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El hombre detrás de la ginebra que se vende como un perfume

Mert Alas, integrante del dúo Mert & Marcus, se hizo famoso como fotógrafo. Ahora presenta Seventy One, un destilado con aspecto de objeto de deseo

Mert Alas
El fotógrafo turco Mert Alas retratado en su casa de Londres.Manuel Vázquez

Mert Alas (Turquía, 1971) nunca ha sido de vasos de plásticos. Ni tan siquiera cuando era un chaval de 20 años y de clase media. Entonces recorría los mercadillos en busca de antiguos vasos de cristal. Para impresionar, admite el fotógrafo, quien forma junto a Marcus Piggott uno de los grandes dúos creativos de los últimos años. “Me gustan las cosas raras y el estilo”, dice al otro lado de la pantalla en Los Ángeles. De fondo asoman los labios rojos de la modelo Anja Rubik, una de las tantas fotografías de colores hipersaturados con las que Alas ha impresionado al mundo.

El joven turco iba para músico, pero llegó la adolescencia y con ella un gusto repentino por la moda, las modelos y las imágenes surrealistas de Helmut Newton: “Recuerdo pensar: ‘Dios mío, ¿esto está pasando realmente?’. En ese momento no sabía que las modelos estaban actuando”. Una fascinación parecida a la que sintió al aterrizar, cumplida la mayoría de edad, en el Londres de la década de 1990. A cada esquina surgía una pequeña galería montada la noche anterior bajo nombres como Tracey Emin. Las melodías de Björk recorrían los garitos y la noche brillaba con figuras revolucionarias —­Jefferson Hack, Stella McCartney o McQueen— que se convirtieron en los “amigos de fiesta” de Alas.

Una de esas noches, Mert conoció a Marcus. Poco después se mudaron a un loft en el Soho —que hoy es su estudio—, donde empezaron a organizar sesiones de fotos espontáneas, retratándose y retratando a sus amigos, a veces con ropa, en muchos casos desnudos. Un día, un colega les propuso publicar en su revista, Dazed and Confused. Aquella portada detonó las siguientes en revistas como Vogue o Vanity Fair y campañas publicitarias para todas las grandes: Versace, Dior, Dolce & Gabbana. “Una mañana me desperté y era fotógrafo de moda. Lo único que recuerdo de 1994 a 2004 es disparar con la cámara”.

La ginebra 'Seventy One' creada por Mert Alas.
La ginebra 'Seventy One' creada por Mert Alas.Manuel Vázquez

Mert & Marcus rompieron con el minimalismo que había caracterizado la fotografía de moda hasta entonces. “¿Por qué no imitar a Magritte? ¿Por qué las películas pueden ser surrealistas y las fotos deben ser documentales?”. Escenas de mujeres fuertes, a ratos oníricas, a ratos fantasmagóricas, que nacen de una búsqueda por la erótica, por lo místico, por saber “qué pasa con el personaje en la oscuridad cuando todos se van a la cama”, explica. Björk en una habitación inundada o Kate Moss elevando un cigarrillo al cielo. Frente a la lluvia de críticas por un uso excesivo de Photoshop, Alas enarbola el derecho a la fantasía: “Vivo la realidad todos los días, lo que quiero es crear cosas con las que pueda escapar”.

Es como si al nacer Mert Alas hubiera sido bendecido con la responsabilidad del asombro. Un deber que le llevó hace cinco años a deconstruir el concepto de ginebra para elevarla a lo desconocido. En el proceso cató 657 pruebas que acumula en su casa como “historia” y se llevó varios “imposible” de su equipo: “Cada vez que lo escuchaba me emocionaba más. El punto de vista de mi ginebra es el mismo que el de mi fotografía: nunca te conformes con menos”, zanja. El resultado es Seventy One, una ginebra en la que cada elemento ha sido destilado por separado, como un perfume, y que reposa durante 71 noches en una mezcla de barricas de roble europeo virgen, antes con pedro ximénez y coñac. Las distintas maderas catapultan un torbellino de vainillas, chocolate negro, pera y miel. Notas con las que Alas pretende maridar las conversaciones sobre arte de la audiencia a la que ha retratado durante todos estos años.

A Mert Alas le atrae la ceremonia: vestirse con las mejores prendas, sacar los vasos especiales, preparar el hielo. Para él, el estilo se refleja en la forma en la que se disponen los elementos. El suyo es íntimo y nocturno. “Para mí, no hay nada más interesante que escuchar a alguien hablando sobre Oscar Wilde sorbiendo Seventy One, mientras escucha una canción con una copa entre las manos”.

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