Santiago de Torres (Atrys): “Es mucho más relevante tener ‘auctoritas’ que ‘potestas”
Santiago de Torres, presidente de la empresa sanitaria Atrys Health, es un gran coleccionista de arte que detesta a las personas tóxicas en el trabajo
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona, Especialista en Farmacología Clínica Santiago de Torres, actual presidente de la empresa sanitaria Atrys Health, ha tenido mil vidas profesionales. Profesor universitario, con Felipe González en el gobierno fue director del Plan Nacional sobre Drogas en el Ministerio de Sanidad. Saltó al Ministerio de Cultura como subsecretario, fue subsecretario del Ministerio de Asuntos Sociales y hasta delegado en Madrid del Gobierno de la Generalitat de Catalunya con Pasqual Maragall. En la empresa privada fue vicepresidente de Terra Lycos, presidente de Eolia Tarraco, miembro del consejo asesor de Indra. Ahora es, entre otras muchas cosas, vicepresidente de la Fundación Internacional de Alzheimer Pasqual Maragall.
Pregunta. ¿En qué momento de su vida está?
Respuesta. Espere que llamo a mi psicólogo… (se ríe mientras descuelga un teléfono). Me siento en un momento profesional bueno, físicamente estoy bien, puedo hacer viajes largos sin cansarme. Si miro hacia atrás pienso que he tenido una carrera variada. Creo que las vidas que tienden a poder tener factores distintos son más enriquecedoras, al menos en mi caso.
P. Ha estado en el mundo del arte, la tecnología, lo privado, lo público…
R. En el año 85 se creó el Plan Nacional sobre Drogas, con Ernest Lluch de ministro, al que yo conocía. Me propuso venirme a Madrid. Fue el 4 de octubre del 85: entré en el ministerio para un año y estuve seis. Tuvimos una epidemia de heroína y luego vino acompañada del sida. Jordi Solé Tura, ministro de Cultura, me propuso ser subsecretario del ministerio: estuve tres años. En 1992 estaba en el consejo de la Expo, se celebraron los Juegos Olímpicos, Madrid fue capital cultural… fue un año espectacular. Negociamos la compra de la colección del Thyssen, llevamos el Guernica del casón del Buen Retiro al Reina Sofía, abrimos la colección del Reina… estuve 10 años en la administración.
P. ¿Qué es para usted el arte?
R. Tuve una galería de arte en Madrid durante 12 años, llamada Trama, en Alonso Martínez. Me interesaba entender a los artistas, lo que están expresando. Soy coleccionista.
P. ¿Qué colecciona?
R. Me interesa lo que me gusta. Hay modas en el arte… la gente disocia en exceso el valor de una obra del disfrute de la misma. Como conozco a muchos artistas les sigo, voy viendo cómo evolucionan, me gusta tener obra de ellos. En la oficina también tengo, el cuadro que tengo a mis espaldas es de Toni Tapiès, y aquella obra de allí [señala a otra pared] también. Son grabados.
P. ¿Hay mucho oportunismo en el arte?
R. Lo que hay, a veces, es un exceso de historias de creación de valor que luego… Le doy un dato: los artistas contemporáneos españoles que no han salido de España, cuando pasan los años y fallecen, pierden mucho valor. Porque el valor te lo da a veces tener coleccionistas internacionales. Pero uno tiene que tener las obras que le guste tener. Aquello que decía Machado, todo necio confunde valor y precio. No puedes comprar una obra pensando que va a ser una buena inversión.
P. El arte es un relato. ¿Qué relato ha construido de sí mismo?
R. He salido y he vuelto de lo público a lo privado. Me parece muy interesante haber podido estar en los dos. Deberíamos favorecer estos trasvases. Me ha enriquecido mucho. Pasado mañana me voy a ver al ministro de Sanidad de Portugal. Ya sé lo que vive un ministro, lo he vivido desde dentro, sé muy bien las dificultades que tiene. La colaboración público-privada es el mejor de los escenarios. Con mi vida privada intento encontrar espacios de disfrute colectivo, leyendo mucho. Al final tienes que buscar un equilibrio que te permita estar bien contigo mismo.
P. ¿A qué le tiene más miedo?
R. A la desigualdad. La desigualdad social es uno de los primeros focos que causan tantos problemas. He estado hace poco en Ghana... Hemos avanzados en rentas medias, pactos sociales, pero no en un nivel de igualdad razonable.
P. ¿Qué consejo le hubiese gustado recibir?
R. Hay varios. El primero, “trata bien a la gente”. Al final trabajas con gente, no es tolerable en ámbitos profesionales que haya gente tóxica. El segundo, “es mucho más relevante tener auctoritas que potestas”. Cuando ves una tarjeta con diez cargos dices… este va muy seguro por la vida. Pero cuando uno tiene seguridad en lo que hace y lo transmite los cargos no son tan importantes, no hace falta tanto. El tercero, que alguien me dio, es que en la vida, lo que vale, es lo que va a pasar a largo plazo. El corto plazo son pequeños hitos en el camino, tienes que verlo en perspectiva.
P. ¿Qué le gusta hacer el fin de semana?
R. Pues tengo la suerte de estar en un mundo que me interesa mucho, el de la tecnología. Leo mucho de inteligencia artificial, genómica, genética, investigación oncológica, nuevos tratamientos… un mundo que cambia cada día.
P. ¿Cuando no lee del trabajo qué lee?
Leo bastante novela negra. Andrea Camilleri, de Donna Leon me lo he leído todo, Lorenzo Silva… las compagino con otras. Ahora estoy leyendo una biografía de Winston Churchill buenísima, de Andrew Roberts, que no es para leer del tirón. También soy un gran consumidor de teatro, y Madrid tiene una oferta impresionante, te faltan días.
P. ¿Dónde va a comer?
R. Me gusta el restaurante La Ancha. Por Príncipe de Vergara hay sitios estupendos, como La Prospe, Ovillo… hay tantos.
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