Moreno presenta a Andalucía como “dique de contención” de las políticas de Pedro Sánchez

El presidente de la Junta de Andalucía y líder del PP, Juan Manuel Moreno, se resiste a poner fecha para las elecciones andaluzas, pero se ha sumergido de lleno en la marejada de la precampaña. En una convención regional de los populares andaluces celebrada en Cádiz para conmemorar el aniversario de los tres años de su llegada al Gobierno autónomo, Moreno ha reivindicado el cambio en materia social y económica impulsado por su partido —en alianza con Ciudadanos, y con el sostén parlamentario de Vox― azuzando los fantasmas de lo que, a su juicio, hubiera supuesto una gestión de la pandemia por parte de los gobiernos socialistas que durante casi 37 años estuvieron al frente de la comunidad y presentando su modelo “como dique de contención” de la gestión de Pedro Sánchez.

“Andalucía es muy importante. El destino de Andalucía condiciona el destino de España”, ha señalado Moreno. El presidente de la Junta, que ha afirmado que en este tiempo “ha sido ponderado” con la gestión de Pedro Sánchez sobre la crisis sanitaria por el coronavirus, ha criticado “las subidas masivas de impuestos”, “la homogeneización” fiscal —que para él equivale a recuperar gravámenes como el de sucesiones y donaciones―, las “concesiones a comunidades autónomas a través de grupos independentistas que condicionan el reparto de ayudas”, la gestión de “los fondos europeos que no son transparentes” o “la política exterior”. “A todo el que no le gusta este estilo sabe que en Andalucía está la llave para que haya un cambio de Gobierno en España”, ha advertido Moreno.

El dirigente popular ha abanderado los grandes ejes en los que el PP pivota su ataque al Gobierno de Sánchez, tomando las riendas de una estrategia beligerante que en estos tres años de legislatura ha tenido bien aferradas su consejero de Presidencia y portavoz de la Junta, Elías Bendodo. Hace apenas dos meses, durante la celebración del congreso regional donde Moreno salió reelegido por abrumadora mayoría presidente del partido, era donde estaba previsto que el líder de los populares andaluces pudiera sacar pecho de su gestión al frente del primer gobierno no socialista de la comunidad, pero la guerra interna entre la dirección de Génova y la presidenta de la Comunidad de Madrid, torció el guion, convirtiendo a Moreno en una especie de títere al que por ambos bandos le pedían que demostrara que nadie le movía los hilos.

En esta convención en Cádiz, Moreno ha tenido la oportunidad de defender su agenda reformista, condicionada por la pandemia, pero su discurso —como anteriormente el de sus consejeros que han participado en una charla en la que han departido sobre sus tres años al frente del Gobierno― ha puesto el énfasis en atacar al PSOE y agitar las sombras de sus 37 años de gestión al frente de la Junta, evidenciando que en plena precampaña y con la permanente sombra de un futuro gobierno condicionado, si no cogobernado por Vox, ningún esfuerzo es baladí para amarrar los votos descontentos de centroizquierda que en estos años ha conseguido atraer el PP, de acuerdo con los sondeos.

“Imaginaos si el anterior gobierno socialista hubiera tenido que enfrentarse a esta crisis”, ha señalado Moreno. “En 2017 llegó una gripe intensa y todavía recordamos las fotos en los pasillos de todos los hospitales y centros de salud de la administración socialista”, ha abundado, para hacerse la misma pregunta sobre lo que hubiera sucedido con la gestión económica. En la misma línea que empezó empleando su Ejecutivo cuando llegó al poder, donde parecía seguir haciendo oposición a la anterior etapa socialista, el dirigente popular ha advertido de que con él al frente del poder “se acabó el gobernar solo para los buenos andaluces”.

La sexta ola en Andalucía ha desnudado las carencias en la atención primaria de las que antes de las Navidades ya advirtieron no solo los colectivos de profesionales de la sanidad, sino la oposición, especialmente el PSOE, que condicionó su apoyo a los presupuestos a la renovación de 8.000 contratos de refuerzo de sanitarios que se realizaron durante la pandemia. Aunque las cuentas de 2022 incrementaban la aportación para Sanidad, los socialistas demandaron ese gesto por parte de la Junta, que nunca llegó.

La saturación en los centros de salud ha llevado a alcaldes de las provincias de Sevilla y Jaén, no solo del PSOE, sino también de Cs, ha reclamar más medios para la atención a sus vecinos, muchos de ellos residentes en zonas rurales, donde la carencia de servicios agrava los problemas. Moreno se ha mostrado visiblemente molesto por esta iniciativa. “Lo que nunca he hecho es en plena sexta ola coger y hacer plataformas políticas, obligando a alcaldes a manifestarse, en contra del Gobierno”, ha censurado para acusar al PSOE de “no estar diciendo la verdad”, sobre la situación de la sanidad pública andaluza.

Consciente de que la degradación del sistema sanitario andaluz fue uno de los detonantes del desencanto que llevó a 400.000 votantes socialistas a quedarse en sus casas el pasado de 2 de diciembre de 2018, el líder del PP andaluz ha apelado a la herencia recibida también para justificar la situación de la atención primaria. “Tiene problemas, pero es que los hemos heredado. Los que han desmantelado la sanidad pública son los anteriores inquilinos de San Telmo”, ha afirmado. Y en línea con el tono duro de su discurso ha abundado: “El PSOE tiene la misma legitimidad en dar lecciones de Sanidad como Puigdemont de Derecho Constitucional”.