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Mueren 14 migrantes en Senegal tras el incendio de un cayuco que viajaba hacia Canarias

El accidente se produjo frente a las costas de Kafountine y hay 90 supervivientes y 21 heridos, cuatro de ellos con quemaduras de segundo grado

José Naranjo
Cayuco Senegal
Llegada de un cayuco al puerto de Los Cristianos, en el sur de Tenerife, el 2 de noviembre de 2020.Miguel Barreto (EFE)

Al menos 14 personas fallecieron y otras 21 resultaron heridas este lunes en aguas del sur de Senegal tras el incendio de un cayuco que se dirigía a Canarias, según distintas fuentes locales. El accidente tuvo lugar frente a las costas de Kafountine, en la región de Ziguinchor, cuando la embarcación que había zarpado el domingo desde algún punto de las islas Karone con más de un centenar de personas a bordo se prendió fuego, según uno de los pasajeros, porque otro de ellos estaba fumando cerca de las garrafas de gasolina empleada como combustible, y acabó hundiéndose. La Gendarmería senegalesa ha abierto una investigación para aclarar las causas del accidente y tratar de localizar a los organizadores de la travesía.

“Primero aparecieron ocho cadáveres, pero en las horas siguientes fueron encontrando a los demás hasta llegar a 14. Ha sido un gran impacto en todo el pueblo”, asegura por teléfono Jean Luc Dhiedhou, residente en la zona. Unas 90 personas lograron sobrevivir llegando a nado hasta la costa o flotando en los restos de la embarcación. Las tareas de búsqueda de supervivientes continúan, dado que se desconoce la cifra real de ocupantes del cayuco, así que el balance final de muertos podría ser aún mayor. Los heridos, cuatro de ellos con quemaduras de segundo grado, han sido trasladados al hospital regional de Ziguinchor.

A bordo de la embarcación viajaban sobre todo senegaleses, gambianos y guineanos, así como algunos nigerianos. Las Karone conforman un dédalo de islas rodeadas de manglares que facilitan la discreción para este tipo de salidas de cayucos, perseguidas por las autoridades. Desde este punto, el viaje hasta Canarias, si todo va bien, dura unas dos semanas de navegación en las que los migrantes apenas se pueden mover y están obligados a comer los escasos víveres que llevan a bordo y racionar el agua. Es una de las travesías más duras de la emigración hacia Canarias.

Este accidente es muy similar al ocurrido el 24 de octubre de 2020, cuando un cayuco que había zarpado de Mbour, localidad situada al sur de Dakar, se prendió fuego y fallecieron unas 140 personas, según la Organización Internacional de las Migraciones, lo que lo convirtió en la peor tragedia de la ruta atlántica en aquel año y una de las peores de las que se tiene constancia. Muchos de aquellos jóvenes procedían del barrio de Pikine, en Saint Louis, cuyos familiares relataron días después a EL PAÍS que las circunstancias derivadas de la pandemia de covid y la ralentización de la actividad económica les habían empujado a intentar este peligroso viaje.

La travesía en cayuco desde Senegal o Gambia es una de las múltiples vías de la emigración clandestina hacia Canarias y se reactivó a finales de 2019 tras años de interrupción motivada por la vigilancia costera y el impacto disuasorio de las repatriaciones desde territorio español, un mecanismo que se activó en 2006 durante la llamada crisis de los cayucos. Sin embargo, la falta de horizontes de los jóvenes en Senegal y en toda la región, así como las crisis políticas e institucionales que atraviesan países como Guinea o Costa de Marfil propició la reapertura de esta ruta. A ello se sumó después el impacto de la covid.

En la actualidad la situación es aún peor, ya que los precios de la gasolina y de los productos de primera necesidad se están disparando como consecuencia de la guerra de Ucrania y las alteraciones en el comercio internacional. La escasez de cereales y en particular de trigo, África tiene una gran dependencia de este producto que importa en un 45% desde Rusia y Ucrania, así como de fertilizantes para los cultivos, que en buena medida proceden también de ambos países, está agudizando aún más la crisis que ya había provocado la covid-19.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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