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Igor el Ruso, en su primer día de juicio: “Maté a los guardias civiles por mi Biblia”

El acusado del asesinato de un ganadero y dos agentes en Teruel en 2017 asegura que las muertes se debieron al “destino”

Norbert Feher, ‘Igor el Ruso’, este lunes en la Audiencia Provincial de Teruel. En vídeo, las imágenes que deja el primer día del juicio contra Norbert Feher, Igor el Ruso, donde los representantes de la fiscalía y de las acusaciones particulares y populares han pedido la pena de prisión permanente revisable para el acusado.Vídeo: J.ESCRICHE/POOL / EUROPA PRESS
Patricia Peiró

Norbert Feher, Igor el Ruso, ha elegido presentarse como un iluminado este lunes, en la primera sesión del juicio por los tres asesinatos por los que se le detuvo en (Andorra) Teruel en diciembre de 2017. El criminal de origen serbio ha ratificado que mató al ganadero José Luis Iranzo en su finca y minutos después a los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Caballero. Y ha explicado así sus motivos: “Quería recuperar mi Biblia y ellos me sorprendieron”. “¿Tan importante es esa Biblia como para arrebatar dos vidas?”, se ha sorprendido la fiscal. “Sí”, ha respondido Feher sin dudar.

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Feher, que tras una estancia en la cárcel en Italia se empezó a hacer llamar Ezequiel, ha defendido que no tenía nada en contra de sus víctimas, que actuó en defensa propia y que sus muertes se debieron al “destino”. Él, ha asegurado, solo usa las armas cuando “no hay otra alternativa”. Cuando ingresó en prisión en España solo pidió una Biblia, el Código Penal y varias estampitas de santos, entre ellas la del padre Pío. Es habitual que luzca un crucifijo al cuello y cuando fue detenido entre sus pertenencias había un medallón de la Virgen del Pilar.

Igor el Ruso disparó dos tiros a José Luis Iranzo, un ganadero muy conocido en la zona, cuando le sorprendió en su finca la noche del 14 de diciembre de 2017. Feher sostiene que escuchó el ruido de un arma al cargarse y por eso disparó, primero de frente y después cuando Iranzo trataba de huir. Robó su camioneta y se retrocedió unos metros para recoger sus cosas; allí estaba la Biblia por la que este lunes ha dicho que llegó a matar. Lo sorprendieron en ese momento los dos guardias civiles a los que disparó una veintena de veces con una pistola en cada mano. “Mi intención no era matarles; si no, habría apuntado a la cara. Solo quería mi Biblia, no voy matando gente así como así”, ha señalado.

El asesino confeso ha contado que llegó a España en septiembre de 2017 huyendo de la policía italiana por haber matado a otras dos personas en abril de ese mismo año. Pero ha declinado explicar cómo vino a España, aunque siempre ha defendido que vino en bicicleta. En Italia ya está condenado a cadena perpetua por aquellas muertes y a otros 21 años en España por un tiroteo dos semanas antes del triple asesinato.

“Neurosis de guerra”

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“A Norbert Feher solo le esperan las rejas de una prisión, no se sientan responsables de su futuro”, ha reconocido al jurado su abogado defensor, Juan Manuel Martín Calvente. Nueve personas que tendrán que decidir si están de acuerdo con las siete acusaciones y con la fiscal, que piden prisión permanente revisable, o con la defensa, que solicita la absolución alegando “neurosis de guerra”.

La defensa sostiene que esa neurosis le hace percibir la realidad de un modo totalmente diferente al del resto de la gente e interpretar que un simple gesto es un ataque. “Yo vivía en Serbia cuando fue bombardeada. Normalmente duermo dos o tres horas al día, como la noche antes de venir aquí”, ha relatado Feher. En las múltiples versiones que el acusado ha ofrecido a lo largo de estos años sobre su supuesto pasado militar, este lunes ha ofrecido una más: “En 1999, cuando cumplí 18 años, un amigo me introdujo en un grupo paramilitar para combatir contra los cascos azules”, ha relatado. Su respuesta a la pregunta de uno de los abogados sobre si padece ansiedad que podría provocar algunas de sus acciones ha sido: “Esa es una enfermedad de débiles”.

El acusado ha respondido tranquilo y sereno durante tres horas a las preguntas de todas las partes, e incluso ha habido momentos en los que se ha levantado dentro de la cabina blindada construida especialmente para él, para explicar algunas de sus acciones.

Igor el Ruso ha declarado con magulladuras en la cara y un apósito en la oreja. El domingo atacó y lesionó a cuatro funcionarios de la cárcel de Dueñas (Palencia) antes de su traslado a la prisión de Zuera (Zaragoza), desde donde va a ir y venir a Teruel los cinco días que está previsto que dure el juicio. Ha declarado en italiano, mezclado con algunas frases en español. A la sala no han podido entrar ni periodistas ni familiares tanto por las medidas anticovid como por la peligrosidad del sujeto, que ha sido trasladado rodeado de un imponente dispositivo de seguridad. Los allegados de las víctimas han seguido la vista retransmitida en directo desde dos hoteles de la ciudad.

Durante esta semana declararán más de 60 testigos y peritos que reconstruirán “el rastro de muerte y dolor” que dejó Feher en Teruel, en palabras de la fiscal. Entre ellos, el padre de una de las víctimas, que estaba en la finca cuando su hijo fue tiroteado, y las viudas de los asesinados.


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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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