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inteligencia artificial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Inteligencia artificial y el miedo a quedarse atrás

Los inversores temen perderse oportunidades. El impacto en la cotización es tan elevado que se pueden alcanzar valoraciones excesivas que pueden no ser sostenibles a largo plazo

Inteligencia artificial
Stand de Nvidia en la Conferencia Apsara 2022 en Hangzhou, China.Nvidia Stock Soar( Future Publishing/ Getty Images)

La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en el comportamiento de los mercados. ChatGPT, un modelo de lenguaje impulsado por la IA, ha sido adoptado a una velocidad sin precedentes en la historia de la tecnología, lo que ha catalizado un renovado interés entre los inversores por su capacidad de transformación. Un reflejo es la trayectoria de la capitalización de Nvidia. Esta compañía, conocida por su producción de unidades de procesamiento gráfico (GPU), ha subido en Bolsa un 190% en 2023.

Este acontecimiento puede interpretarse desde la psicología conductual. Se ha vuelto a generar un fenómeno conocido como FOMO (fear of missing out, o miedo a quedarse atrás). Este sentimiento se manifiesta cuando los inversores temen perderse oportunidades que se perciben como muy rentables. El flujo comprador y, en consecuencia, su impacto en la cotización es tan elevado que se pueden alcanzar valoraciones excesivas que pueden no ser sostenibles a largo plazo (una ratio PER por encima de 50 veces exige un aumento del beneficio del 150%, y un PER 100, del 400%). El hecho de que las siete mayores empresas del mundo (Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Tesla y Meta) representen el 50% del rendimiento del primer semestre de 2023 del índice MSCI ACWI ilustra este fenómeno. Esta concentración se acentúa aún más en el S&P 500: este top 7 representa el 75% del retorno del índice. En consecuencia, el sector tecnológico es el que ha experimentado la mayor apreciación en 2023: durante el primer semestre se ha revalorizado casi el doble que la Bolsa mundial.

El foco en estas bigtech se debe a su excepcional orientación hacia la IA. Entre los ejemplos más destacados se encuentra Nvidia, que se ha posicionado como proveedor esencial del hardware requerido para la IA. Tesla, por su parte, está a la vanguardia con el desarrollo de su tecnología propia para la conducción autónoma. Mientras tanto, Apple ha logrado integrar la IA de manera efectiva en sus asistentes virtuales y Microsoft continúa su proceso de implementación en sus herramientas de ofimática. EE UU lidera el desarrollo de la IA, albergando a muchas de las principales empresas y start-ups, y contando con un gran número de recursos dedicados a la investigación y desarrollo. Pero China, India, Israel, la UE y Canadá también están realizando inversiones significativas en IA y podrían presentar oportunidades atractivas. Es probable que estemos ante la mayor disrupción tecnológica desde la creación del buscador. Esto, por supuesto, debe reflejarse en la cotización de los mercados. Sin embargo, dado que aún existen muchas incógnitas, es muy probable que actualmente se estén creando numerosas ineficiencias en las Bolsas, de las cuales los gestores activos más hábiles podrán sacar provecho.

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