A Illa de Arousa, 10 encantos de una isla playera con sabor a marisco
Su kilométrico puente, la vista de las bateas, el faro de Punta Cabalo, el mirador del Con do Forno y más pistas para no perderse nada en esta localidad de Pontevedra
En el único municipio insular de Galicia, acunado por la ría pontevedresa de Arousa, vive un pueblo marinero arraigado férreamente a sus costumbres. De los 36 kilómetros de costa de A Illa de Arousa, 11 están alfombrados con playas carentes de oleaje que las perturben, protagonistas del espacio natural de Carreirón. Rodeado de bateas, este lugar es, como no podía ser menos en las Rías Baixas, un paraíso marisqueiro, además de atraer con sus cons (rocas graníticas) de antojadizas formas. Este es un resumen de todo lo que hay que saber de esta isla playera.
1. Puente kilométrico
Sus 1.980 metros fueron construidos en 1985 sobre planos de Santiago Pérez-Fadón. El puente de A Illa de Arousa, que incluye carriles bici, es un buen balcón para ver mariscar a los hombres sobre pequeñas embarcaciones arrastrando varas unidas en sus extremos a rastrillos. Desde el pretil también se divisan a lo largo de la playa de O Bao y en bajamar algunas de las 250 mariscadoras isleñas cosechando almejas.
2. Dornas de un rojo encendido
El arenal de Cabodeiro atrae por la presencia varada de dornas, unas sólidas barcas a vela que compensan su diseño espartano con una ágil maniobrabilidad, sin contar sus profundas quillas que estabilizan las naves. Se suelen pintar de un rojo encendido.
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3. Puerto mejillonero
En el paseo del Cantiño del puerto de O Xufre uno se recrea en los barcos bateeiros, fondeados por tamaños en dos pantalanes. Para ver la descarga del mejillón hay que dejarse caer por la mañana. En el restaurante A Meca preparan todo tipo de bivalvos, guisos de pescado y salpicón de rape. En diciembre está previsto que reabra el restaurante O Triskel (986 52 70 33), con sus recetas catalanas.
4. Taxi acuático
Cerca del puerto de O Campo se halla el Ayuntamiento y el Centro de Interpretación da Conserva y oficina de turismo. De estos muelles suele zarpar el taxi acuático de Amare, con el que rodear la isla en 90 minutos, o apuntarse a la ruta, de lunes a viernes, para ver faenar a los mariscadores sobre las bateas.
5. Pura magia farera
El faro de Punta Cabalo es un rincón privilegiado de la costa gallega, y una forma alternativa de llegar a él es por la senda que parte de la playa das Rubas. Lo de Cabalo alude a los caballitos de mar que pululan cerca de sus rocas espectacularmente craqueladas. Su luz era la mejor noticia para los barcos cargados de peregrinos rumbo a Santiago. La vivienda de los fareros alberga el restaurante Punta Cabalo (661 12 29 87), de vistas espectaculares —sobre todo al atardecer— del mar de bateas.
6. Dunas, pinos y puestas de sol
La playa de Area da Secada se significa tanto por sus dunas móviles como por su pinar orientado al borde coruñés de la ría de Arousa. De su extremo occidental saltamos a la punta de Barbafeita para, junto al daliniano Con de Tres Pés (Peñasco de los Tres Pies), disfrutar de rojos ocasos.
7. Cima insular
El mirador del Con do Forno alcanza 63 metros sobre el nivel del mar, el punto más alto de la isla. Junto a la estatua del Sagrado Corazón se destilan las esencias paisajísticas sobre la comarca de O Salnés.
8. Islote de ensueño
El Areoso, islote que evoca los atolones de los mares del Sur, se encuentra a 1,3 kilómetros de la Illa de Arousa. Rodeado de arena y con yacimientos de dólmenes que se comen poco a poco las mareas, la masificación ha obligado a establecer en 2023 restricciones de acceso. Piragüilla guía kayakistas al Areoso, aunque puede llegarse por libre. También alquilan unas vistosas bicicletas acuáticas. A la hora de pernoctar, nada como el Glamping Illa de Arousa —eso sí, no reinicia la temporada hasta el próximo mes de abril—.
9. Un observatorio ornitológico
A la península de Carreirón, integrada en el complejo intermareal Umia-O Grove, se puede acceder por el carril bici de 9,5 kilómetros que recorre la costa oriental de la isla. El otoño y el invierno invitan a caminar 20 minutos desde la playa de Xastelas hasta el observatorio ornitológico, al costado de la playa de Petóns. No en vano, Carreirón —en rodearlo se invierten 45 minutos— está declarado Humedal de Importancia Internacional y Zona de Especial Protección para las Aves. Al otro lado de la laguna se destaca el molino de mareas.
10. Playa idílica
Carreirón se percibe cala a cala. A Lameira, accesible a pie desde la playa de Xastelas, sobresale por sus aguas limpias, arena fina, escasa presencia de algas y la siempre bienvenida sombra de los pinos.
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