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Ecolujo, o como vender ropa de grandes marcas con prácticas sostenibles

La madrileña Matiz comercializa moda, productos de belleza y decoración de firmas emergentes y de segunda mano

Marta Ortiz fundadora de Matiz
La modelo Marta Ortiz, fundadora de Matiz.

La modelo Marta Ortiz, la fundadora de Matiz, lleva desde los 15 años subida a una pasarela y conoce el mundo de la moda como la palma de su mano. Un mundo que se paró en 2020 y en el que decidió poner en marcha una iniciativa en redes sociales que llamó Yo te sigo a ti para poner en contacto a pequeñas marcas con sus seguidores y darles una oportunidad para sobrevivir. “Funcionó muy bien, pero lo que más me sorprendió es que el 85% de las marcas que me contactaron no las conocía. Si yo, que estoy en este mundo desde hace años, no sé quiénes son, me pregunté ¿cómo hacen para sobrevivir?”, argumenta Ortiz. Así que una idea le llevó a otra y en junio de 2021, con 100.000 euros de inversión, decidió poner en marcha una plataforma que reuniera empresas de moda, belleza y decoración que se escaparan del lado más oscuro de la industria de la moda (es la segunda más contaminante) y que fueran sostenibles con el planeta y las personas. Para incorporarse a este marketplace fijó cinco requisitos, como fabricar con materiales naturales o reciclados, hacerlo en zonas próximas, tener un diseño atemporal que no pase de moda, ser una marca transparente alejada del fast fashion y que el proyecto tuviera una historia. “Empecé con 40 y ahora hay 97. La mayoría son emergentes, pero también las hay consolidadas como Adriana Iglesias”.

Marcas que no solo son españolas, sino que algunas llegan desde fuera, incluso desde Ucrania, un país con el que contactó Ortiz tras la invasión rusa y que en la actualidad mantiene cuatro firmas.

Las prendas de Matiz podrían definirse como ecolujo, por su fabricación artesanal y por su precio, pero a las que Ortiz quiere dar nueva vida con la opción de volver a la plataforma, a la sección de segunda mano, 14 meses después de ser usadas o “queridas”, como lo define la fundadora. Un apartado en el que aparecen marcas como Dior, Celine o Loewe, —”no te encontrarás con Zara o Massimo Dutti”, añade—, que supone el 37% de sus ventas, y que también sigue un protocolo. “Busco personalmente las prendas de segunda mano en tiendas en España o de fuera. Las compro, las arreglo, las fotografío y las pongo a la venta”, concreta. Para completar la oferta, Ortiz ha creado una línea propia de sudaderas y pantalones a juego, confeccionada con Pyratex, un material que combina la fibra de algas y el algodón orgánico.

Sus cuatro empleadas que, hasta ahora han sumado más de 250.000 euros de facturación, venden a clientas que suelen tener entre 35 y 45 años. Además, Ortiz tiene en previsión abrir una tienda propia en Madrid, en el barrio de Justicia, después de probar con varias pop up con las que ha empezado a consolidar su marca.

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