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Gabourey Sidibe habla por primera vez de su cirugía para perder peso

“Ahora amo mi cuerpo”, asegura la actriz de ‘Precious’, que cuenta su experiencia con la bulimia y la depresión en un libro

Gabourey Sidibe, el pasado febrero y, a la derecha, en una imagen de enero de 2016.
Gabourey Sidibe, el pasado febrero y, a la derecha, en una imagen de enero de 2016.cordon press
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Los complejos de Gabourey Sidibe aumentaron a medida que también lo hizo su fama tras su papel en la película Precious (2009). La actriz se convirtió en objeto de críticas por su sobrepeso, y entonces decidió hacer un cambio de vida. Hace unas semanas mostraba en su cuenta de Instagram su bajada de peso, y aseguraba que tras odiar los selfies, “hoy me hago uno cada día”. Ahora la intérprete, de 33 años, ha confirmado a la revista People que su bajada de peso se debe a que en mayo de 2016 se sometió a una reducción de estómago.

“Simplemente no quería preocuparme”, asegura a la publicación sobre su decisión de someterse a una laparoscopia bariátrica en el centro UCLA de Los Ángeles después de que ella y su hermano fueran diagnosticados con diabetes tipo 2. “No quería preocuparme de todos los efectos que implica la diabetes. Me hubiese preocupado todo el tiempo de perder los dedos de los pies”, confiesa. De su sobrepeso y la operación, así como también de la bulimia, la depresión y la ansiedad que padeció desde adolescente, Gabourey Sidibe habla en su libro This Is Just My Face: Try Not to Stare (Esta es simplemente mi cara, intenta no mirar fijamente, en castellano), del que publica un adelanto People.

Según cuenta la intérprete, la neoyorquina trató durante más de una década de perder peso sin éxito. Así que decidió someterse a la cirugía en secreto. “Mi cirujano dijo que me cortarían el estómago por la mitad. Eso limitaría mi hambre y capacidad para comer. Mi cerebro también cambiaría y querría comer más sano. ¡Mi larga relación con la comida tenía que cambiar!”, asegura en el libro que llegará a las librerías el próximo mes de mayo. “La cirugía no fue la salida fácil. No habría sido capaz de perder tanto peso como he perdido sin ella”, asegura, aunque no quiere revelar los kilos que se ha dejado en el proceso, en el que la ayudan un nutricionista y un entrenador personal. Eso sí, dice que tampoco quiere quedarse muy delgada.

“He tardado años en darme cuenta de que con lo que nací es hermoso. No me sometí a la operación para ser bella. Lo hice para poder andar cómoda con tacones. Hacer volteretas. No quiero padecer dolor cada vez que subo un tramo de escaleras”, dice la actriz nominada a un Oscar en otro de los fragmentos de su libro. “No hay nada feo en mí. Alguien que trate de convencerme que soy fea está perdiendo el tiempo. Si me hubiese tratado mejor antes, no habría perdido tantos años odiándome a mí misma”, dice quien hoy asegura que ama su cuerpo. “Mi belleza no viene de un espejo. Y nunca lo hará”.

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