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La Fiscalía pide 13 años de cárcel para Villarejo y López Madrid por acosar y acuchillar a la doctora Pinto

El ministerio público complica aún más el horizonte judicial del comisario y el exconsejero de OHL, que arrastran otras causas pendientes por corrupción

J. J. Gálvez
A la derecha, el empresario Javier López Madrid, exconsejero de OHL, a su llegada a la sede de la Audiencia Nacional, en una imagen de archivo.
A la derecha, el empresario Javier López Madrid, exconsejero de OHL, a su llegada a la sede de la Audiencia Nacional, en una imagen de archivo.Fernando Villar (EFE)

La Fiscalía ha puesto sobre la mesa una nueva petición de cárcel para el comisario jubilado José Manuel Villarejo y el empresario Javier López Madrid, exconsejero de OHL. Según ha informado este miércoles el ministerio público, ha solicitado que se condene a ambos a 13 años y dos meses de prisión por amenazar, coaccionar e incluso acuchillar a la doctora Elisa Pinto, que había mantenido antes una relación de “amistad” con el alto directivo. Esta causa se ha instruido en un juzgado de Madrid y de forma separada a otra línea de investigación abierta contra ambos en la Audiencia Nacional, donde se imputa a López Madrid el delito de cohecho activo por contratar al policía para maniobrar e impedir que le denunciase la médica, jefa del servicio de dermatología del Hospital San Camilo (Madrid) en aquel momento.

Esta iniciativa de la Fiscalía complica todavía más el horizonte judicial de los dos acusados. Villarejo es el epicentro de un gran sumario de corrupción bautizado como Operación Tándem, que escruta el magistrado Manuel García-Castellón en la Audiencia Nacional. Dicha causa se compone de más de una treintena de líneas de investigación —incluida la relativa al cohecho por el hostigamiento a Pinto— y ya ha comenzado a juzgarse en parte en una vista oral que comenzó a finales del pasado año y donde el ministerio público pide más de 100 años de prisión para el comisario. El antiguo agente tiene pendiente otro juicio, previsto para noviembre, por grabar y participar en la difusión de una reunión entre la Policía y el CNI sobre Francisco Nicolás Iglesias, alias El Pequeño Nicolás, al que entonces cercaban.

Por su parte, López Madrid se encuentra procesado en el caso Lezo, la trama de corrupción que gira en torno a Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid. En ese sumario, la Fiscalía pide seis años de años de cárcel para el exconsejero de OHL por participar en la adjudicación irregular, en 2007, de las obras del tren a Navalcarnero (Madrid) por 360 millones de euros. El ministerio público atribuye al directivo los delitos de cohecho activo y falsedad en documento mercantil, y lo considera el ideólogo del fraude. Según expuso la acusación, el empresario se aprovechó de “su estrecha relación personal” con el político para pedirle que “utilizara su posición preeminente como alto cargo”, entonces era vicepresidente del Ejecutivo regional, sobre uno de los responsables de la adjudicación para asegurarse así el contrato, cosa que finalmente ocurrió. La constructora pagó supuestamente una mordida millonaria.

Coacciones “reiteradas” e “insistentes”

En el caso del acoso a la doctora Pinto, la Fiscalía de Madrid imputa a Villarejo y a López Madrid delitos continuados de coacciones, amenazas, lesiones y contra la Administración de Justicia. Según el relato del ministerio público, todo comienza en 2012, cuando Pinto ejercía como médica en la Clínica San Camilo y entabla una relación de “estrecha amistad” con el consejero. Este empieza supuestamente a enviarle regalos, mensajes subidos de tono, fotografías sexuales explícitas; y mantienen encuentros “deliberadamente” casuales en sitios públicos (tiendas, restaurantes y lugar de trabajo), además de “largas” llamadas telefónicas y una relación vía correo electrónico.

El comisario jubilado José Manuel Villarejo, tras salir de la Audiencia Nacional, el pasado año.
El comisario jubilado José Manuel Villarejo, tras salir de la Audiencia Nacional, el pasado año.Europa Press
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Pero todo cambia en 2013. Según la doctora, el empresario se excede e inicia un acoso contra ella. Entonces, López Madrid teme que Pinto lo denuncie y activa un plan de coacciones “reiteradas” e “insistentes” para evitarlo, según el ministerio público. Para ello, contacta con Villarejo y ambos arrancan una campaña de “hostigamiento” contra la víctima. Esta incluyó presuntas amenazas por teléfono —“Puta no te acerques a López Madrid, me vale madres [sic] llevarte por delante” o “te vamos a matar”, le dijeron en algunas de ellas—; visitas en persona a su consulta; seguimientos y vigilancias; contactos con su hijo en la puerta del colegio, al que le dijeron “también estamos pendientes de vosotros”; e, incluso, dos agresiones con arma blanca.

Según la Fiscalía, el 13 enero de 2014, cuando la mujer estaba en el interior de su vehículo parado en la calle, un desconocido se introdujo en la parte trasera del coche y le clavó un objeto en el hombro mientras le decía “estás indefensa”. La segunda ocurrió el 10 de abril del mismo año, cuando Pinto iba en su automóvil con su hijo y, tras bajarse para buscar el alzador para el niño, Villarejo la abordó y le hizo supuestamente un corte en el abdomen por encima de la blusa con un instrumento cortante mientras profería la expresión “López Madrid quiere que cierres la boca”.

Dos investigaciones paralelas

Visita a su despacho. Los dos sumarios paralelos sobre la alianza de José Manuel Villarejo y Javier López Madrid (instruidos en el Juzgado 39 de Madrid y en el Juzgado Central 6 de la Audiencia Nacional) reconstruyen el presunto plan de “hostigamiento” contra la doctora Elisa Pinto, que se decidió a denunciar por primera vez en diciembre de 2013 —cosa que haría otras 14 veces—. El día 10 de ese mes, según las pesquisas de la Audiencia Nacional, la médica recibió una visita en su despacho profesional del empresario, que acudió acompañado de Rafael Redondo, abogado y socio de Villarejo. El consejero de OHL le insistió para que “le dejase en paz”, y la amenazó con que la Policía “iría a verla”.

Campaña de descrédito. Según los sumarios, Villarejo uso “medios policiales” para desacreditar a Pinto y su palabra, con el objetivo de echar abajo sus denuncias. Además, presuntamente accedió a información confidencial sin permiso, intentó interferir en las pesquisas contra el empresario y maniobró contra “una rueda de reconocimiento de la que tendría que formar parte”.

Otros policías. La Audiencia destaca que López Madrid tuvo una “estrecha relación” con otros policías. Entre ellos, el inspector Alberto Carba, instructor de la denuncia de Pinto, que “envió varios correos electrónicos a López Madrid comunicándole el estado de la investigación, y recibiendo instrucciones” entre el 16 de octubre y el 23 de noviembre de 2015.

“Ponme pasta”. En una conversación de 2017 interceptada a la trama del comisario, se escucha a Villarejo decir que reclamará dinero al empresario por sus servicios: “Cuando le meta la querella a la pava esta y a todos los que la han ayudado, hablaré con él, con Javierito...: 'Ponme un poquito de pasta, porque me has metido en un embolao...'. Le voy a decir: 'Chiquitín, daños y perjuicios”.

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Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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