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Marcella Wartenbergh (Pepe Jeans, Hackett y Façonnable): “Me gusta muchísimo ensuciarme las manos en mi huerto”

La consejera delegada del grupo AWWG desconecta de las obligaciones de su trabajo en su casa de Mallorca, donde cultiva hortalizas y practica su afición a la cocina

Marcella Wartenbergh, consejera delegada del grupo AWWG.
Marcella Wartenbergh, consejera delegada del grupo AWWG.
Selina Bárcena

Marcella Wartenbergh (Montreal, 51 años) dirige la multinacional AWWG (All We Wear Group, por sus siglas en inglés) que agrupa las marcas Pepe Jeans, Hackett y Façonnable, y distribuye en España y Portugal otras firmas como Tommy Hilfiger y Calvin Klein. Wartenbergh, que pasó toda su infancia en México, se mudó a Europa con 25 años y hoy dirige una empresa con más de 4.500 empleados y una facturación de 594 millones en su último ejercicio fiscal. Su tiempo libre está en constante diálogo con las exigencias de su trabajo, pero cuando las obligaciones amainan se refugia en su casa de Mallorca, en su huerto y en su afición a la cocina.

Pregunta. ¿Es más de planear las vacaciones o deja espacio para improvisar?

Respuesta. Me dicen que planeo todo para cambiarlo todo. Hago muchos planes, pero siempre soy muy flexible y me gusta decidir en base a lo que nos apetece en cada momento. Siempre me voy a Mallorca. Ahí tengo mi refugio: una casita en las montañas donde voy mucho con mi marido.

P. ¿Y qué hace para desconectar?

R. Allí [en Mallorca] tengo un pequeño huerto con tomates, calabacines, pepinos... Lo empecé a hacer hace un par de años y estar en la naturaleza ensuciándome las manos me gusta muchísimo. También cocino mucho, me encanta cocinar. Es una manera de encontrarme a mí misma, de trabajar la creatividad. Leo muchas recetas y me invento las mías propias.

P. Dirige una empresa centrada en la moda ¿Le gusta ir de compras?

R. Me gusta, pero soy muy rápida. Creo que después de tantos años en la industria —paso muchas horas viendo tiendas por trabajo— entro a una tienda, voy directa a por lo que quiero, decido rápido y no suelo cambiar nada.

P. ¿Cuántas horas trabaja al día?

R. Todas. Poder organizar un poco de tiempo para mí todos los días es muy difícil. Me gusta mucho mi trabajo, pero creo que es muy importante aprender a desconectarse, saber que hay respuestas que pueden esperar dos horas y que la familia sienta que estás disfrutando cuando estás con ellos o que tus amigos vean que estás ahí. Y al revés, también es muy importante que ellos conozcan y sepan que hay momentos en que tienes que trabajar.

P. ¿Cuál es la mayor satisfacción que le ha aportado su trabajo?

R. Lo que más satisfacción me da es cuando la gente con la que trabajo se siente a gusto viniendo a trabajar, porque ese debería ser el resultado del liderazgo y de una buena organización. Desde el punto de vista del negocio, creo que el haber salido de la pandemia, el haber sobrevivido como empresa, fue una satisfacción muy, muy grande. A nivel personal, cuando alcancé la primera vicepresidencia de una empresa, con 32 años y siendo la más joven en llegar. Eso fue increíble.

P. ¿Siempre tuvo claro que quería dirigir?

R. Muy claro. Mi padre era director de una empresa y desde pequeña vi que él era muy bueno organizando, guiando, poniendo a todo un equipo a lograr la excelencia. Por otro lado, mi madre siempre ha buscado superarse: vendía, iba a clases y tenía su propio negocio. Tuve ejemplos por ambas partes.

P. Comenzó trabajando en el mundo de la automoción

R. En la ciudad donde vivía, en México, había una gran industria de automoción, mi padre trabajaba en eso, era natural que yo terminara en una empresa de ese sector. Después decidí venirme a Europa para cambiar de aires y descubrir el ambiente europeo, que me parecía más moderno y había más oportunidades para las mujeres... En el periódico encontré un empleo en el mundo de la moda, empecé en el área de compras y fui creciendo. Aceptaba todos los encargos que me hacían y eso me dio la oportunidad de aprender mucho.

P. ¿Es exigente en su trabajo?

R. Creo que la perfección no existe, pero creo en la excelencia, en la pasión por lo que se hace. No me gusta ser mediocre.

P. Si tuviese que destacar una virtud que le guste ver en las personas ¿Cuál sería?

R. Me gusta la gente sencilla y honesta, pero que sea apasionada. Alguien que no tiene pasión ni energía es como sin sabor. Pero rodearte de alguien que solo quiere triunfar, tampoco me parece adecuado. Si alguien es muy apasionado, pero es una persona hipócrita o es deshonesta, es peligroso. En cambio, si tienes una persona muy honesta, pero aburrida, sin pasión, que no quiere triunfar, tampoco es bueno, porque no vas a vivir nada más de amor.

P. ¿Y si tuviese que elegir una meta profesional?

R. Me gustaría trascender, saber que he dejado una huella de excelencia, de trabajo, de compromiso, de honestidad y eso es algo que me da muchísima satisfacción, por eso creo que el equilibrio entre la vida personal y la profesional es una decisión muy personal. A mí mi pareja me ha apoyado mucho y creo que mucho de lo que soy se lo debo a ese respaldo. Hay que buscar el equilibrio que para cada uno es perfecto y priorizar lo que uno quiere en cada momento, porque la vida va cambiando.

P. ¿Le gusta el cambio?

R. Me gusta mucho el cambio, creo que es la única constante en la vida y, a nivel de empresa, aferrarte [a lo que siempre se ha hecho] te puede dejar atrás. Como con las vacaciones, lo planeo todo para improvisarlo todo.

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