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Beber a salvo de virus

Ozeanic fabrica una botella que limpia el agua con ozono y elimina casi todas las bacterias del recipiente

José Ramón Campos cofundador Ozeanic
José Ramón Campos, cofundador de Ozeanic.

Esta es la historia de cómo de una mala experiencia nació una buena idea. El hijo de José Ramón Campos, uno de los fundadores de la empresa, se puso enfermo tras beber agua en mal estado en el colegio. Eso derivó en la fabricación de una botella que pudiera potabilizarla y evitara situaciones como esta. “Al principio, llevaba una con agua filtrada de casa, pero se le acababa a mitad del día. Entonces, ideé un pequeño filtro rudimentario que pudiera transportar, y funcionó”, explica Campos. Un experimento que puso la primera piedra de Ozeanic, una botella que potabiliza el agua con ozono y elimina el 99,9% de virus y bacterias.

Campos se asoció con Iván Sánchez, Ricardo Palau, José Antonio Álvarez y Miguel Orense, ingenieros industriales y electrónicos, que forman la actual plantilla de Ozeanic, para poner en marcha este proyecto, que vio la luz a finales de 2021, tras una inversión inicial de 35.000 euros de fondos propios y para el que ya han desembolsado 145.000. La botella, realizada con materiales reciclables, autolimpiable y con una duración estimada de dos años, se fabrica en la ciudad alicantina de Ibi y utiliza el ozono para limpiar el agua de patógenos. Un elemento que se origina en una pequeña batería de litio instalada en el tapón y que se inyecta en el agua purificándola. Esta batería, que se recarga como la de un móvil, dura 10 días con un consumo de dos litros diarios. “Se puede rellenar con agua de cualquier origen: una fuente, un grifo… Tenemos experiencia de usuarios que se han ido a Marruecos, México, Perú, la India… y la han usado sin problema”, afirma Campos.

Botella Ozeanic.
Botella Ozeanic.

Sus consumidores, cuenta Campos, son viajeros y personas preocupadas por el medio ambiente, que con el uso de Ozeanic ahorran al año 5,69 kilos de plástico de un solo uso y reducen la huella de carbono. Unos consumidores que la adquieren en la web de la empresa, en la de Decathlon España y en la de varios marketplaces como el de Amazon, que les han invitado además a estar en los de otros países como Italia, Holanda, Francia e Alemania, que se suman a su aventura exterior tras desembarcar hace poco en Chile y Venezuela. Con un precio de entre 39 y 59 euros, han vendido más de 2.000 unidades, lo que durante el pasado año les reportó una facturación de casi 60.000 euros. Una cifra que quieren escalar, para lo cual están inmersos en una ronda de financiación de 480.000 euros.

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