Moreno, elegido presidente de Andalucía con la abstención de Vox

Juan Manuel Moreno se ha encontrado este jueves con un regalo en su investidura: 13 diputados de Vox se han abstenido en su elección como presidente de la Junta de Andalucía, pese a no necesitar ningún apoyo externo como sí tenía hace tres años y medio. Moreno ha salido elegido en primera votación por mayoría absoluta con el apoyo de los 58 diputados de su grupo y el voto en contra de los 30 diputados socialistas, los cinco del grupo de Por Andalucía y los dos de las diputadas de Adelante Andalucía. Vox, fiel a su corta trayectoria en el Parlamento andaluz de no desvelar el sentido de su voto, ha mantenido en secreto su decisión hasta que el presidente de la Cámara, Jesús Aguirre, ha empezado a llamar a los diputados para que expresaran su opinión. Un diputado de Vox no ha emitido voto.

Para el PP no ha sido ninguna sorpresa. “No pueden votar en contra porque sería insistir en el error de la campaña”, ha interpretado un dirigente popular. El mismo día de la constitución del Parlamento, los populares cedieron un puesto en la Mesa del Parlamento para que Vox, tercera fuerza política, tuviera representación en el órgano de gobierno. Moreno negó que ese gesto implicara un acuerdo con la ultraderecha, aunque sí le reclamó un apoyo a iniciativas de su Ejecutivo. La devolución del favor ha llegado antes de tiempo, pese a sobrarle hasta tres síes a Moreno para ser elegido por mayoría absoluta en primera votación. Cuando le ha tocado a Macarena Olona pronunciar su sentido del voto, lo ha calificado con una gran sonrisa de “afectuosa atención”.

En la segunda y última jornada del debate de investidura, Moreno ha ofrecido pactos y acuerdos a todos los grupos de la oposición, tanto a su derecha como a su izquierda. “Quiero hablar con todos y de todo”, ha dicho el presidente andaluz, quien desde la misma noche electoral del 19 de junio borró de su vocabulario las palabras “mayoría absoluta”.

El actual contexto de crisis inflacionista y energética ha sobrevolado todas las intervenciones de esta jornada, tanto las de los portavoces de los grupos de la oposición como las réplicas de Moreno, quien no ha ocultado su preocupación por la evolución de la economía a partir del otoño. “Va a ser una legislatura muy complicada. Sigo creyendo en las posibilidades de acuerdo”, ha dicho al conjunto del Parlamento. El propio dirigente popular ya trasladó esa inquietud a los suyos cuando en la junta directiva de su partido, celebrada a finales de junio y en plena resaca de la victoria electoral, les advirtió de que venían “tiempos complicados”.

Con matices, tanto el PSOE, como Vox y las dos coaliciones de izquierdas le han ofrecido acuerdos en materia económica para combatir la subida de los precios y su efecto en las familias andaluzas. El portavoz de los socialistas, Juan Espadas, ha ofrecido un pacto para luchar contra las consecuencias del alza de los precios y la crisis de Ucrania; la de la formación ultra, Macarena Olona, ha reclamado medidas con urgencia y la de la Por Andalucía, Inmaculada Nieto, un debate monográfico para acordar por ley propuestas concretas al respecto.

Espadas llama a alcanzar acuerdos con el PSOE

El debate ha supuesto el debut de Espadas como presidente del grupo socialista y líder de la oposición. Le ha reclamado a Moreno que demuestre su talante “moderado y entrañable” y alcance acuerdos con el PSOE. Hasta cinco pactos le ha ofrecido Espadas al presidente popular (en materia económica, gestión de fondos europeos, financiación y servicios públicos, medio ambiente y exclusión social), y este le ha tendido la mano para ir juntos en la “defensa de los intereses generales” de Andalucía frente a Europa y el Gobierno central.

Espadas, como ya hizo durante la campaña, ha defendido las políticas aprobadas por el Gobierno de Pedro Sánchez y ha reclamado a Moreno que implemente algunas medidas como la de la subvención del transporte público con el presupuesto andaluz. “¿Ustedes han venido para acometer algunas cosas que nosotros dejamos, o para qué?”, le ha espetado. En algunos momentos, el dirigente socialista ha lucido la chaqueta de alcalde de Sevilla, cargo del que dimitió en enero de este año para ser candidato a la Junta, para exhibir su experiencia de gestión. En su discurso fue constante la queja de la falta de coordinación de la Junta con los ayuntamientos y esperando quizás un ataque de Moreno por la “herencia recibida” de los 37 años de mandatos socialistas, ha asegurado: “No puede combatir los errores de otros en una defensa para no hacer nada”.

Pero Moreno, al contrario de lo que hizo en su primer discurso de investidura en 2019, ya ha pasado esa pantalla. Al menos de momento y en los dos días de debate no se ha escudado en el gobierno de los socialistas para justificar sus propias carencias de gestión. El recordatorio sí lo ha hecho el portavoz del PP, Toni Martín, para acusar al PSOE de usar sus mayorías absolutas como “absolutistas”.

Aunque entre Moreno y Espadas ha habido varias interpelaciones y el debate entre ellos ha sido fluido, con quien más determinante se ha mostrado el dirigente popular ha sido con la portavoz de Vox. Olona —que ha mostrado una cara más amable en su primera intervención y otra más histriónica en la segunda, cuando ha defendido los postulados de Vox como condiciones irrenunciables para dar su apoyo a las políticas de Moreno— ha cuestionado “el entusiasmo y autocomplacencia” del discurso del presidente de la Junta —”ni había urgencia en sus palabras ni plazos concretos”, le ha recriminado en relación con la crisis inflacionista— y por eso le ha pedido medidas urgentes para combatir el alza de los precios.

Una petición a la que Moreno ha respondido de manera muy directa y contundente, recordándole que su formación no votó a favor de los presupuestos de 2022 que incluían esas medidas de choque que reclamaba Olona. “Cuando un partido político deja de ser útil y los cálculos y ambiciones electorales pueden más que los intereses de los ciudadanos, se acaba con el partido político”.

Si Moreno se postuló en su discurso de investidura como un presidente que iba a utilizar su mayoría absoluta —”nueva mayoría”, la denomina él― para “representar y trabajar para todos y cada uno de los 8,5 millones de andaluces, sin diferencias ni excepciones”, las portavoces de las dos coaliciones de izquierdas, Teresa Rodríguez, primero, por el grupo mixto Adelante Andalucía, e Inmaculada Nieto, en segundo lugar, en representación de Por Andalucía, le han dejado claro que existe un abismo entre la visión de los problemas que tiene la comunidad y sobre todo las soluciones para resolverlos.

Ambas han reconocido a Moreno que opte por el diálogo en lugar de aplicar el rodillo de la mayoría absoluta —”desde el disenso podemos llegar a acuerdos robustos”, ha señalado Nieto―, para pasar a criticar la rebaja fiscal anunciada el día anterior por el dirigente popular, han cuestionado la situación de la Sanidad Pública —que ante la merma de su calidad por la saturación aboca a los ciudadanos a contratar seguros privados, han coincidido―, han criticado el nuevo modelo de financiación para las universidades públicas y han llamado la atención sobre la reducción de líneas en los centros educativos cuando la natalidad está descendiendo. Tanto Rodríguez como Nieto han alertado sobre el peso de la industria del turismo en el PIB de la comunidad y han apelado a una “diversificación” para evitar “perpetrar el subdesarrollo”, según las palabras de la líder de Adelante Andalucía, en alusión a los empleos precarios que genera y a las consecuencias que la masificación turística provoca en el centro de las ciudades.

También ambas han afeado a Moreno que en su discurso de ayer obviara la pobreza endémica de la comunidad, donde el 38% de los andaluces viven en riesgo de exclusión. Una crítica a la que también se ha sumado Espadas en su intervención, Nieto ha reclamado que el nuevo Gobierno tenga como prioridad la aprobación de un plan para erradicarla. El presidente ha justificado que no abordara de manera específica el asunto de la pobreza en que en una alocución de más de una hora de duración no se pueden tratar todos los asuntos —”No quiero que me llamen el Castro andaluz”, ha ironizado en alusión a los discursos interminables del fallecido presidente de Cuba― y que ya se refirió a las “personas más vulnerables”. En su réplica al líder de los socialistas ha abundado en que la “pobreza es muy compleja” para recordar que cuando Espadas era alcalde de Sevilla —donde se encuentran tres de los barrios más humildes de España— él se comprometió a sacar a la ciudad de ese ranking y no lo ha conseguido. “Para ello se requiere del esfuerzo de todas las administraciones”, ha recalcado Moreno.

Las apelaciones al diálogo y el tono correcto y moderado han protagonizado este pleno. Un tono cordial, que el propio Moreno ha reconocido a la salida del pleno y que a todos los partidos les conviene en este momento y tras la mayoría aplastante del PP. Pero nadie olvida que en horizonte hay unas elecciones municipales y generales que generarán tensión entre todos los grupos.