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Aire libre

Un rincón mágico y casi desconocido de Guadarrama

El ascenso al pico de La Maliciosa invita a descubrir el área de La Barranca, un pequeño y apacible valle apenas transitado en la vertiente madrileña del parque nacional

Vistas desde la cima de La Maliciosa, en la vertiente madrileña del parque nacional de la Sierra de Guadarrama.
Vistas desde la cima de La Maliciosa, en la vertiente madrileña del parque nacional de la Sierra de Guadarrama.José Ramiro (age fotostock)

El pico de la Maliciosa está ubicado en la zona central del parque nacional de la Sierra de Guadarrama y su punta principal llega hasta los 2.227 metros de altura. Una de las rutas que conduce hasta ella discurre a través del encantador valle de la Barranca, una apacible y verde angostura poco conocida y transitada a la que se accede desde el pueblo de Navacerrada, a unos 50 kilómetros al noroeste de Madrid, y al que se puede llegar en autobús (línea 691) desde el intercambiador de Moncloa.

En la parte norte de este pueblo parte el camino asfaltado en ligera pendiente que lleva hasta la zona recreativa denominada La Barranca, unos metros más arriba. Transcurridos unos tres cuartos de hora, finaliza este trayecto y comienzo una pista forestal entre pinos con algo más de pendiente y paralela a un arroyo por la que discurren, de forma común, los senderos Pr 17 y Pr 26. Tras otra media hora de marcha tomamos el segundo de ellos –el Pr 17 se dirige a la Bola del Mundo– para, unos minutos más tarde, hacer un primer alto en el camino y refrescamos en la fuente granítica del Molinillo. La pendiente se endurece moderadamente a partir de aquí, llegando hasta la siguiente fuente, denominada de la Campanilla, donde conviene rellenar las cantimploras pues es el último punto donde podremos abastecernos y, además, desde aquí se ataca la parte más dura y empinada de esta montaña.

La cumbre de La Maliciosa (a la derecha) vista desde el valle de La Barranca, en Madrid.
La cumbre de La Maliciosa (a la derecha) vista desde el valle de La Barranca, en Madrid.j. pastor

Entre senderos serpenteantes, piornos y jaras, y cantales y guijarros, transcurren más de dos horas de ascensión que, durante unos cinco o seis kilómetros solo se suavizan al alcanzar el collado de Piornal, cerca ya de la cumbre, momento en el que avistamos un grupo de varios ejemplares de cabras hispanas. A las once de la mañana, después de tres horas de caminata desde el punto inicial, coronamos la cumbre de La Maliciosa para contemplar una de las panorámicas circulares más amplias y completas de la sierra de Guadarrama. En un día limpio, el esfuerzo es recompensado con vistas, hacia la izquierda, de la Cuerda Larga y los escabrosos riscos de La Pedriza; al frente, los embalses de Santillana, el Vado, Navacerrada y Valmayor, y más allá, las cuatro torres de Madrid. Hacia la derecha, los pueblos de Becerril de la Sierra, Cercedilla y El Escorial, y, casi cerrando el círculo, las sierras de Abantos, la Peña del Águila y la cuerda de Siete Picos. Tras un descanso de 20 minutos reponiendo fuerzas, el descenso comienza por la cara este de La Maliciosa a través de un camino de considerable desnivel, que alcanza un collado donde parte un sendero en línea directa que conecta con la pista circular de La Pedriza.

Las águilas reales se divisan volando en las alturas mientras que, a nuestros pies, una culebra grande cruza el sendero apenas un metro de donde nos encontramos. Seguimos descendiendo a través de pendientes más suaves, topándonos con arroyos y zonas verdes hasta alcanzar un llano donde conectamos con el sendero GR10, paralelo a la carretera, por el que regresamos al punto de inicio de esta ruta.

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