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Bristol Myers cambia de receta

La compañía aspira a renovar su cartera de fármacos mediante adquisiciones de empresas y con inversiones en investigación y desarrollo que aceleren el lanzamiento de productos

Sandra Orta, directora general de BMS España y Portugal, en las oficinas de la empresa en Madrid.
Sandra Orta, directora general de BMS España y Portugal, en las oficinas de la empresa en Madrid.Santi Burgos
Carmen Sánchez-Silva

Sandra Orta (Barcelona, 47 años) pisa fuerte. Cuenta que cuando le preguntaban de niña qué quería ser de mayor, ella respondía que lo que deseaba era cambiar el mundo. Ahora, con el bagaje de haber trabajado durante más de 20 años en siete países diferentes (Francia, Alemania, Suiza, el Reino Unido, Estados Unidos y Sudáfrica), de vuelta a España tiene una idea entre ceja y ceja: quiere ayudar a transformar el liderazgo del país. “Somos muy jerárquicos y quiero romper esa jerarquía y de forma acelerada”, asegura. Su objetivo es que los equipos se sientan empoderados y asuman riesgos. Y también para que irrumpan otros modelos de directivos no tan estereotipados como los actuales, como pueda ser el suyo de madre soltera, relata. En su rol de directora general de Bristol Myers Squibb (BMS) para la península Ibérica, tiene por delante la tarea de convertir a la empresa en una biofarmacéutica que desarrolla medicamentos punteros acelerando la innovación. “Soy buena en transformaciones y en mantener alta la moral del equipo”, presume.

La compañía estadounidense fundada en 1887 vive un momento de mutación. “Está inmersa en un plan de transformación para convertirse en una de las grandes farmacéuticas de crecimiento. Aunque se enfrenta a vientos en contra, como la regulación de los precios de los medicamentos en Estados Unidos, un entorno más competitivo y a la pérdida de patentes a lo largo de esta década, con el consecuente impacto en ingresos y beneficios”, advierten las expertas en el sector de la salud de Renta 4, Elena Rico y Ana Gómez. Este impacto ya lo está sufriendo y ha sido el que ha llevado al nuevo consejero delegado global, Christopher Boerner, a dar un giro de timón para cambiar de arriba abajo la cartera de productos de la empresa. La nueva palanca del crecimiento.

“España juega un papel clave en esta transformación mundial. Sobre todo en innovación. Somos el país con más ensayos clínicos fuera de Estados Unidos. Tenemos 112 ensayos clínicos y 3.200 pacientes, que se dice rápido, y estamos entre las cinco primeras compañías farmacéuticas en España por inversión en esos ensayos clínicos”, sostiene la directora general de BMS para España y Portugal. “Además, tenemos el único centro de I+D de moléculas en estadios muy iniciales fuera de Estados Unidos, el Centro de Investigación Traslacional (Citre), que está en Sevilla, y lo que hace es aplicar informática avanzada, inteligencia artificial, para buscar dianas terapéuticas y biomarcadores, diseñar moléculas o hacer degradación de proteínas”. El presupuesto anual que maneja la compañía en investigación y desarrollo en España es de 50 millones de euros.

El desarrollo de nuevos fármacos es una de las patas del viraje en la empresa. “Tenemos más de 50 moléculas en desarrollo, que son muchísimas”, dice Orta. La otra pata es la compra de empresas que puedan compensar la pérdida de ingresos de medicamentos como Revlimid. “Solo en el último trimestre del año pasado hemos hecho tres adquisiciones muy importantes. Mirati Therapeutics, que nos va a aportar terapia dirigida en oncología y nos va a complementar en inmunoterapia, donde hemos sido pioneros. La farmacéutica RayzeBio, con la que entramos en oncología nuclear, y Karuna, especialista en enfermedades neurodegenerativas, que también está pendiente de autorización y complementa mucho nuestro porfolio”, subraya. BMS invertirá casi 24.000 millones de dólares (cerca de 22.000 millones de euros) en estas operaciones, “reforzando sus divisiones de neurociencia y oncología con un pipeline prometedor”, según las expertas de Renta 4.

Compras y acuerdos

“Nos vamos a centrar en oncología y hematología, el 80% de las nuevas moléculas en desarrollo las tenemos ahí, y también en enfermedades inmunológicas y cardiovasculares”, explica Orta. Y las compras corporativas van a proseguir, agrega; de hecho, están haciendo prospecciones por Europa. También van a extender las colaboraciones con otras farmacéuticas, como la que tienen con Pfizer para la trombosis. O la sellada recientemente con SystImmune, muy bien valorada por las analistas de Renta 4. “Hay más en puertas”, avanza Orta.

La directiva destaca lo que BMS está haciendo de manera diferente a otras empresas del sector: “No buscamos moléculas que sean copia o muy parecidas a otras. Estamos yendo a áreas en las que puede que haya menos prevalencia, pero queremos ser los primeros en llegar con nuevos mecanismos de acción a esas enfermedades donde aún no hay soluciones terapéuticas o hay pocas”. Y pone ejemplos: “A finales de octubre obtuvimos la aprobación de una nueva indicación de tratamiento de inmunoterapia de cáncer de pulmón, donde tratamos el cáncer antes de la cirugía, y con el que hemos cambiado el paradigma del tratamiento de esta enfermedad, y han sido los científicos españoles los que lo han conseguido. Otro ejemplo para el que también hemos logrado recientemente la aprobación es para la primera terapia celular de España contra el mieloma múltiple, una solución CAR-T, por la que se extraen las células del paciente, se manipulan y se vuelven a inyectar”.

BMS busca plataformas terapéuticas, no solo moléculas, dice Orta, de manera que tenga impacto, que lo que funciona para una enfermedad pueda replicarse en otras. Además de estos tratamientos, la compañía también está lanzando productos: su nueva indicación contra el cáncer de pulmón (Opdualag); a principios de marzo comenzará a comercializar Sotyktu, la primera terapia oral diaria contra la psoriasis y Abecma, en terapia celular CAR-T contra el mieloma. Cuenta con 16 fármacos próximos a su lanzamiento. Orta asegura que 2024 y 2025 van a ser años de estrenos en España y Portugal, donde BMS facturó 530 millones de euros en 2023. Muy lejos de los 857 millones registrados en 2021, cuando aún no habían perdido la patente de Revlimid. La ejecutiva se plantea recuperar esa cifra “sin prisa”. “Las nuevas terapias transformadoras van a ser las que nos van a llevar otra vez a esos 800 millones o más a partir de 2028 o 2030″, prevé.

La compañía ingresó 45.000 millones de dólares en el mundo, por debajo de los 46.169 millones obtenidos en 2022 (debido en gran parte al descenso del 36% en las ventas del fármaco contra el cáncer Revlimid), pero con un crecimiento del 7% si se consideran los productos nuevos. Según Renta 4, “sus márgenes se mantienen de media por encima de los del sector, demostrando que el negocio es rentable y contando con alta capacidad de generación de caja, que le da flexibilidad para reinvertir en el desarrollo de su negocio”.

Sin embargo, Morgan Stanley no lo ve tan claro. No en vano, aconseja infraponderar las acciones de BMS y se muestra mucho más conservadora que la farmacéutica en cuanto a la evolución de los ingresos de sus nuevos medicamentos, que no compensarán las menores ventas de los maduros por la competencia con los genéricos. El banco de inversión es consciente de que sus estimaciones están por debajo del consenso del mercado porque ve un potencial limitado para la empresa.

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
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