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Formarse (gratis) en tecnología es posible

Las grandes empresas ofrecen cursos de programación, inteligencia artificial o datos para mejorar la empleabilidad

Formación
Los alumnos de Campus 42 de Telefónica se forman en programación durante tres años y medio gratuitamente.JAVIER ARIAS
Carmen Sánchez-Silva

Sandra Moreno tiene 23 años y ha acabado Filosofía. Pero sigue estudiando. “Me di cuenta de que me gustan los datos, la ciberseguridad, y de que el mercado laboral demanda saber programación”, dice. Y se puso manos a la obra. Lleva algo más de un año en el Campus 42 de Fundación Telefónica en Madrid. Un centro atípico para aprender a programar, así como para especializarse en big data, ciberseguridad, blockchain, inteligencia artificial (los cursos más demandados), pero también en videjuegos, robotización e incluso en computación cuántica dentro de muy poco. Y es atípico porque es gratuito. También porque el estudiante no aprende de los profesores sino de sus propios compañeros que corrigen los exámenes y tampoco lo hace con temarios reglados sino en base a módulos gamificados, desarrollo de proyectos y a su ritmo. Justo lo que más aprecia el consultor de 47 años Luis Montes, que simultanea el estudio con su trabajo. El campus está a disposición de los alumnos durante las 24 horas y los 7 días de la semana, dotado además de con filas y filas de ordenadores (hasta 300) con espacios de reunión, de juego, de relajación... en 5.000 metros cuadrados distribuidos en dos plantas en la Ciudad Telefónica.

Como la mitad de los casi 2.000 alumnos de los cuatro campus que la Fundación Telefónica tiene en España (en Barcelona, Bizkaia, y Málaga, además de Madrid, y también en Brasil), Sandra no tenía ni idea de programación cuando se lanzó a la piscina. Nunca mejor dicho porque así se llama el proceso de selección con el que los estudiantes demuestran su capacidad para afrontar una carrera que no lleva aparejada una titulación y que dura tres años y medio. Tras superar un test online de 10 minutos y otra prueba de pensamiento lógico y matemático de dos horas, en la piscina tienen que enfrentarse durante 26 días a lo desconocido (los fundamentos de la programación) y a sus propios miedos para ponerse a programar. “Crees que no vales, pero luego te desbloqueas”, admite Juan Osuna, administrador de sistemas de 36 años. “Se produce una selección natural porque hay alumnos que no toleran la frustración”, explica Luis Miguel Olivas, director de Empleabilidad e Innovación Educativa de Fundación Telefónica. De hecho, el 40% de los inscritos en ellas no saltan al siguiente nivel: el denominado cursus.

Juan Osuna, sentado junto a Sandra Moreno y Luis Montes, estudiantes de Campus 42.
Juan Osuna, sentado junto a Sandra Moreno y Luis Montes, estudiantes de Campus 42.

Todavía no han finalizado los estudiantes de la primera promoción, que arrancó en 2019, pero que la pandemia frenó. Fernando Ballesteros, de 52 años, pertenece a ella. Tenía su propia empresa de reformas que tuvo que cerrar y estaba en paro cuando entró en 42. “Me gustaba mucho la programación y es un área donde hay mucha oferta de empleo”, sostiene. Destaca que reciclarse a su edad no es nada fácil, pero ya nota los frutos: ha dejado de ser transparente para el mercado laboral como era al llegar al centro. Ya ha recibido varias ofertas de trabajo, dice. Su compañero de enfrente, Tomás Martínez, de 45 años, acaba de ser contratado como programador por Telefónica después de casi dos años en el campus y piensa continuar el cursus simultaneándolo con su trabajo.

Campus 42 garantiza el empleo, dice Olivas, sus alumnos encuentran trabajo incluso antes de finalizar los estudios. El año pasado 300 empresas se acercaron a reclutar personal aquí porque “valoran mucho el proceso al que se han enfrentado los alumnos”. La lista de inscritos en estos tres años supera las 43.000 personas. Además del cursus, la institución ofrece formaciones más cortas, en ciberseguridad y cloud, entre otras.

Fundación Telefónica sufraga los costes de 42 en Madrid, unos 4 millones de euros anuales, de los 14 millones que tiene presupuestados el área de empleabilidad, explica Olivas. En el resto de los campus, las distintas entidades públicas con las que colabora asumen el 50% o 60% de la inversión de 10 millones de euros por centro durante cuatro años y la institución sin ánimo de lucro, el resto.

Teléfonica no es la única entidad que ha puesto el foco en la empleabilidad de los españoles. En torno a la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (Fundae) 57 empresas privadas y públicas han desarrollado una gran oferta de cursos gratuitos de distintos niveles y duraciones. “Fundae es un altavoz de los recursos que ponen las empresas en sus webs”, mantiene Carmen Prieto, responsable del programa Digitalízate, creado en diciembre de 2019, y que ha registrado más de 4,9 millones de visitas desde entonces a sus más de 1.500 cursos. “Tenemos más de 120.000 vacantes en España en temas de tecnología y las grandes empresas están apostando por la formación para estrechar esta brecha”, explica.

Becas Google

La entidad pública está firmando actualmente lo que denomina acuerdos de segunda generación con las compañías, con las que además de publicitar los cursos gratuitos mediante su plataforma en internet, actualmente gestiona por ejemplo el programa de becas de Google: 11.000 becas en las profesiones más demandadas que llevan aparejados 5 certificados de 120 horas de formación en análisis de datos, experiencia de usuario, soporte TIC, gestión de proyectos y programación Python que costea Google y en el que más de 60.000 personas desempleadas o en situación de exclusión social han sido invitadas a participar.

La tecnológica puso en marcha Google Actívate en 2014. La plataforma ofrece más de 50 cursos sin coste de 1 a 40 horas para mejorar las habilidades digitales por los que han pasado 9 millones de personas en Europa y más de un millón en España. “El objetivo es ayudar a los profesionales a reorientar su carrera profesional, aplicar nuevos conocimientos en su negocio o conseguir su primer empleo”, indican fuentes de la compañía, que aseguran que han ayudado a más de 82.000 personas a encontrar trabajo o crecer en su carrera.

También Microsoft cuenta con una plataforma con 4.500 recursos formativos gratuitos, algunos de los cuales accesibles desde Fundae (45), que se integran en 800 rutas de aprendizaje en las que cada módulo se divide en pequeñas píldoras y están gamificados. El 20% están traducidos al español, señala Enrique Ruiz, responsable de Empleabilidad de la compañía. 45 de estos cursos dan acceso a certificaciones oficiales, que también sufraga la tecnológica a aquellas personas que abordan un proceso de reciclaje a través de Fundae y de los 16 centros de formación asociados a ella, y son sinónimo de empleabilidad, según Ruiz, ya que las 11.000 empresas que usan la tecnología Microsoft buscan expertos certificados, sobre todo como desarrolladores o administradores de Azure, que requieren un par de exámenes y una formación de 40 horas. El 80% de los desempleados encuentran trabajo a los seis meses y el 66% a los tres, asegura.

En los últimos dos años 1,6 millones de españoles han accedido a los cursos de Microsoft y de LinkedIn. Normalmente profesionales de la tecnología, personas desempleadas en proceso de reconversión y estudiantes. La compañía ha lanzado esta semana además Factoría F5, un programa para enseñar a programar desde cero en 10 semanas a menores de 30 años de colectivos desfavorecidos.

Huawei, como Microsoft y también Accenture, dispone de programas gratuitos para estudiantes. Y en la plataforma de e-learning de Huawei Digiltal University, lanzada el año pasado en España, cuenta con una amplia oferta de formación gratuita en cinco grandes áreas: 5G, big data, internet de las cosas, inteligencia artificial y cloud, desde los niveles introductorios hasta las certificaciones, cuyo coste sufraga. En Fundae están disponibles 24 de ellos. Más de 80.000 personas se han conectado a estos cursos, según Juan Bru, responsable de recursos humanos y talento de la compañía. Para estudiantes de ingeniería tiene un programa presencial que concluye con un viaje de dos semanas de los alumnos a China pagado por ella.

Fundación Accenture es otra de las entidades que está en Fundae. A finales de 2019 lanzó Fundaula, un portal al que se dirigen tanto particulares como entidades sociales para mejorar la empleabilidad con unos 70 cursos especializados en habilidades digitales y soft skills. El año pasado 9.600 personas completaron 60.000 cursos. Hace seis meses ha puesto en marcha itinerarios completos en seis especialidades de programación y tres en ciberseguridad. Duran dos o tres meses y el objetivo es encontrar trabajo al finalizarlos y conseguir el diploma, indica Ana Millán, directora de la fundación.

“En España tenemos un problema de desajuste entre la oferta y la demanda de profesionales. Con un 30% de menores de 25 años en paro, el 80% de las empresas aseguran que no encuentran los perfiles que necesitan, sobre todo tecnológicos”, afirma Juan Carlos Tejeda, director de Educación y Formación de CEOE, y solo el 57% de la población tiene competencias digitales, “es un drama”, dice. La patronal ha lanzado un curso gratuito de habilidades digitales en el que se han formado 32.000 personas. Se trata de un proyecto a 4 años con el Ministerio de Educación financiado a través de los fondos Next Generation con el que se pretende llegar anualmente a 65.000 trabajadores. El año que viene, prevé Tejeda, se ampliará a desempleados y también se incluirán módulos de formación más avanzada.

El temor de las mujeres

Para muchas mujeres la digitalización es un obstáculo que cuesta mucho salvar. Son las que más se inscriben en los cursos de Fundae, en concreto el 60% del total, asegura Carmen Prieto, experta de la fundación pública, pero también son las que menos los finalizan y las que más tardan en hacerlo debido al peso que tiene el hogar y los cuidados en su día a día. De los cerca de 5 millones de participantes en las formaciones de Digitalízate, la mayor parte tienen entre 45 y 54 años de edad y los programas más demandados son los de Amazon, Fundación Telefónica, Google, Cisco, Microsoft, Banco Sabadell y Accenture. Entre las temáticas predilectas figuran marketing digital, soluciones de e-comerce, programación Python, diseño gráfico, ofimática y fundamentos de programación.

Fundación Telefónica, con más de 200.000 participantes en los cursos que despliega en Fundae, también ha percibido esta problemática entre las mujeres. Y lo ha notado igualmente en el Campus 42, donde se propone que el 30% de las alumnas sean féminas. Aunque le está costando. En la actualidad representan el 18% del total, pese al esfuerzo por captarlas para evitar los sesgos masculinos de los algoritmos. Luis Miguel Olivas, responsable de empleabilidad de la institución, es optimista. Recientemente han hecho un experimento y las conclusiones son esclarecedoras. A la denominada piscina mixta para aprender a programar en 7 días, solo se presentaron un 15% de mujeres, explica. Por eso decidieron lanzar una piscina exclusivamente de talento femenino, a la que se presentaron 100 mujeres, ampliaron las plazas y ahora tienen lista de espera. “Ellas dicen que están más cómodas entre mujeres, que se sienten inferiores a los hombres en tecnología y por eso se inscriben menos en el campus”. Después de esa experiencia, cuenta Olivas, las mujeres perdieron el miedo y un 20% se lanzaron a la piscina general en Madrid y un 30% en Barcelona.

Huawei también es consciente de las dificultades de las mujeres con la tecnología, por ello acaba de lanzar su primera Academia de Mujeres para la Innovación Rural europea en España, abordando la doble brecha, la de género y la de los entornos rurales, asegura la compañía. Quiere fomentar la empleabilidad y las vocaciones tecnológicas femeninas.   


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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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