Cruise y Holmes, "los fantasmas recién casados", decepcionan a los italianos
Tom Cruise y Katie Holmes viajan a Maldivas para disfrutar de su luna de miel tras casarse en Roma en la más absoluta intimidad
"Como es de rigor para las parejas que se casan fuera de Estados Unidos, [Tom] Cruise y [Katie] Holmes hicieron oficial su matrimonio en Los Ángeles antes de viajar a Italia", han informado mediante un correo electrónico los responsables de publicidad de los actores estadounidenses. Cruise y Holmes celebraron una ceremonia por el rito de la Iglesia de la Cienciología ayer en un castillo medieval de la ciudad italiana de Lago Bracciano. Ahora viajan hacia Maldivas para disfrutar de su luna de miel.
Los dos actores se casaron a 35 kilómetros al norte de Roma rodeados de cantantes y actores famosos de Hollywood. Al novio le acompañó hasta el altar su mejor amigo, David Miscavige, máximo responsable de la Iglesia de la Cienciología; a la novia, su padre, Martin Holmes.
La que había sido bautizada por la prensa como boda del año, no ha satisfecho las expectativas que había despertado entre los lugareños italianos. "La boda invisible" o "Tom y Katie, los fantasmas recién casados" son algunos de los titulares que dedican al evento los diarios italianos hoy para reflejar la frustración de los vecinos y paparazzi que se desplazaron hasta Bracciano.
Las decenas de personas que pasaron horas pegados a una valla para poder ver a sus ídolos aunque fuera un segundo se tuvieron que conformar con asistir a un desfile de Mercedes, furgonetas y limusinas negras con los cristales tintados. En la tarde de ayer, los recién casados partían hacia Maldivas.
"¡Qué gran decepción! Después de toda la emoción y la publicidad que se le ha dado, nadie ha visto nada de la boda. Ni siquiera han salido a decir 'hola'", decía un pensionista italiano que pasó horas esperando junto a su esposa. "Creo que deberían haber mostrado más respeto por la gente de Bracciano que pasaron tanto tiempo esperando", ha dicho el consejero de Obras Públicas del pueblo, Armando Tondinelli. La lluvia terminó por desanimar a la mayoría de fans, que tuvieron que consolarse con el castillo de fuegos artificiales que puso fin a la fiesta al otro lado de los muros de la fortaleza.
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