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King Jedet, la ‘influencer trans’ que será la Veneno de Los Javis

La artista, que revela que ha comenzado su propia transición de género, protagonizará la esperada serie sobre la estrella televisiva: “Soy una gran actriz y el mundo lo va a ver”

King Jedet, en la fiesta de la revista 'ICON', el 9 de octubre.
King Jedet, en la fiesta de la revista 'ICON', el 9 de octubre.Getty Images
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“Yo he sido fan de La Veneno desde siempre. Imagínate interpretar a una de mis ídolas. Es muy heavy”. Así de emocionada se muestra King Jedet, de 27 años, cuando habla por teléfono de su nuevo proyecto profesional: interpretará la versión más joven de la vedete transgénero, que falleció en 2016, en la nueva serie que preparan Los Javis (Javier Calvo y Javier Ambrossi) para Atresmedia sobre su vida. Jedet reconoce que al actuar muestra ciertas inseguridades, pero la pareja de directores le ha hecho ver que tiene dotes para la interpretación: “A lo mejor suena mal, pero yo soy una gran actriz y el mundo lo va a ver cuando salga la serie”.

Parte de este talento, dice, se debe a su insistencia y sus ganas de sacar adelante el trabajo que le han confiado sus “colegas”, con los que también se puso a sus órdenes en la serie Paquita Salas. Sin embargo, hay quienes consideran que le han dado el papel por el número de seguidores que tiene en sus redes sociales —cuenta con más de 200.000 en Instagram— ya que esta cantante y actriz también es influencer. Al respecto, solo se limita a decir: “El trabajo siempre es el que calla las bocas”.

Su sueño es poder expresarse y ha encontrado la manera de hacerlo escribiendo, cantando y actuando. Y en el futuro también le gustaría dirigir. Pero, sobre todo, participar en proyectos que la hagan feliz. En Veneno. Vida y muerte de un icono se siente a gusto rodeada de compañeras como ella. Sí, King Jedet ya no usa el género masculino ni el fluido porque se siente mujer y pide que se refieran a ella en femenino.

Este año ha comenzado el proceso de transición: está en tratamiento hormonal y ya se ha realizado varias cirugías. El próximo mes de mayo volverá a pasar por quirófano. “Yo ya me siento mujer. Lo hago [el tratamiento y las operaciones] para sentirme cómoda por fuera y para ver lo que quiero ver por fuera”, explica. De hecho, lleva dos años dándose sesiones de láser en la barba porque fue en ese momento cuando comenzó su disforia, un sentimiento de incomodidad con el género de la persona.

Es la primera vez que habla públicamente de este asunto. Ni siquiera lo ha comentado con sus seguidores en redes sociales. Pero algunos de ellos han notado este cambio. “Vengo desde hace unos meses refiriéndome a mí exclusivamente en femenino. Ellos lo van intuyendo y me dicen ‘qué guapa’, cuando antes me decían ‘qué guapo’. No les he tenido que explicar nada y se agradece”, comenta Jedet, que en alguna ocasión se ha llevado una reprimenda de su madre por desvelar aspectos de su vida privada. “Siempre he tenido una necesidad de hacer públicas las cosas porque siento que si las cuento y no tengo secretos, me libero, y es como que me he sanado un poco porque ya lo he sacado”, cuenta.

En mayo publicará su tercer libro, Efecto mariposa, que versa sobre esto mismo. Es un conjunto de conversaciones de Instagram, apuntes y blocs de notas que se encuentran en su móvil y que ahora ha decidido hacer público, pero con condiciones: “Te estoy permitiendo leer mis secretos, pero no para que me juzgues. Es como el diario de una persona".

Reconoce que en esta nueva publicación aborda diferentes temas pero su transición no cobra un gran protagonismo entre las páginas. Aún así es consciente de que se ha producido un cambio positivo en su vida. “Estoy en un momento pleno, muy feliz y aceptando que estoy en muchos procesos: en el proceso de hacer una gran serie, en el proceso de ser la mujer que quiero ser y en el proceso de ser cada día mejor persona”, cuenta.

Pero no siempre ha sido así. A veces, levantarse de la cama o mirarse al espejo ha supuesto un mundo para ella. “He estado mal y he querido morirme”, asegura con un tono más bajo de ánimo y serio que en el resto de la conversación. Admite que sigue siendo víctima de ataques tránsfobos —hace unas semanas se rompió una mano por defenderse de un hombre que la agredió verbal y físicamente—, pero reconoce que se siente una privilegiada. No solo por contar con el apoyo de la gente que la rodea, sino también por poder abordar todos los gastos que la transición conlleva: “Muchas de mis compañeras tienen que prostituirse para poder pagar sus pechos. Yo estoy en otra posición, gracias a Dios tengo trabajo y recursos”.

Siempre ha sido feminista, aunque antes se definía solo como “aliado” por respeto a las mujeres que consideran que los hombres no pueden ser parte de este movimiento. Ahora sí se siente con la libertad de denominarse como tal: “Soy una mujer feminista, aunque muchas feministas no crean que las mujeres trans son mujeres”. Sin embargo, Jedet sigue acudiendo a las marchas del 8M y no le da la mayor importancia: “No le puedes gustar a todo el mundo, no te puede querer todo el mundo y no te puede aceptar todo el mundo”.

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