, ministro de Presidencia y principal negociador de Sánchez, está dispuesto a reunirse en cualquier momento.

Boicot de los vocales conservadores

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En este pulso al Gobierno, la dirección del PP cuenta con el convencimiento de que la conjura de los vocales conservadores del Consejo para torpedear la renovación del Constitucional va a salir adelante y el Ejecutivo no va a poder nombrar al tercio de magistrados del tribunal de garantías que le corresponde nombrar, que supondría un cambio en este órgano de mayoría conservadora a progresista. Fuentes de la cúpula popular aseguran que la unidad del sector conservador del CGPJ está “reconstruida” y, por tanto, no saldrán adelante los nombramientos. En caso de que el boicot conservador prosperara, en la dirección del PP estiman que Europa intervendría y ya no solo el PP, sino también el Gobierno, quedaría seriamente tocado. A pesar de que ese sería un escenario catastrófico para la imagen de la justicia y de los dos grandes partidos, en el PP están dispuestos a asumirlo, según las mismas fuentes.

El PP presiona con ese desastroso final al Gobierno para que transija con sus condiciones, eche marcha atrás en el Constitucional y se siente con ellos a negociar todo desde cero, Constitucional y CGPJ, como si nada hubiera pasado. “Ahora se puede. Si insisten en renovar el TC a la fuerza lo romperán todo”, dicen en la cúpula popular.

Feijóo pisa el acelerador, pero mientras la presión en el partido también aumenta, con algunos sectores partidarios de llegar a un acuerdo de una vez con el Gobierno. Dirigentes consultados por EL PAÍS consideran que Feijóo debería cerrar un pacto con el Ejecutivo, aunque creen que la iniciativa le corresponde al Gobierno. En todo caso, la mayoría estima que al PP no le provoca desgaste electoral este asunto, porque no está en la calle y no forma parte de las preocupaciones de los ciudadanos. “Sales a la calle y preguntas quién es Lesmes y nadie te lo sabe decir”, ejemplifica un barón popular.

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