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Tentaciones
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¿Es la juventud un estado mental? Este evento tiene la respuesta

Se trata de 'The Ring', que se celebra dentro del festival FESTeen, en Matadero Madrid, y está dedicado al evanescente concepto de cultura juvenil. Te contamos qué es lo que se incluye dentro de este amplio concpeto

Sergio C. Fanjul

Aquí la peña tiene mucha actitud. Hace movimientos crujientes y mecánicos, sabe descuajaringarse con soltura y, sobre todo, sabe cómo vacilarle al oponente. La mirada desafiante, la lengua fuera, los dedos en uve, el culo en pompa. Los bajos gordos del hip hop retumban en toda la sala y el público se enfervoriza de lo lindo, y eso que aún es sábado a mediodía. Esta gente gira sobre un ring de boxeo, se está peleando, pero esta en vez de darse de hostias se da de dancings.

"Los combates de baile son cosa ya antigua y muy común en España, donde se celebran en gran número,", dice el bailarín Patxi Loperena, organizador de 'The Ring' junto con Duke Andreu, "nosotros, inspirados por algunas películas (como You got served, de Chris Stokes) y por haber trabajado en EE UU, queremos hacer de ellos un espectáculo como lo harían los estadounidenses, traer esa emoción, y haciendo que el público se divierta y participe". Según explican, fue en los años 70, en complicados barrios negros como el Bronx (hoy, por cierto, en proceso de gentrificación), donde las pandillas comenzaron a cambiar sus peligrosas reyertas por unas (más saludable) batallas de baile.

Sobre la base del soul, el funk o el disco, sobre los ritmos latinos o africanos que pinchaban los DJ's, surgían estilos de baile como el Break o el Street Dance. En 'The Ring', que solo se ha celebrado dos veces en España (esta, en el festival FESTeen de Matadero Madrid y una anterior en Barcelona), estas batallas se suben a un ring de boxeo de seis por seis metros. Diferentes grupos y solistas compiten en unas emocionantes eliminatorias y en las que el ganador se lleva, entre otros premios, el ansiado guante de boxeo de oro. Todo lo decide el público haciendo ruido, que se mide con un sonómetro.

"La juventud, como la clase media, es un estado mental"

"Hoy estamos viendo diferentes estilos de danza urbana: locking, popping, new style o el dancehall, de corte jamaicano", explica Loperena. Son difíciles de distinguir para el profano, en cualquier ahí están, dándose respuesta unos a otros mediante el baile, sobre la lona. Nadie se queda K.O. pero casi, bajo los ritmos que lanza el DJ Frank da Costa. En la sección por equipos al final resulta finalista la crew W Gyals, y finalistas las Cookies, ambas formaciones de bailarinas (hay algún bailarín) de entre 14 y 18 años. Por el backstage un joven con extraño sombrero parece contento, con su guante de oro y su guante de plata: es Whodar, el entrenador de ambos equipos, de la escuela Dancing Deluxe, de Móstoles. ¿Hay mucha escena de baile en España? "Sí", dice el entrenador, "en febrero empiezan los campeonatos y luego estamos sin parar hasta verano, todos los fines de semana".

En la competición individual la finalista resulta una chica llamada Paloma y el ganador Cristian Martínez, estudiante de 18 años de Alcorcón, que se basa en el hip hop y en el popping. "Empecé a bailar en mi cuarto hace tres años con mi compañero de baile Anthony, inspirados por vídeos de YouTube. Ahora bailamos donde sea, cogiendo influencias de aquí y de allá, generando nuestra propia marca", explica. El evento acaba, y no ha llegado la sangre al río.

Cultura juvenil

The Ring se celebra dentro del festival FESTeen, en Matadero Madrid, dedicado al evanescente concepto de cultura juvenil. Los organizadores del asunto engloban dentro de este concepto la danza hip hop (como hemos visto), el skate, la bicicletas BMX, el arte urbano, el DJing y un largo etcétera. Cuando venía de camino pensaba encontrarme el festival lleno de chavalería, pero si me soltarán aquí sin decirme donde estoy quizás me costaría adivinar que es un festival juvenil: las franjas de edad están equilibradas y hay gente talludita. Hasta abunda una nueva tipología: el padre/madre juvenil, ese que ha traído a sus hijos pero vestido con su camiseta de Los Planetas, con sus tatuajes, con su long board y sus piercings, que casi podría englobarse dentro de la misma cultura que la chavalería. La verdad es que lo que aquí se ofrece le puede gustar a cualquiera.

Porque, ¿qué es la cultura juvenil? Habría que empezar diciendo que la juventud no existió siempre: en tiempos antiguos la transición de la infancia a la edad adulta ocurría de un día para otro, como en el reino animal: hoy se está bajo el cuidado paternal y mañana ya esta uno buscando el sustento, procreando, cuidando a las crías. La vida iba en serio. Los humanos, en cambio, con la llegada de los bienestares, nos hemos inventado ese creciente impasse en el que las personas se dedican a la formación y al ocio, sin apenas responsabilidades. Hay quien estudia, quien crea, quien destaca en los deportes o quien dilapida su lozanía en los últimos afters de la noche.

Los organizadores engloban dentro de este concepto la danza hip hop, el skate, la bicicletas BMX, el arte urbano o el DJing

Luego llegan los años 60 y la aparición, de la mano de la contracultura, de la cultura juvenil: las formas más casuales de vestir, la rebeldía heredada del héroe romántico, el rocknroll, incluso la radicalidad política: fue en aquellos años cuando el filósofo Herbert Marcuse propuso que el estudiantado y las minorías tomasen el relevo de la clase obrera como sujeto revolucionario llamado a cambiar el mundo. También la juventud se convierte en nueva masa de consumidores a la que ofrecer novedosos productos, de la que extraer rentabilidad.

"La juventud, como la clase media, es un estado mental", dijo el (cada vez menos) joven filósofo Ernesto Castro en la presentación del FESTeen, hace unos años. Así, hoy en día no sabemos hasta cuando dura la juventud, o si la juventud no tiene que ver con la edad sino con la forma de estar en el mundo. El síndrome de Peter Pan, la adoración de lo joven, es cosa generalizada en estas sociedades que, por otro lado, cada vez están más envejecidas. En este festival se tiene por juvenil el skate, el rock, el arte urbano o el hip hop, pero con el paso de las generaciones hemos visto como ya tenemos skaters, rockeros, artistas urbanos o raperos que lucen calvas y peinan canas. Así que tal vez no haya nada de específicamente juvenil en estas disciplinas (que, por lo demás, también tienen su edad).

Los que organizan esto (un comité de notable chavales menores de 21, el Teen Team, elabora la programación) abogan por este tipo de cultura urbana, alternativa, para ofrecerla a los jóvenes, en vez de productos Disney infantilizantes. Y eso hay que aplaudirlo. Pero, tal y como están las cosas de borrosas en torno a lo joven, aquí parecen encontrarse los adultos que quieren ser jóvenes con los jóvenes con prisa para entrar en el mundo adulto. Si es que este mundo no está en peligro de extinción. Bendita (y eterna) juventud.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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