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Los bufetes anglosajones dan más poder a las mujeres que los españoles

Cuatro abogadas explican su ascenso a puestos de mando en un sector donde las socias aún son minoría

Españolas empresarias
De izquierda a derecha, Teresa Zueco (Squire Patton Boggs); Mª Pilar García Guijarro, (Watson Farley & Williams); Marta Delgado, (Jones Day) y Coral Yañez (Bird& Bird).

El club de la élite de la abogacía de los negocios está ganando en diversidad. Cada vez son más las mujeres que ocupan un sillón en el selecto círculo de socios directores de bufetes. María Pilar García Guijarro (Watson Farley & Williams), Coral Yáñez (Bird & Bird), Teresa Zueco (Squire Patton Boggs) y Marta Delgado (Jones Day) son algunas de las abogadas que se han subido al pódium de las oficinas españolas de bufetes de origen anglosajón para llevar la batuta y afinar las notas que toca su equipo.

Igual que sucede con las directoras de orquesta, las mujeres que lideran despachos se pueden contar con los dedos de la mano en un sector tradicionalmente masculinizado. Las firmas anglosajonas, señalan las directoras entrevistadas, van un paso por delante. En los bufetes para los que trabajan, la proporción de socias (el paso previo a la dirección) está en torno al 30% frente al 22% de media en las firmas que operan en España. La pirámide tiene una base mayoritariamente femenina que tarde o temprano, confían, deberá reflejarse en la cúspide.

“Aunque queda camino por recorrer, cada año hay más mujeres liderando grandes proyectos en el ámbito legal, tanto a nivel nacional como internacional”, señala Coral Yáñez. La abogada, especializada en sectores regulados, lleva seis años pilotando la oficina española de Bird & Bird, primero como codirectora y, desde septiembre de 2022, en solitario. Una apuesta del consejero delegado, Christian Bartsch. Yáñez presume de capacidad de escucha y mano izquierda para gestionar profesionales. “Soy muy asertiva y nunca he tenido problemas en tomar decisiones y afrontar situaciones difíciles”, afirma. En los últimos ocho años, la oficina ha duplicado el número de abogados y la facturación.

Para María Pilar García Guijarro la impronta en la dirección no tiene que ver con el género, “las cualidades de liderazgo son muy personales”. García Guijarro dirige Watson Farley & Williams España desde hace 12 años. El despacho le ofreció la oportunidad en un momento “muy complicado” para el mercado y el sector energético, cuyas transacciones son el fuerte de la abogada. Además, el reto llegó cuando estaba a punto de dar a luz a su segunda hija. Sintió que podía hacer realidad su sueño de un despacho con grandes especialistas y compañeros comprometidos. “Intento predicar con el ejemplo”, asegura.

Tomar el bastón de mando de una firma no estaba entre los objetivos de Teresa Zueco. Es más, la dirección no era el propósito de ninguna de las socias mencionadas en este artículo. Hace dos años que Zueco dejó DLA Piper para capitanear la sede madrileña de Squire Patton Boggs. La oficina ha duplicado el número de abogados y, a falta de un par de meses para el cierre, calculan que facturarán unos 18 millones de euros, casi cinco millones más que en 2022. Añadir horas de trabajo ha sido el peaje de asumir la gestión del despacho y seguir dedicándose a su especialidad (corporate, M&A y private equity). “No es un premio, sino una oportunidad”, afirma.

La ocasión para Marta Delgado llegó con 49 años. En 2023, Jones Day eligió a esta experta en derecho de la competencia y mujer de un solo club (lleva 22 años en la firma) para liderar el proyecto de Madrid. “Siempre me ha ayudado pensar que la carrera es algo a muy largo plazo y que no siempre se obtienen éxitos”, reflexiona. Aún es pronto para hacer balance, pero Delgado quiere pensar que su liderazgo “ha traído aire fresco en innovación y generación de nuevas ideas, sentimiento de equipo y fomento del talento femenino”.

Maternidad

Las cuatro abogadas afirman que su camino no ha sido distinto al de un hombre. “Los retos y dificultades en la dirección de una oficina de abogados no tienen género”, opina Zueco. Todas destacan el aumento de horas de trabajo que conlleva el cargo. Un tiempo que hay que restar de la vida personal, algo especialmente complicado para las que son madres. Este es el caso de Marta Delgado. Cuando llegó la oportunidad en Jones Day, las palabras de su marido fueron decisivas: “Desde el primer momento me dijo que no lo dudara y que él cubriría todas las cuestiones logísticas de la familia”.

García Guijarro, madre de tres niños, reconoce que ha tenido que enfrentarse a mayores obstáculos a nivel personal. La abogada cree que hay “fuertes estereotipos” sobre las mujeres y la maternidad, y no solo en la abogacía. “He visto a mujeres abandonar la carrera por desgaste”, declara.

A pesar de todo, las directoras coinciden en que el crecimiento profesional y personal que brinda el cargo compensa los sinsabores. Zueco considera que es necesario presentar estos puestos de forma positiva “no sólo como un reto, sino como una oportunidad para desarrollar un proyecto”.

De hecho, para desmontar mitos en torno a la sociatura, en Bird & Bird están dando a conocer a sus abogadas las posibilidades reales de promoción y las exigencias del puesto, cuenta Yáñez. “A veces su percepción difiere de la realidad”, explica.

Estas socias directoras confían en que los prejuicios irán cediendo y que será cada vez más habitual ver a mujeres en la dirección de las firmas. Delgado espera que las nuevas generaciones accedan a un mercado laboral en el que no se critique a la mujer por volcarse en su carrera mientras que el hombre asume las cargas familiares.

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