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Sara Carbonero: “Me gustaría que las mujeres empatizásemos más entre nosotras”

Dejó la tele hace más de dos años, cuando se mudó a Oporto. Ahora, destaca en Instagram y diseña joyas y moda

Sara Carbonero el pasado jueves en Madrid.
Sara Carbonero el pasado jueves en Madrid.Carlos Rosillo
Pablo León

Su retirada —“temporal”— del periodismo. Su nueva colección de joyas. Su posible mudanza. O la última foto que ha colgado en las redes. A mucha gente le interesa lo que hace Sara Carbonero. La periodista, nacida en 1984 en Corral de Almaguer, un pueblo de unos 5.000 habitantes de Toledo, acaba de anunciar que no va a volver a ponerse frente a las cámaras. “Ya dejé la tele”, dice con una mezcla sorpresa e ironía. Fue en verano de 2015, cuando se mudó a Oporto con su familia, el futbolista Iker Casillas y el hijo mayor de ambos: Martín (nacido en 2014). “Nos íbamos del país, no podía seguir en la tele. Y sí, echo un poco de menos esa adrenalina del directo; a los compañeros; la última hora… Pero ahora tengo más tiempo; puedo hacer otro tipo de cosas. Me gusta el periodismo, el deporte, pero también la moda o involucrarme en temas de publicidad o de diseño”, explica en Madrid.

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Visita la capital para presentar la nueva colección de joyas de Agatha Paris by Sara. “Llevamos cuatro años colaborando y es una experiencia muy enriquecedora”, cuenta Carbonero, que participa en todo el proceso de creación. También es socia de la marca de moda Slow Love.

Además de en el blog que lleva en una revista femenina, Carbonero solo usa una red social: Instagram, donde tiene 1,7 millones de seguidores. “Es visual, creativa. Ofrece un espacio interesante para inspirar e inspirarse en temas de moda, literatura, estilo de vida… Es una ventana”.

Hace unos días, publicó una imagen en la que una campaña publicitaria, con su cara por bandera, cubría una gigantesca fachada (“de 40 metros de largo por 30 metros de ancho”) en el Paseo de la Castellana. “Cuando hice esa publi, no sabía que esa foto iba a acabar ahí”, reconoce. Se enteró por una amiga de la infancia: “Me gustó, la verdad. Me escribió mucha gente; que se alegren por ti siempre es muy bonito”. Acompaba su publicación del siguiente mensaje: “Deseos con poca probabilidad de hacerse realidad, pero que alguna vez imaginamos”. La publicación concentra casi 40.000 me gusta y más de 300 comentarios. Algunos podrían describir a Carbonero como una influencer, pero ella aporta a todas sus publicaciones una patina de personalidad, de veracidad. No lo hace a propósito; le sale.

“La gente que tenemos tirón podemos usar las redes para transmitir mensajes de todo tipo”, afirma. “Compartir un look es uno de ellos; la maternidad, otro”. Ella es madre de dos niños (Lucas nació en 2016). “Los grupos de madres funciona muy bien: compartimos inquietudes, buscamos consejo…”. “También me gusta colgar las acciones que hago con Unicef”, añade. Considera las redes una oportunidad, pero también un reto: “Te tienes que asegurar más de la veracidad de las informaciones porque hay mucho ruido”.

Carbonero, periodista deportiva y una mujer de una belleza evidente, ha desarrollado gran parte de su vida laboral en un mundo hipermasculinizado. “Nunca lo he sufrido [el machismo], pero claro que he percibido las desigualdades. Es buenísimo que el feminismo esté en este punto. Personalmente, me vuelco en denunciar las injusticias que veo, También me gustaría que las mujeres fuésemos más empáticas entre nosotras, y, por supuesto, tolerancia cero frente a todo eso”.

Saudade. Sara Carbonero ha elegido esta palabra tan portuguesa, que significa añoranza, morriña, para nombrar su nueva colección de joyas. Es un guiño. O muchos. Por un lado, a su vida en Oporto: “una ciudad maravillosa: muy bonita, tranquila…”. Por otro, a la etimología del término: “Aunque no soy de Madrid, he vivido aquí desde los 18 años e irte del lugar en el que has vivido toda tu vida, cuesta”, reconoce. “Pero solo el primer paso es difícil. Luego ya te acostumbras”, añade sobre la posibilidad de volver a mudarse. Iker Casillas está pendiente de cerrar un acuerdo bien para seguir en el F.C Porto, bien para ir a jugar a otro país. Todavía no hay nada cerrado: “En el fútbol todo es última hora”, aclara, “no sabemos dónde vamos a estar. Si nos tenemos que mover, nos moveremos. Si no, todo bien. Una vez que ya sales de casa, te da menos pereza. Ahora vivo con la maleta hecha; afronto el futuro con ilusión”.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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