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Fixtoe, la empresa de podólogos que ayuda a caminar con paso firme

La “start-up” mejora un producto de uso común, el esparadrapo, para tratar diferentes patologías de los pies y vende sus innovaciones en 30 países

Fran Monzó, a la izquierda, y David Lucas, fundadores de Fixtoe.
Fran Monzó, a la izquierda, y David Lucas, fundadores de Fixtoe.

El esparadrapo es una simple cinta de tela con una cara adhesiva y una herramienta muy utilizada por los podólogos. Su uso en vendajes ayuda a prevenir y, sobre todo, tratar lesiones en el pie. Es barato y efectivo, pero también tiene inconvenientes: es incómodo y puede irritar la piel. El podólogo Fran Monzó llevaba tiempo dándole vueltas a cómo mejorar este producto hasta que, en 2016 y junto a David Lucas, uno de sus alumnos de la Universidad Miguel Hernández de Elche, consiguió un prototipo. Dos años después fundaron Fixtoe, compañía que en 2023 ha superado los 300.000 euros de facturación y que ha tratado a 70.000 pacientes en 30 países con sus dispositivos.

Cuando desarrollaron el prototipo de su primer producto —Fixtoe Pro, centrado en tratar diferentes patologías relacionadas con la deformidad de los dedos del pie— no había manera de encontrar una fábrica con licencia sanitaria dispuesta a lanzarse a la aventura. “Teníamos mucho potencial y Fran es un profesional muy respetado en el sector, pero ni con esos argumentos lo conseguíamos”, recuerda Lucas, de 28 años y hoy director general de la empresa alicantina. Tras muchas intentonas, lo consiguieron finalmente cerca de casa, en Castellón. Monzó —de 44 años— tiró entonces de contactos e invitó a otros podólogos a probar su invento. Les convenció. Y no solo en España, también en países como Australia, donde pronto tuvieron distribuidor. Ello les animó a dar un segundo paso: Fixtoe Qx, que facilita la estabilización tras la cirugía por juanetes. También funcionó con rapidez.

“Cuanto más complicado es un tratamiento, menos adherencia terapéutica tiene. Es decir, si pides al paciente que se haga un vendaje complicado, al final termina por dejarlo. Nuestros productos tienen la ventaja de que son sencillos, de quita y pon, y duran hasta seis meses”, explica Lucas. En 2019 pasaron por la aceleradora Lanzadera para afianzarse, pero en 2020 su buena marcha tuvo un paréntesis con la llegada de la pandemia. Apostaron entonces por una academia digital con vídeos en los que una decena de profesionales de distintas áreas de la podología ofrecen información a través de casos reales. Más de 700 alumnos se matricularon en estos cursos, que atraen a podólogos, fisioterapeutas, traumatólogos o rehabilitadores físicos.

Sus dispositivos han encontrado distribuidores en Inglaterra, México, Italia o Portugal, y son adquiridos ya por sanitarios de una treintena de países. En 2022 la compañía consiguió medio millón de euros en una ronda de financiación para consolidar el mercado internacional y seguir ampliando su catálogo. El equipo —formado por ocho personas— desarrolla ahora un dispositivo que permite prevenir y tratar la fascitis plantar, una de las patologías más comunes y difíciles de atender. “Hay tratamientos muy largos que no siempre son efectivos. Y genera un dolor que incluso llega a incapacitar en el día a día”, subraya Lucas. Se trata de un calcetín que cuenta con diferentes elementos mullidos que reparten la presión y proporción de fuerzas en la planta del pie. “El músculo se tensa menos, previniendo la fascitis y también reduciendo las agujetas”, afirma el director general. Ahora desarrollan seis nuevas patentes para tratar esguinces de repetición, metatarsalgia o periostitis tibial. Han patrocinado maratones en Boston o Nueva York con la idea de darse a conocer. El objetivo ahora es alcanzar un millón de facturación este año.

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