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El 65% de los futuros dentistas pagan unos 75.000 euros por formarse en una universidad privada

España triplica el número de profesionales por habitante que sugiere la OMS. En los últimos cuatro años han emigrado 3.500 odontólogos españoles

Alumnos de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense realizan prácticas este mayo.
Alumnos de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense realizan prácticas este mayo.JUAN BARBOSA
Elisa Silió

Hasta 1987, Odontología ―la carrera que hay que aprobar para ser dentista― era una rama de la licenciatura en Medicina, Estomatología. Pero desde entonces tiene un plan de estudios diferente y su demanda multiplica por seis la oferta de plazas en las facultades, según un informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (FCYD). Y eso que en España hay un odontólogo por cada 1.192 habitantes, una cifra que supera en mucho la de un profesional cada 3.500 ciudadanos sugerida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Alemania o Francia también exceden esa cifra, pero la población acude más al dentista. ¿Se están formando demasiados profesionales? El Consejo General de Dentistas de España considera que sí, pero el negocio en las universidades privadas, respaldadas por los gobiernos autonómicos que las autorizan, no deja de crecer: un 65% de los alumnos está matriculado en uno de los 11 centros privados que imparten la carrera (el pasado curso eran 6.942 alumnos de un total de 10.622).

El grado de Odontología en la privada cuesta unos 75.000 euros, 15.000 euros cada uno de los cinco cursos. Un gasto inviable para una gran proporción de las familias: el salario medio bruto en España son 2.038 euros al mes. Mientras que en las 12 universidades públicas en las que se oferta su precio varía por curso entre los 757 euros en Andalucía y los 1.500 euros en Madrid. Odontología es una excepción en el catálogo de títulos, pues apenas el 17,3% del alumnado total de grado está inscrito en la universidad privada, frente al 65% en el caso de los dentistas. Se gradúan 1.700 al año (1.100 en la privada).

“Somos los terceros de Europa en número de facultades de Odontología tras Italia y Alemania. Paradójicamente, en las facultades privadas españolas hay muchísimos, muchísimos italianos, porque en su país el acceso es mucho más duro”, asegura el presidente del Consejo General de Colegios de Dentistas, Óscar Castro. “Como hay un componente económico, cuando los autóctonos se les acaban, pues ofertan su grado en distintos países: Tailandia, Pakistán, China, Italia, Francia… No lo vemos solo en Odontología, sino en Fisioterapia, Psicología…”, prosigue Castro, que pertenece a una familia de cinco generaciones de dentistas. Un ejemplo de internacionalización es la Universidad Alfonso X El Sabio, la mayor facultad de España con 270 alumnos en primer año de carrera. “El 50% de los estudiantes son de fuera en grado y el 60% en posgrado”, explica su decano Juan Manuel Aragoneses, que valora la riqueza intercultural que supone.

“Odontología es una de las carreras donde la formación es más costosa para el Estado y la Universidad debe preocuparse de que los egresados tengan oportunidades luego en el mercado laboral y eso es difícil de maridar en el contexto público/privado”, reflexiona Gonzalo Hernández-Vallejo, decano de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense. Y recuerda: “La OMS considera necesario un dentista cada 3.500 habitantes y en algunas comunidades españolas, como Madrid, la cifra baja hasta los 600-800 habitantes”. Galicia, Comunidad Valenciana, Asturias, País Vasco y La Rioja están también muy por encima de las cifras de la OMS.

La polémica de los numerus clausus

El decano de la Complutense considera que debería haber un numerus clausus, un número limitado de plazas, como ocurre en Medicina con la prueba del MIR (Médico Interno Residente). “La igualdad de oportunidades es patrimonio de la universidad pública y se rige por una prueba igual para todos los que desean entrar”, recuerda, y esta “empeora” cuando solo algunos tienen “la opción” de ir a un centro privado y pagar elevadas sumas de dinero. Hernández-Vallejo asegura que en una universidad pública la formación odontológica es también muy costosa, pero la asume el Estado y cree que ”no es igual la docencia”; duda de que alguna pública pudiese ampliar el número de plazas por falta de espacios para los gabinetes dentales y profesorado debidamente acreditado.

El presidente de los dentistas, Castro, incide en la idea: “Todas las facultades, públicas y privadas, deberían someterse al mismo baremo: numerus clausus. Demostrar una capacidad para poder entrar. Que jueguen todos con las mismas cartas de acceso y eso lo tiene que determinar el Ministerio de Universidades. Y tiene que haber una regulación del mercado a través de quien lo controla, que es el Ministerio de Sanidad”.

Lluís Giner, presidente de la conferencia de decanos y decano de la Universidad Internacional de Catañua (privada), no entra en la polémica, “lo que debemos hacer las universidades es formar bien”. Su facultad, según los parámetros de excelencia de la FCYD, es la mejor de España. “Hay bastantes voces autorizadas que piden la limitación y es verdad que la atención odontológica ha crecido muchísimo, pero en nuestro caso, aunque ya no encuentran trabajo con la facilidad de antes, sí se abren camino”. En esta comunidad hay 583 matriculados en la pública Universidad de Barcelona, frente a los 736 de la Universidad Internacional de Cataluña.

Giner reconoce el gran coste: “Estudiar Ondontología es muy caro, lo pague quien lo pague, entre todos o las familias”. Y lo razona: “Somos la última titulación con prácticas tuteladas, el alumno es quien hace el tratamiento y se necesitan grandes instalaciones y un profesor que esté supervisando en tres o cuatro boxes”. Juan Manuel Aragoneses, de la UAX, enumera: “Tenemos un campus para las clases teóricas, 13 laboratorios, dos clínicas para las prácticas con 126 sillones, se necesita maquinaria, personal de servicios, esterilización, almacenaje...”.

En Canarias oferta solo Odontología una universidad y es privada (Fernando Pessoa) y en Baleares un centro adscrito (ADEMA). Por contra, en Madrid (cinco universidades) y Valencia (cuatro universidades), el catálogo de opciones privadas es enorme. El Mapa taxonómico de titulaciones de las universidades públicas y privadas de la Comunidad de Madrid, elaborado por la Fundación Europea Sociedad y Educación (FESE), presenta una comparativa muy ilustrativa: en el curso 2006/2007 se matricularon en primero de Odontología 197 universitarios en las instituciones públicas madrileñas (Complutense y Rey Juan Carlos) y 577 en la privada (Alfonso X, Europea y San Pablo CEU) y, en el 2022/2021, 132 estudiantes en la pública y 671 en la privada. Es decir, la privada ofrece cinco veces más plazas de acceso que la pública.

Un box de prácticas en la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense.
Un box de prácticas en la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense.JUAN BARBOSA

Valencia acogió el pasado curso a 2.000 estudiantes de Odontología y solo 400 estaban inscritos en su universidad pública homónima. El resto se repartieron entre la universidad del arzobispado (Católica de Valencia San Vicente Martir), el CEU Cardenal Herrera y la Europea de Valencia. Diferencias menores se dieron entre los 210 inscritos en Odontología en la Universidad de Murcia, pública, y los 341 de la Católica San Antonio de Murcia, propiedad de un benefactor del Vaticano. Ésta oferta los estudios más baratos de la privada: 11.150 euros por curso para los estudiantes de la Unión Europea.

Odontología es, según el estudio La empleabilidad de los jóvenes en España: ¿Cómo es la inserción de los graduados universitarios? de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (FCyD), la carrera que proporciona una mayor estabilidad laboral a los nuevos graduados. El 96,4% de los titulados en 2015 eran, cuatro años después, empresarios con asalariados, trabajadores independientes o con contrato permanente. Pero la precariedad ha empezado. Castro se muestra muy crítico: “La figura del trabajador asalariado no existía hasta la irrupción de las grandes cadenas. Empresarios ajenos al sector abren negocios y contratan a dentistas como falsos autónomos. De ahí los escándalos que hemos tenido de Vitaldent, iDental... Tienen obligaciones de horarios, pero no derechos de antigüedad, vacaciones… Están explotados. Muchos dentistas están trabajando por menos de mil euros”.

La otra consecuencia del alto número de dentistas es que cada vez emigran más. Entre 2017 y 2021, un total de 3.501 odontólogos pidieron al consejo un certificado de buena conducta profesional para ejercer fuera de España. Castro es claro: “Formar dentistas cuesta mucho dinero ―por encima de los 80.000 euros, y luego hay que seguir haciendo cursos― y hay países muy receptivos porque tienen carencia de dentistas. Están emigrando a Reino Unido, a Francia, a Holanda...”.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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