_
_
_
_
Blogs / El Viajero
El blog de viajes
Por Paco Nadal
_

En bicicleta por el nuevo tramo de la Vía Verde de Ojos Negros, la más larga e icónica de España

La puesta en valor de 15 nuevos kilómetros, justo al inicio de este antiguo trazado de tren minero entre Teruel y la costa valenciana, alarga aún más el recorrido. Acabo de hacerla en bici y esto es lo que he visto

Via Verde de Ojos Negros
Trinchera del antiguo ferrocarril minero entre Albentosa y Segorbe, en la Vía Verde de los Ojos Negros.PACO NADAL
Paco Nadal

Ojos Negros es una de las rutas representativas del programa Vías Verdes, un plan de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que ha logrado poner en uso más de 5.000 kilómetros de antiguos trazados ferroviarios. Con 204 kilómetros (no todos puestos aún en uso) es la más larga de España y sigue la plataforma de un viejo tren minero que empezó a funcionar en 1907 para transportar el hierro de las minas de Ojos Negros, en la comarca turolense del Jiloca, hasta el puerto de Sagunto. Hasta ahora la señalización oficial empezaba en Santa Eulalia, a unos 30 kilómetros de Ojos Negros. Pero una actuación del Ministerio recién acabada ha puesto en valor los 15 primeros, desde el antiguo poblado minero desde el que salía el tren hasta la localidad de Peracense.

Ten en cuenta que ―pese a que una las principales características de las vías verdes es que apenas tienen desnivel, porque los trenes para las que fueron construidas no hubieran podido superarlo― eso no quiere decir que sea lo mismo hacerlas en un sentido o en otro, sobre todo en bicicleta. En total, de inicio a final, la Vía Verde de Ojos Negros salva más de mil metros de desnivel. Aunque el perfil nunca pase del 4%, se mantiene durante muchos kilómetros y al final, pasa factura. Por eso es mejor plantearla de arriba a abajo, desde Teruel hacia la costa. Otra de las cosas buenas de este ciclocarril es que pasa por numerosas localidades con servicios en las que se puede pernoctar o conseguir avituallamiento sin problema.

Si estás pensando en hacerla, te doy las claves, etapa a etapa.

Primera etapa: Ojos Negros-Teruel (71,5 kilómetros)

Inicio de la ruta en el pueblo de Ojos Negros, en la comarca turolense del Jiloca.
Inicio de la ruta en el pueblo de Ojos Negros, en la comarca turolense del Jiloca.PACO NADAL

Ojos Negros es un pueblo silente de la comarca del Jiloca situado a 1.150 metros de altitud con apenas 300 vecinos e inviernos largos y duros donde el lugar con más ambiente es el Hogar del Pensionista. Ojos Negros sería un pueblo anónimo más de no ser por dos razones: la lindeza de su topónimo y la mena de hierro sobre la que se asienta, explotada desde época celtibérica.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

En realidad, la Vía Verde empieza a cinco kilómetros de él, en el barrio de Sierra Menera, el poblado e instalaciones industriales que la Compañía Minera de Sierra Menera montó en 1900 para explotar a cielo abierto un filón de hierro que llegó a ser de los más importantes de España. El barrio es hoy una ruina de la arqueología industrial, pero tiene su punto poético. Para llevar el mineral hasta el puerto de Sagunto se construyó entre 1902 y 1907 un ferrocarril de vía estrecha y 204 kilómetros de longitud que estuvo en funcionamiento hasta 1972. Su plataforma, trincheras, viaductos y túneles son los que en la década de los 90 utilizó la Fundación de los Ferrocarriles Españoles para trazar la actual Vía Verde de Ojos Negros, la más larga de España.

Los primeros kilómetros tienen un firme y señalización perfectos porque están recién arreglados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación como parte del Camino Natural Santander-Mediterráneo, un ambicioso proyecto que cuando esté terminado permitirá ir del Cantábrico a la costa levantina a pie o en bici por pistas carentes de vehículos a motor, y del que forma parte la vía de Ojos Negros. Por eso, hasta Peracense (kilómetro 13) encontrarás postes señalizadores donde hay a la vez carteles de vía verde y de camino natural.

El paisaje en este primer tramo es espectacular. La erosión talló formas caprichosas sobre las rocas y cerros de rodeno, un tipo de arenisca rojiza y fácilmente erosionable. Sobre uno de ellos se levanta, a la derecha en el sentido de la marcha, el castillo de Peracense (siglo XIII), uno de los más singulares de Aragón.

La actuación del Ministerio acaba de momento a las afueras de Peracense. A partir de ahí la plataforma está aún sin acondicionar y no se puede transitar por ella. Hay que salir a la carreterita local TE-75, que afortunadamente tiene muy poco tráfico, y por Almohaja llegar hasta Santa Eulalia (kilómetro 24,29 según la señalización oficial; algo más de 36 según mi ciclómetro), donde vuelve a aparecer la Vía Verde. Santa Eulalia es una población importante en la ruta porque tiene estación de la actual línea de Renfe Sagunto-Zaragoza y suficientes servicios como para comer y hacer un descanso.

La Vía Verde se retoma en la antigua estación del tren minero que, como todas, está fuera del pueblo. La encontrarás saliendo de Santa Eulalia por la A-1511 durante un par de kilómetros, hasta pasar una gran cementera que queda a la izquierda.

Lo que sigue son muchos kilómetros por una altiplancie sin apenas desnivel que la Vía Verde salva por rectas interminables y parajes solitarios. La más completa estampa de la España vacía.

El aeropuerto-aparcadero de Teruel, erizado de colas de aviones en espera de uso, barrunta la inminencia de la gran ciudad. Pero, no te confíes: ¡aún queda mucho! La ciudad se ve a lo lejos, pero la pista, que no abandona la cota de nivel, va serpenteando por barrancos y parece que nunca avanza hacia ella. Los kilómetros que marca la señalización son a la vieja estación de Teruel del tren minero, que no estaba en la ciudad; de hecho, la vía verde no pasa por ella. En este punto te recomiendo que dejes la vía y vayas directo al centro de Teruel por el arcén de la N-420a. Más peligroso, pero más efectivo.

Segunda etapa: Teruel-Albentosa (51 kilómetros)

Viaducto a la salida de Teruel, en la segunda etapa de la Vía Verde.
Viaducto a la salida de Teruel, en la segunda etapa de la Vía Verde. PACO NADAL

Como decía, la Vía Verde no pasa por Teruel. Se trataba de un tren minero, nada interesado en el negocio de pasajeros, por lo que evitaba núcleos urbanos. Algo que ahora, con su nuevo uso lúdico, se echa en falta porque obliga a salir de la vía la mayoría de las veces si quieres buscar donde dormir o comer.

La mejor manera de recuperar el trazado es salir de Teruel por la carretera de Sagunto (N-234) y a tres kilómetros del cruce de Dinópolis tomar a la izquierda una pista de tierra que señaliza hacia Fuente Cerrada; por ella se llega a un viaducto del tren minero. A partir de Teruel el firme, mixto de asfalto y tierra compactada, está en mejores condiciones y los quitamiedos y barandas de madera, en mejor estado.

Empieza así el mayor desnivel de la Vía Verde, el puerto del Escandón (1.220 metros), que como corresponde al trazado de un ferrocarril no supera el 4% de desnivel y se sube con comodidad. Tras el puerto llegan unos pocos kilómetros de altiplanicie tras los que empieza ya la bajada sin fin hasta el final del recorrido. Sigue siendo un desnivel del 4%, hay que darle a los pedales, pero la pendiente negativa se nota y mucho; no conozco ninguna otra ruta cicloturista en el mundo en la que tengas casi 90 kilómetros de suave descenso donde no tienes que hacer más esfuerzo que deleitarte y disfrutar del paisaje.

A la altura de La Puebla de Valverde (donde tampoco se entra) aparece junto a la vía La Fonda de la Estación, un estupendo hotel con restaurante gastronómico donde te aconsejo parar a comer porque tiene un menú con una relación calidad-precio fantástica. Una de las grandes sorpresas de mi viaje. Luego llega Sarrión, que da la bienvenida a los viajeros de la Vía Verde con unas letronas; es uno de los pocos pueblos por donde el tren pasaba junto al caserío.

Tras varios túneles y altas trincheras, se llega a la mayor obra de ingeniera del antiguo tren minero Ojos Negros-Sagunto: el viaducto de Albentosa. Es el más alto y más espectacular de todos. Tiene siete arcos, 180 metros de longitud y levanta 40 metros sobre el río homónimo.

En Albentosa hay opciones de alojamiento. Aunque otro buen lugar para hacer final de etapa (y que yo elegí) es Venta del Aire, un área de servicio de la N-234 a 4 kilómetros de Albentosa y a apenas 500 metros de la Vía Verde con un hostal (Los Maños, donde están acostumbrados a recibir ciclistas), restaurante y tiendas de alimentación.

Tercera etapa: Albentosa - Segorbe (48 kilómetros)

El clima y el paisaje ya han cambiado. Lejos quedan las frías altiplanicies turolenses. La vegetación y el paisaje son ya típicamente mediterráneos. Se pedalea entre pinos, encinas, romeros… Poco antes de la antigua estación de Palancar aparece el límite provincial entre Teruel y Castellón. Barracas es el primer pueblo de la Comunidad Valenciana. La vía pasa por el costado y da oportunidad de entrar a tomar un café o almorzar. Las infraestructuras mejoran aún más (este tramo de vía corrió a cargo de la Generalitat) e incluso algunas de las antiguas estaciones han sido reutilizadas como albergues juveniles (solo abren para grupos, no sirven para pernoctar si vas haciendo la Vía Verde).

Se pasa por el interior de Jérica, con su tremendo campanario mudéjar. Un buen sitio para detenerse a comer (hay un par de restaurantes con terraza en la plaza principal). Tras Jérica, la pendiente se hace aún más pronunciada y se pedalea con más alegría si cabe.

El final de etapa lógico es Segorbe, una población histórica y monumental con todo tipo de servicios. Pero el tren minero la rodeaba por la derecha, por Altura. Se ha de entrar al casco urbano siguiendo caminos locales.

Para dormir, recomiendo el hotel María de Luna, el más bikefriendly de la ruta. Tiene una habitación especial para bicicletas en el garaje, con herramientas, cargadores para las eléctricas, candados y hasta una estación gratuita de lavado. ¡Como deberían de ser todos los hoteles que pretenden dar servicio al cicloturismo!

Cuarta etapa: Segorbe-Albalat de Taronchers (30 kilómetros)

Desde el centro de Segorbe hay que seguir la avenida de España, que luego se convierte en la N-234, para recuperar la Vía Verde a la altura de la pedanía de Geldo.

Estamos ya en pleno valle del Alto Palancia, una zona bastante poblada y cultivada. Y la Vía Verde no es ajena a este hecho. Tras Segorbe empiezan a aparecer los primeros tramos compartidos en los que el viejo trazado ferroviario fue fagocitado por carreteras locales o pistas de uso agrícola. Empiezan también los grandes campos de naranjos y mandarinos. Se pasa junto a Algimia d’Alfara. Luego por Estivella. Y en Albalat dels Tarongers… se acabó lo que se daba. Aunque las instituciones publiciten la Vía Verde de Ojos Negros como de Teruel a Sagunto, la verdad es que el último tramo aún no ha salido a licitación y la Vía Verde acaba en esta pequeña localidad, a unos 8 kilómetros del centro de Sagunto. Se puede seguir por el arcén de carreteras locales, pero la magia de la vía verde desaparece.

Un final un tanto desangelado para una ruta ciclista de primera.

Cómo organizar la ruta

Como toda ruta cicloturista lineal, la Vía Verde de Ojos Negros plantea un problema: ¿cómo llegar al inicio? O ¿cómo volver a por el coche si llegué al inicio con mi propio vehículo? La verdad es que esta ruta lo tendría fácil para equipararse a otros grandes itinerarios ciclistas centroeuropeos donde el tren es un gran aliado, porque en paralelo al viejo trazado minero discurre la vía férrea Sagunto-Zaragoza, con paradas en Santa Eulalia y en Monreal del Campo. Sería el medio perfecto para facilitar el tránsito y ayudar a la promoción de la Vía Verde más larga de España.

Pero más que aliada, RENFE es una pesadilla para el cicloturista. La gran piedra en el zapato para el desarrollo del cicloturismo en este país. Me explico: hay tres trenes diarios de Media Distancia en ambos sentidos entre Sagunto y Zaragoza. Pero solo se permite llevar tres bicicletas por unidad. Sí, ¡solo tres! Imagina en primavera y verano, cuando hay docenas si no cientos de aficionados haciendo una de las vías verdes más famosas del país… y solo caben tres en cada tren. Seis por día, porque además no puedes llevarla en todas las unidades, solo en el primero (10.05 desde Sagunto) y en el último del día (16.54); el de horario intermedio (12.33 desde Sagunto) no tiene espacio para las dos ruedas. Has de reservar el billete con antelación y pagar tres euros por la bici.

En RENFE te dirán que esto no es cierto, que puedes llevar más bicis, pero siempre que vayan desmontadas y envueltas. Una norma que tuvo que poner alguien que no ha hecho cicloturismo con alforjas en su vida. Si consigues plaza, puede ir hasta la estación de Monreal del Campo, que está a unos 13 kilómetros de Ojos Negros, y añadir este tramo a tu recorrido. O bajar en la de Santa Eulalia, pero te pierdes los 30 primeros kilómetros.  Más caro, pero más efectivo, es contratar un servicio de transporte privado con la empresa Mediterranean Bike Tour, en Torres Torres; tienen una furgoneta en la que caben ocho personas y ocho bicis. También alquilan bicicletas (musculares y eléctricas).


Suscríbete aquí a la newsletter de El Viajero y encuentra inspiración para tus próximos viajes en nuestras cuentas de Facebook, Twitter e Instagram.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_