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La casa del cannabis. ¡Fúmese este museo!

Un centro permanente sobre la marihuana evoca su historia, reivindica sus propiedades y denuncia algunas de las políticas del Gobierno de EE UU

Casa del cannabis Nueva York
Imagen de The House of Cannabis, en Nueva York.Carlos Hano (The House of Cannabis NYC)
Ana Vidal Egea

El cannabis se usa tanto con fines medici­nales como con el objetivo de buscar vías hacia la creatividad. Ambos son aspectos importantes de la vida”, explica Marcelle Frey, la empresaria estadounidense que ha fundado junto a su marido, Robert Frey (due­ño de varios clubes de moda en Las Vegas), un museo permanente en torno a la marihuana. The House of Cannabis ocupa las cinco plantas de un edificio histórico en el Soho neoyorquino. Por 45 dólares (unos 41 euros) se accede a 10 experien­cias inmersivas, a una tienda con productos ins­pirados en el cannabis y a una cafetería. El museo abrió sus puertas en abril, dos años después de la legalización del consumo de marihuana recrea­cional en Nueva York.

El también llamado THC New York City no es un museo convencional. Desorientación, la pri­mera experiencia a la que se tiene acceso, consis­te en un documental con 400 imágenes que reco­rren en unos dos minutos y medio los 6.000 años de historia del cannabis y su impacto en nuestra cultura. Con la particularidad de que la panta­lla donde se proyecta tiene una luminosidad que hace que el cerebro funcione unos segundos más ralentizado de lo que acostumbra. En Euphorium, uno es invitado a tumbarse sobre un disco de vi­nilo gigante y en movimiento, a escuchar con au­riculares grandes varios hits de distintos géneros musicales en torno al cannabis, como la archi­conocida Because I Got High, de Afroman. Y en The Hypnodrome, el videoartista Benjamin Gor­don trata de reproducir visualmente la sensación de un estado alterado de conciencia. También se pueden oler emociones a través de una muestra de los distintos tipos de marihuana y aprender cómo se cultiva la planta.

Parte de la misión del museo es mostrar los es­tragos de “la guerra contra las drogas” impulsada en 1971 por el entonces presidente del Gobierno, Richard Nixon, que creó la DEA (Administración para el Control de Drogas). Una iniciativa muy polémica al ser concebida como una herramien­ta política discriminatoria contra las minorías, enfocada especialmente contra los negros y que propició un encarcelamiento en masa que ha ido en aumento. Según un estudio del Observatorio de Derechos Humanos, de unos 376.000 arrestos en 1980 se pasó a más de 1.370.000 en 2007 y al pico máximo de 1.650.000 en 2018. También se descubrió que en torno al 80% de las detencio­nes se debían a posesión de drogas, no a la venta. Según el NCDA (Centro Nacional de Estadísticas sobre el Abuso de Drogas) casi 318.000 personas son detenidas cada año en EE UU solo por pose­sión de marihuana.

”La guerra contra las drogas es una guerra contra la gente”, reza uno de los carteles de la sala educativa. “La guerra contra las drogas rompe fa­milias” se lee en otro, donde se detalla cómo cada tres minutos un niño es enviado a una familia de acogida y cómo una familia puede ser desahucia­da de una vivienda pública si uno de sus miem­bros es sospechoso de consumir drogas.

Para ayudar a la reinserción, el 30% de los em­pleados de The House of Cannabis son expre­sidiarios que han sido contratados mediante la ONG A Second U Foundation. El museo también cuenta con una sala destinada a eventos comu­nitarios para propiciar la reflexión en torno a la regulación de la marihuana. Según The Center for American Progress, la legalización de la ma­rihuana ahorraría al Gobierno de Estados Unidos unos 7.700 millones de dólares al año en costes de aplicación de la ley y generaría ingresos de 6.000 millones de dólares en impuestos

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Sobre la firma

Ana Vidal Egea
Periodista, escritora y doctora en literatura comparada. Colabora con EL PAÍS desde 2017. Ganadora del Premio Nacional Carmen de Burgos de divulgación feminista y finalista del premio Adonais de poesía. Tiene publicados tres poemarios. Dirige el podcast 'Hablemos de la muerte'. Su último libro es 'Cómo acompañar a morir' (La esfera de los libros).

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