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Niños, Administraciones y redes sociales: prohibir su uso con una mano y enseñar a crear contenidos con la otra

El Ayuntamiento de Alboraya, en Valencia, celebra un taller para que menores de 11 a 14 años aprendan a utilizar unas plataformas que la ley les tiene vetadas hasta los 15. Sus promotores defienden que el objetivo es transmitir un consumo responsable

Un niño y una niña usan sus dispositivos electrónicos bajo las sábanas.
Un niño y una niña usan sus dispositivos electrónicos bajo las sábanas.NIKOLA MILJKOVIC (Getty Images)
Nacho Meneses

Si no hay forma de evitar que los menores usen las redes sociales, quizá sea mejor prepararlos para que, por lo menos, lo hagan de forma ética y responsable. Con este argumento, el Espai Jove del Ayuntamiento de Alboraya (Valencia) organiza esta semana un taller de creación de contenidos en redes sociales para niños y niñas de entre 11 y 14 años, a pesar de que el uso de esas tecnologías está prohibido hasta los 14, y de las advertencias públicas que les hizo al respecto Pablo Duchement, ingeniero informático y perito judicial experto en delitos perpetrados por y contra menores a través de internet. El problema, según Duchement, no radica simplemente en que se enseñe a los menores a crear contenidos escritos y audiovisuales para redes (como se especifica en el cartel de la convocatoria), sino en que ello valida de forma indirecta la presencia de los menores en estas redes. Sin embargo, los responsables del consistorio defendieron la actividad a través de Twitter después de sus avisos: “El uso de redes sociales ya está normalizado a esas edades, aunque las condiciones no lo permitan. Podemos optar por prohibir, con el resultado de que las usen a escondidas, o enseñar a hacer un uso responsable”.

No es esta, de hecho, la única iniciativa pública dirigida a menores que involucra el uso de redes sociales. El Ayuntamiento de Villafranca de los Barros (Badajoz) celebró en octubre de 2021 un taller de TikTok para niños y niñas de 8 a 16 años, mientras que los de Petrer (Alicante) y Plasencia (Cáceres) convocaron este mismo año dos talleres de coreografías para esta misma red que incluían a menores de 14.

Cartel promocional del taller de creación de contenidos del 'Espai Jove' de Alboraya.
Cartel promocional del taller de creación de contenidos del 'Espai Jove' de Alboraya.

“Si un menor de 14 años no se considera en España preparado para gestionar sus datos, ¿cómo vas a darle un arma de difusión masiva de datos? Los menores no tienen la madurez ni la percepción del riesgo que tiene un adulto. No tienen el criterio ni el carácter formado, a una edad ―los 12, 13 años― en la que aún son muy sensibles al qué dirán y a la aprobación externa”, se pregunta Duchement. Un riesgo sobre el que también incide Cristina Gutiérrez, técnica de ciberseguridad para menores de Incibe: “Una gestión inapropiada de la privacidad le puede exponer a situaciones comprometidas para su desarrollo emocional, social o profesional, e incluso derivar en casos de ciberacoso. Pueden entrar en contacto con personas malintencionadas y, por supuesto, exponerse a virus, fraudes, bulos y noticias falsas”.

Uno de los mayores peligros es, sin duda, el grooming, en el que un adulto se hace pasar por otro menor para ganarse su confianza y terminar obteniendo de él o ella un contenido de índole sexual que puede incluso acabar con un encuentro fuera del mundo virtual. Otra posibilidad es encontrar personas que se hagan pasar por agencias de modelos o de publicitación de artículos en internet, siempre con el mismo objetivo: conseguir material privado que sirva de base para un chantaje progresivo (la sextorsión) que irá agravándose con el tiempo.

La gestión pública de la intimidad

Para los responsables de la convocatoria, la actividad no contraviene norma alguna: “Estamos concienciados de que lo que hacemos es educar y prevenir, porque es evidente que van a tener redes sociales y es mejor prevenir para cuando estén”, explica Lluís Albert Granell, dinamizador sociocultural del Espai Jove, en conversación telefónica. Aunque el cartel del taller incluye menciones a TikTok, Instagram y YouTube, Granell admite que este se hizo más “para llamar la atención de los chavales, usando TikTok como reclamo, que para reflejar la programación en sí. Ellos no van a usar cuentas, ni a hacerse fotos, sino que les vamos a enseñar desde un código ético en el que nosotros, como enseñantes de la juventud, creemos”. Se han cubierto las 15 plazas ofertadas para el taller con el que los menores “aprenderán a crear contenido de calidad y lo que necesitan para hacer buenas grabaciones; participarán en un taller de doblaje y otros de blogs y descubrirán cómo desarrollar un podcast”, según explica Sandra Talaya, técnica de juventud en Alboraya.

Sea cual sea el espacio que deban ocupar las Administraciones en general y los ayuntamientos en particular, los que sin duda deben empezar a tomar decisiones cada vez más pronto son los padres. ¿Cómo deben gestionar el acceso de sus hijos a las redes sociales? “En un mundo cada vez más interconectado y globalizado, los padres deben entender que las dinámicas en redes sociales, en mayor o menor medida, son esenciales para el desarrollo de sus hijos como individuos”, esgrime Gutiérrez, que recomienda educar desde los primeros contactos con las tecnologías, comenzando por trabajar el juicio crítico y proporcionándoles contenidos ajustados a su edad y madurez. “El principal problema es el desconocimiento, por parte de muchos padres, de lo que hacen, siguen o ven sus hijos en las redes, y el tiempo que pasan en ellas”, asegura. Internet Segura for Kids, un portal de Incibe, pone a disposición de los progenitores recursos como la Guía de seguridad en redes sociales para familias, así como diversas herramientas de control parental, que permiten controlar los contenidos que ven, limitar el tiempo de pantalla o conocer por qué páginas o aplicaciones han navegado. Y Duchement termina con un aviso: “Cuando tú dejas que el menor tenga intimidad con una cuenta en una red social, le estás consiguiendo intimidad no solo a él; también a todo el que interactúe con él”.

Así se consigue un buen uso de las redes

Hacer un uso adecuado de las redes sociales depende, en gran medida, de la labor de guía y acompañamiento que los padres hagan con sus hijos. Por eso, Incibe hace una serie de recomendaciones para trasladar a niños y adolescentes:

  • Concienciar a los menores sobre la importancia de equilibrar las virtudes y riesgos de mostrarse públicamente. 
  • Ayudarles a que vean la relación entre la sobreexposición de información personal y los riesgos que tienen (suplantación de identidad, fraude, acoso...). 
  • Conocer cómo actúa y cómo se representa el menor en las redes. Si es posible, conseguir que te añada como amigo, respetando su espacio. 
  • Sensibilizarle sobre la importancia de pensar antes de publicar, y tener presente la posible audiencia de sus mensajes. 
  • Hacerle ver los riesgos de compartir contenido de carácter sexual en las relaciones de pareja. No es difícil que acaben siendo públicos. 
  • Asegurarse de que conoce las opciones de configuración y los mecanismos para gestionar su seguridad en aplicaciones y servicios web. 
  • Inculcarle conductas responsables, como no publicar o reenviar información de otras personas sin su permiso. 

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Sobre la firma

Nacho Meneses
Coordinador y redactor del canal de Formación de EL PAÍS, está especializado en educación y tendencias profesionales, además de colaborar en Mamas & Papas, donde escribe de educación, salud y crianza. Es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Valladolid y Máster de Periodismo UAM / EL PAÍS

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